5 Enero 2011
Dos narcoestados apoyados por la OTAN

El Estado mafioso de Europa, centro del camino de la droga UE-OTAN

Tom Burghardt


Otro hito desalentador para EE.UU. y la OTAN: el Consejo de Europa (CdE) public� la semana pasada un explosivo informe: “Tratamiento inhumano de la gente y tr�fico ilegal de �rganos humanos en Kosovo”.

El informe acusa al ex jefe del Ej�rcito de Liberaci�n de Kosovo (ELK) y actual primer ministro, Hashim Tha�i, de ser “jefe de un grupo albano ‘similar a la mafia’ responsable del contrabando de armas, drogas y �rganos humanos en Europa oriental”, revel�The Guardian.

Seg�n un borrador de resoluci�n aprobado por unanimidad el 16 de diciembre en Par�s, el Comit� de Asuntos Legales y Derechos Humanos hall� evidencia convincente de desapariciones forzadas, tr�fico de �rganos, corrupci�n y colusi�n entre bandas criminales y “c�rculos pol�ticos” en Kosovo que casualmente son estrechos aliados regionales de EE.UU.

La investigaci�n fue iniciada por Dick Marty, relator especial de derechos humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE), que hab�a realizado un examen exhaustivo en el a�o 2007 de los “vuelos secretos” de la CIA en Europa.

La investigaci�n de la PACE se reactiv� despu�s de que la ex fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (ICTY), Carla Del Ponte, public� ciertas afirmaciones en su memoria de 2008.

Despu�s de su publicaci�n, la se�ora Del Ponte fue despachada a Argentina por el gobierno suizo como embajadora de su naci�n. Una vez que estuvo en ese pa�s, la ex favorita de EE.UU. especializada en impartir la “justicia” del vencedor a los perdedores de la guerra de los Balcanes, fue convenientemente silenciada.

Una serie de informes incriminatorios del Centro de Periodismo de Investigaci�n (CIR), de la Red de Informaci�n Investigadora sobre los Balcanes (BIRN) y de la BBC, confirm� las afirmaciones de Del Ponte y llev� al Consejo a actuar.

En un informe para la BBC, el periodista de investigaci�n Michael Montgomery averigu� que oponentes pol�ticos al ELK y prisioneros de guerra serbios “simplemente desaparecieron sin dejar trazas” en una prisi�n secreta “en la localidad fronteriza albana de Kukes”.

Seg�n fuentes que tem�an por sus vidas, incluyendo ex guerrilleros del ELK, la BBC, revel� que los civiles desaparecidos “eran serbios y gitanos capturados por soldados del ELK y ocultados a tropas de la OTAN. La fuente cree que los cautivos fueron enviados a trav�s de la frontera hacia Albania y asesinados.”

Con un eco extra�o de pr�cticas nazis durante el per�odo del Tercer Reich, el New York Times inform� de que los “cautivos” fueron “seleccionados” por su conveniencia como donantes, teniendo en cuenta el sexo, edad, condici�n de salud y origen �tnico. “O�mos numerosas referencias a que los cautivos no s�lo fueron entregados, sino que tambi�n fueron ‘comprados’ y ‘vendidos’”, dijo alTimes el relator.

“Algunos guardias dijeron a los investigadores”, informa el Times, “que los cautivos comprendieron lo que estaba a punto de suceder e ‘imploraron a sus aprehensores que tuvieran piedad de ellos y no los despedazaran’”.

La piedad, sin embargo, escaseaba en las filas del ELK.

El informe se�ala: “En cuanto se confirmaba que los cirujanos de trasplantes se encontraban presentes y listos para operar, sacaban a los cautivos uno a uno de la ‘casa segura’, eran ejecutados sumariamente por un pistolero del ELK y sus cad�veres se transportaban r�pidamente la cl�nica de operaci�nes”.

Una vez que a las v�ctimas les extra�an los �rganos, �stos se subastaban al mejos postor y despu�s los comercializaba una red global de traficantes que todav�a opera en la actualidad.

La ex fiscal afirm� adem�s, inform� The Guardian, de que “se le impidi� investigar a altos oficiales del ELK” los cuales, afirm�, “hicieron pasar clandestinamente a serbios cautivos a trav�s de la frontera hacia Albania, donde recolectaban sus �rganos”.

