5 Enero 2011
Dos narcoestados apoyados por la OTAN

Kosovo en el camino de las drogas

Mahdi Darius Nazenroaya

OPINION

La Guerra en Afganist�n: Drogas, Blanqueo de Dinero y Sistemas Bancarios

Kosovo y Albania juegan un papel importante en el Corredor de la Droga Euro-Asi�tico. La virtualmente independiente provincia serbia de Kosovo, habitada sobre todo por albaneses �tnicos, tiene fuertes v�nculos con el Afganist�n guarnecido por la OTAN. Kosovo es el lugar donde va a parar parte del opio y la hero�na que sale de Afganist�n hacia los mercados europeos y norteamericano.

La Guerra en Afganist�n

El estado de Afganist�n, que no tiene salidas al mar, se asienta en las encrucijadas de Asia Central, el subcontinente de la India y el Oriente Medio. Es un lugar de importancia geoestrat�gica y econ�mica por diversas razones.

En primer lugar, Afganist�n es un centro geoestrat�gico vital, flanqueado por Ir�n, la extinta Uni�n Sovi�tica y China. El emplazamiento de Afganist�n ha sido siempre significativo. Durante gran parte de su historia, esa zona geogr�fica fue frontera entre Ir�n, India y China. Despu�s, desde su independencia de Ir�n, se conform� como estado tamp�n entre Ir�n, la Rusia zarista, que tuvo su continuaci�n en la Uni�n Sovi�tica, y la India de dominio colonial brit�nico –que a su vez se prolong� en la Rep�blica de la India y en Pakist�n-. Afganist�n es el lugar ideal para crear una cu�a entre las potencias euroasi�ticas importantes y para establecer en Eurasia una presencia militar permanente para futuras generaciones.

En segundo lugar, Afganist�n constituye tambi�n el umbral de un Asia Central rica en energ�as, circunvalada por los territorios de Ir�n, la Federaci�n Rusa y China. Esto constituye un factor fundamental ya que determinadas potencias exteriores a la zona, como son EEUU o Reino Unido, pueden utilizar Afganist�n para sortear a esos poderes rivales de la regi�n. Desde hace bastantes a�os, EEUU y sus corporaciones petrol�feras han tenido siempre encima de su mesa un proyecto para establecer y controlar un corredor de gaseoductos y oleoductos que partiera desde los campos petrol�feros y de gas de Turkmenist�n y Asia Central y atravesara por Pakist�n y Afganist�n.

Las misiones de combate de la OTAN, bajo los auspicios de la Fuerza de Asistencia para la Seguridad Internacional (ISAF, en sus siglas en ingl�s), se concentran en el suroeste y noroeste de Afganist�n, que es donde se va a ubicar el corredor de oleoductos y gaseoductos que ir� desde el Asia Central hasta el Oc�ano Indico.

Antes del 11-S, Washington se hab�a entrado ya en negociaciones con el gobierno talib�n para asegurarse esa ruta de salida del el gas y el petr�leo.

Los intereses de EEUU alrededor del gas y del petr�leo en Afganist�n han incidido de forma directa en la configuraci�n pol�tica posterior al gobierno de los talibanes. El presidente afgano Hamid Karzai fue elegido inicialmente (22 de diciembre de 2001) por el gobierno de EEUU y por la comunidad internacional. Pero esa elecci�n no fue sino el resultado del cabildeo y las presiones de la Union Oil Company of California (UNOCAL). Karzai no s�lo era un antiguo directivo de UNOCAL, tambi�n hab�a estado colaborando con el gobierno talib�n en negociaciones relativas