En un caso cl�sico de encubrimiento de cr�menes de matones de bajo nivel para proteger a criminales m�s poderosos, Del Ponte acus� de que la evidencia forense reunida por investigadores del ICTY en una de las casas de la muerte en el norte de Albania se destruy� en La Haya.

Red Internacional

Sin embargo este activo comercio clandestino no termin� en 1999, cuando la provincia separatista serbia fue ocupada por tropas de la OTAN; al contrario, las operaciones se expandieron y se hicieron a�n m�s rentables cuando Kosovo se convirti� en un protectorado de EE.UU.

En los hechos, un juicio que tiene lugar en Pristina ha revelado que “rusos, moldavos, kazajos y turcos desesperados fueron atra�dos a la capital ‘con la falsa promesa de pago’ por sus ri�ones”, inform� The Guardian.

Era una “industria en expansi�n” que se alimentaba de la miseria humana. Seg�n The Guardian, los clientes “pagaban hasta 90.000 euros por los ri�ones en el mercado negro que inclu�a pacientes de Canad�, Alemania, Polonia e Israel”, dijo el fiscal de la UE Jonathan Ratel al peri�dico brit�nico.

Los “donantes”, sin embargo, se quedaban con las manos vac�as y felices de escapar vivos.

En el centro del esc�ndalo est� la cl�nica Medicus. Ubicada a unos 10 kil�metros del centro de Pristina, supuestamente fundada por el ur�logo del hospital de la universidad, el doctor Lutfi Dervishi, y un ex secretario permanente de la salud, afirman los fiscales, suministr� a la cl�nica una licencia falsa para operar.

Dos de los acusados, revel� The Guardian, “son fugitivos buscados por Interpol: Moshe Harel, un israel� del que se dice que apare� donantes con receptores, y Yusuf Sonmez, tal vez el traficante de �rganos m�s conocido del mundo”.

Los fiscales creen que Harel y Sonmez son los cerebros tras Medicus y que Shaip Muja, un ex “comandante m�dico” del ELK, basado en Albania, puede haber supervisado las operaciones en la “cl�nica”.

Muja sigue siendo un cercano confidente de Tha�i y, en un giro macabro, es actualmente “consejero pol�tico en la oficina del primer ministro, con responsabilidad en el �mbito de la salud”, informa The Guardian.

Los investigadores afirmaron que hab�an “descubierto numerosos indicios convergentes del papel central de Muja [en] redes internacionales que incluyen a traficantes de seres humanos, intermediarios de procedimientos quir�rgicos il�citos y otros perpetradores del crimen organizado”,

Aparte de llenar los bolsillos de criminales albanos, israel�es y turcos que dirig�an la horrorosa red de tr�fico, �a qu� otros intereses podr�a haber servido tambi�n el encubrimiento de estos horribles cr�menes?

Un Estado g�nster, �pero cu�l?

El velo de secreto que rodea las atrocidades del ELK no podr�a haber llegado a ser tan completo sin la intervenci�n de protagonistas poderosos, en particular de las elites pol�ticas y militares en Alemania y EE.UU. que hab�an conspirado con g�ngsteres locales, rebautizados como “combatientes por la libertad”, durante el despedazamiento de Yugoslavia.

Como en Albania a�os antes de la aventura de la OTAN en Kosovo, se permiti� que prosperaran las actividades criminales organizadas y “que prosperara el comercio de narc�ticos y armas”, escribi� Michel Chossudovsky, porque “Occidente hizo la vista gorda”.

Esas amplias entregas de armas fueron t�citamente permitidas por las potencias occidentales por motivos geopol�ticos: tanto Washington como Bonn hab�an favorecido (aunque no oficialmente) la idea de una ‘Gran Albania’ incluyendo a Albania, Kosovo y partes de Macedonia. No es sorprendente que haya habido un ‘silencio ensordecedor’ por parte de los medios internacionales respecto al tr�fico de armas y drogas en Kosovo. (The Criminalization of Albania, en Masters of the Universe? NATO's Balkan Crusade, ed. Tariq Ali, London: Verso, 2000, pp. 299-300)

Las consecuencias de ese “silencio ensordecedor” siguen prevaleciendo en la actualidad. Tanto en t�rminos de la miseria y del empobrecimiento impuestos a los ciudadanos de Kosovo por el saqueo de su propiedad social, particularmente por la privatizaci�n generalizada de su riqueza mineral provocada por las “reformas” econ�micas del FMI, como por la cobertura pol�tica otorgada al r�gimen g�nster de Pristina por EE.UU.

A lo largo de los a�os, desde entonces la “vista gorda” de la OTAN se ha convertido en algo m�s siniestro: la complicidad descarada con sus protegidos en los Balcanes.

Acusando virtualmente al ICTY de darse por vencido bajo la presi�n pol�tica de los estadounidenses, el informe de la PACE se�ala que “el ICTY, que hab�a comenzado a realizar un examen inicial en el terreno para establecer la existencia de indicios de un posible tr�fico de �rganos, abandon� la investigaci�n”.

“Los elementos de evidencia tomados en Rripe, Albania,” durante esa investigaci�n inicial, escribieron los investigadores, “fueron destruidos y por ello no se pueden utilizar para an�lisis m�s detallados. No se realiz� una investigaci�n subsiguiente de un caso que, a pesar de todo, es considerado suficientemente serio por la ex fiscal del ICTY para que considere necesario presentarlo a la atenci�n p�blica en su libro.”

No es demasiado sorprendente, considerando que el ICTY fue creado por insistencia del gobierno de Clinton precisamente como un martillo para castigar a enemigos oficiales de EE.UU.

Saludado, con pocas excepciones, como un organismo objetivo por los facilitadores medi�ticos del proyecto imperial de EE.UU. mientras persegu�a implacablemente a presuntos criminales de guerra serbios –los perdedores en la conflagraci�n de una d�cada de duraci�n– ignor� con esmero a las fuerzas que actuaron por encargo, incluido el ELK, bajo el control operativo de agencias de inteligencia alemanas y estadounidenses.

El informe aseguraba que el tr�fico de �rganos humanos s�lo form� una parte de una red m�s amplia de crimen y corrupci�n, y que los asesinatos, la trata de mujeres, el control de la distribuci�n global de narc�ticos y las redes de lavado de dinero fueron un procedimiento est�ndar de operaci�n de Tha�i y otros miembros del “grupo Drenica”, las ‘viudas negras’ en el centro de la telara�a del ELK.

Por su parte Tha�i ha calificado de “difamatorio” el informe de la PACE y el gobierno de Kosovo ha repudiado las conclusiones del Consejo y afirma que las acusaciones “no se basaron en hechos y se interpretaron para da�ar la imagen de Kosovo y la guerra del Ej�rcito de Liberaci�n de Kosovo”.

Aunque las tergiversaciones del gobierno de Kosovo pueden descartarse f�cilmente, el papel de la Casa Blanca en el encubrimiento de los cr�menes de su r�gimen cliente deber�a haber provocado un esc�ndalo importante. El hecho de que no haya sucedido revela cu�n bajo caen los propios intereses venales de Washington para impedir que este s�rdido affaire sea m�s conocido.

Es muy probable que Tha�i haya sido perfectamente informado sobre la investigaci�n del Consejo de Europa por la gran cantidad de topos amigos de EE.UU. implantados en instituciones europeas, como han revelado los archivos del Cablegate de WikiLeaks, cuando se reuni� el verano pasado con el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, en la Casa Blanca.

Biden “reafirm�,” desvergonzadamente, “el pleno apoyo de EE.UU. para un Kosovo independiente, democr�tico, �ntegro y multi�tnico”, y “reiter� el firme apoyo de EE.UU. a la soberan�a y la integridad territorial de Kosovo”, seg�n un comunicado de prensa de la Casa Blanca.

Por cierto, el vicepresidente “salud� el progreso del gobierno de Kosovo en la realizaci�n de reformas esenciales, incluyendo pasos para fortalecer el vigor de la ley”.

Un modelo totalmente previsible si se considera la naturaleza ilegal del r�gimen en Washington.

La ruta de la hero�na

Como inform� hace m�s de dos a�os en “�Se acab� ya el affaire? El BND, la CIA y el Estado profundo de Kosovo” el ELK sirvi� de vanguardia militarizada para la mafia albanesa cuyas “15 familias” controlan virtualmente cada faceta del comercio de hero�na en los Balcanes.

Los traficantes albaneses embarcan hero�na proveniente exclusivamente de la Media Luna Dorada de Asia Central. A un extremo est� el puesto avanzado de la droga de EE.UU. en Afganist�n, donde la amapola se cosecha, se procesa y se transborda a trav�s de Ir�n y Turqu�a como morfina base que luego se refina en el “producto” para su consumo en todo el mundo. De ah� pasa a manos de los sindicatos albaneses que controlan la Ruta de los Balcanes.

Como inform� el San Francisco Chronicle en 1999, “los kosovares eran los se�ores reconocidos del tr�fico, reconocidos por haber apartado a las bandas turcas que hab�an dominado durante mucho tiempo el narcotr�fico a lo largo de la Ruta de los Balcanes, y con la direcci�n efectiva de la red �tnica albanesa”.

Como inform� en el a�o 2000 en Mother Jones el periodista de investigaci�n asesinado Peter Klebnikov, al aumentar la presi�n en la guerra auspiciada por EE.UU. en Kosovo, “los narcotraficantes comenzaron a proveer al ELK de armas obtenidas a cambio de hero�na de grupos criminales europeos orientales e italianos. Las 15 familias tambi�n prestaron sus ej�rcitos privados para combatir junto al ELK. Vestidos con uniformes suizos nuevos y equipados de armamento moderno, esos soldados destacaban entre los irregulares variopintos del ELK. En general, fue un formidable paquete de ayuda.”

A pesar de miles de millones de d�lares gastados en esfuerzos fracasados de interdicci�n, esos modelos persisten actualmente, cuando m�s de 106 toneladas de hero�na fluyen hacia Europa. El gobierno ruso se ha alarmado tanto por la inundaci�n de hero�na que penetra sus fronteras desde Asia Central y los puestos avanzados en los Balcanes, que algunos funcionarios la han comparado con la “narco-agresi�n” estadounidense y una nueva “guerra del opio”, seg�n el informe del investigador Peter Dale Scott.

Scott afirma: “Esas provincias” en Afganist�n, “apoyan a los agentes pasados y presentes de la CIA en el r�gimen de Karzai (encabezado por Hamid Karzai, un antiguo agente de la CIA), incluyendo al hermano del presidente, Ahmed Wali Karzai, un activo de la CIA, y Abdul Rashid Dostum, antiguo activo de la CIA. En efecto, EE.UU. se ha aliado con una facci�n de la droga en Afganist�n contra otra.” Lo mismo se puede decir de los activos de la CIA en Pristina.

Como public� la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen (UNODC) en su Informe Mundial de la Droga de 2010:

Una vez que la hero�na sale de territorio turco, la eficiencia de la intercepci�n disminuye significativamente. En los Balcanes se confisca relativamente poca hero�na, lo que sugiere que la ruta est� excesivamente bien organizada y lubricada por la corrupci�n… Otro hecho notable de la ruta de los Balcanes es que algunas redes importantes se basan en clanes y en estructuras de organizaci�n jer�rquica. Los grupos albaneses, en particular, tienen estructuras semejantes, lo que hace que sean especialmente dif�ciles de infiltrar. Esto explica en parte su continua participaci�n en varios mercados europeos de la hero�na. Las redes albanesas siguen siendo particularmente visibles en Grecia, Italia y Suiza. Italia es uno de los mercados m�s importantes de hero�na en Europa, y es frecuentemente identificada como base de operaci�n para grupos balc�nicos que explotan la di�spora local. Seg�n estad�sticas de confiscaciones de la OMA (Organizaci�n Mundial de Aduanas, N. del T.], los albaneses constituyen el mayor grupo por su tama�o (un 32%) de todos los arrestados por tr�fico de hero�na en Italia entre los a�os 2000 y 2008. El siguiente grupo identificado fueron los turcos, seguidos por italianos y ciudadanos de pa�ses balc�nicos (Bulgaria, Kosovo/Serbia, la antigua Rep�blica Yugoslava de Macedonia y en cierta medida Grecia). Una serie de traficantes paquistan�es y nigerianos fueron tambi�n arrestados en Italia.

Como se ha documentado durante d�cadas, los programas de desestabilizaci�n y operaciones clandestinas de EE.UU. se basan en provocadores de extrema derecha y se�ores de la droga (a menudo protagonistas intercambiables) para facilitar el trabajo sucio. Durante toda su campa�a en los Balcanes, la CIA utiliz� libremente esas redes preexistentes de la droga para obtener armas para el ELK y suministrarle objetivos.

Cuando los socios en la OTAN Alemania y EE.UU. decidieron clavar una estaca en el coraz�n de Yugoslavia durante los d�as alocados del triunfalismo posterior a la Guerra Fr�a, su estrategia geopol�tica no podr�a haber tenido “�xito” sin la complicidad y la colaboraci�n activa forjadas con los rivales nacionalistas de Yugoslavia. Como se�al� el periodista Misha Glenny:

Lo m�s impactante de todo, sin embargo, es c�mo los g�ngsteres y pol�ticos que avivan la guerra entre sus pueblos cooperan en privado como amigos y estrechos socios en los negocios. Los financieros y mafiosos croatas, bosnios, albaneses, macedonios y serbios eran verdaderamente u�a y carne. Compraban, vend�an e intercambiaban toda clase de mercanc�as, a sabiendas de que los altos niveles de confianza personal entre ellos eran mucho m�s fuertes que los lazos pasajeros del nacionalismo hist�rico. Fomentaban esa ideolog�a entre la gente com�n sobre todo para enmascarar su propia venalidad. Como lo describi� un comentarista, las nuevas rep�blicas estaban gobernadas por “un c�rtel paraestatal que hab�a surgido de las instituciones pol�ticas, del Partido Comunista gobernante y sus sat�lites, de las fuerzas armadas, de una variedad de fuerzas policiales, de la mafia, de los intelectuales obsequiosos, con el presidente de la Rep�blica en el centro de la telara�a… El nacionalismo tribal era indispensable para el c�rtel como un medio para apaciguar a sus subordinados y como cobertura para la privatizaci�n ininterrumpida del aparato estatal. (McMafia: A Journey Through the Global Criminal Underworld, Nueva York: Alfred A. Knopf, 2008, p. 27)

Tha�i y otros miembros de su c�rculo �ntimo, afirma Marty, eran “com�nmente identificados, y citados en informes secretos de inteligencia”, publicados por la agencia secreta federal de inteligencia alemana, el Bundesnachrichtendienst o BND “como los m�s peligrosos de los ‘jefes criminales’ del ELK”,

El relator especial escribe que basados en la protecci�n estadounidense para consolidar el poder pol�tico, para as� mantener el control sobre corredores clave para el contrabando de narc�tico y “despu�s de tener �xito en la eliminaci�n, o en la intimidaci�n para acallar a la mayor�a de los testigos potenciales y reales en su contra (tanto enemigos como antiguos aliados), utilizando la violencia, amenazas, chantaje y extorsi�n”, el Grupo Drenica de Tha�i ha “explotado su posici�n a fin de aumentar su riqueza personal totalmente fuera de proporci�n con sus actividades declaradas”.

Por cierto, m�ltiples informes preparados por la DEA, el FBI, el BND, el SISMI italiano, el MI6 brit�nico y el servicio de inteligencia griego EYP, han declarado que los miembros del Grupo Drenica “son constantemente mencionados como ‘protagonistas claves’ en informes de inteligencia de estructuras de crimen organizado al estilo de la mafia de Kosovo”.

Como han documentado el Consejo de Europa y los periodistas de investigaci�n, el norte de Albania fue el emplazamiento no s�lo de campos de entrenamiento del ELK sino de centros secretos de detenci�n donde prisioneros de guerra y oponentes civiles del ELK fueron ejecutados y sus �rganos extra�dos mediante cirug�a para venderlos en el mercado negro internacional.

“La realidad es que las actividades operativas m�s importantes emprendidas por miembros del ELK –antes, durante, e inmediatamente despu�s del conflicto– tuvieron lugar en el territorio de Albania, donde las fuerzas de seguridad serbias nunca fueron desplegadas”.

El informe se�ala: “Ha sido bien establecido que armas y munici�n fueron contrabandeadas hacia partes de Kosovo, a menudo a caballo, a trav�s de rutas monta�osas clandestinas desde el norte de Albania”, emplazamiento de bases secretas de la OTAN, “sin embargo s�lo en la segunda mitad de 1998”, escribe Marty, “el ELK logr� su preeminencia en la percepci�n internacional como vanguardia de la lucha de liberaci�n kosovar albanesa a trav�s del apoyo expl�cito de potencias occidentales, gracias al fuerte cabildeo de EE.UU.”

“Lo que confunde particularmente” escribe Marty, “es que toda la comunidad internacional en Kosovo –desde los gobiernos de EE.UU. a las potencias occidentales aliadas y las autoridades de la justicia respaldada por la UE– poseen indudablemente la misma documentaci�n abrumadora sobre la dimensi�n de los cr�menes del Grupo Drenica, pero nadie parece dispuesto a reaccionar ante una situaci�n semejante y llevar ante la justicia a los perpetradores”.

La indignaci�n del relator especial es palpable: la ascensi�n de una familia pol�tica criminal con profundas ra�ces en el narcotr�fico internacional y otros negocios ilegales, incluyendo el horroroso tr�fico en �rganos humanos, lejos de ser un evento an�malo se ajusta precisamente al modelo estructural del r�gimen capitalista en el per�odo contempor�neo.

“Lo que hemos desvelado” nos informa Marty, “es por cierto algo que no es completamente inaudito. Conclusiones id�nticas o similares han sido detalladas y condenadas hace tiempo en informes de agencias claves de inteligencia y polic�a, pero sin que se les haya prestado atenci�n, porque los respectivos amos pol�ticos de los autores prefieren pasar desapercibidos y no decir nada, supuestamente por motivos de ‘conveniencia pol�tica’. Pero debemos preguntar �qu� intereses podr�an justificar una actitud semejante de desd�n por todos los valores invariablemente invocados en p�blico?”

Marty no necesita ir m�s all� de los “amos pol�ticos” de Washington en su b�squeda de una respuesta a su pregunta, ya que siguen encubriendo no s�lo sus propios cr�menes sino tambi�n los de las mafias globales que hacen d�cilmente lo que se les antoje.

Como hemos visto desde toda la segunda mitad del Siglo XX hasta ahora, poderosas elites corporativas y financieras, las agencias militares y de inteligencia y, a falta de un t�rmino mejor, instituciones “normales” de gobiernos, son sobornadas por los mismos protagonistas deshonestos que se benefician con las guerras y el caos que provocan para organizar cr�menes, “racionalizando” as� estructuras criminales con t�rminos m�s favorables para los que est�n “al tanto”.

En ese sentido, la impunidad de la que gozan hasta ahora Tha�i y sus ac�litos s�lo refleja la impunidad mucho mayor de la que gozan el Estado secreto estadounidense y los poderosos protagonistas en las elites de EE.UU. que se han beneficiado del trabajo sucio supuestamente realizado por el primer ministro de Kosovo, y otros como �l, que se cuentan entre los m�s leales sirvientes del poder imperial.

Tom Burghardt es investigador y activista basado en el �rea de la Bah�a de San Francisco. Aparte de publicar en Covert Action Quarterly, y Global Research, un grupo independiente de investigaci�n y medios de escritores, expertos, periodistas y activistas basado en Montreal, sus art�culos aparecen en Dissident Voice, The Intelligence DailyPacific Free PressUncommon Thought Journal, y el sitio en la Red Wikileaks. Es editor de Police State America: U.S. Military "Civil Disturbance" Planning, distribuido por AK Press y ha contribuido al nuevo libro de Global ResearchThe Global Economic Crisis: The Great Depression of the XXI Century.

Fuente:
El Estado mafioso de Europa, centro del camino de la droga UE-OTAN
Tom Burghardt . 30/12/10

Traducido del ingl�s para Rebeli�n por Germ�n Leyens
http://www.mondialisation.ca/index.php?context=va&aid=22570

Original en ingl�s:www.globalresearch.ca/PrintArticle.php?articleId=22486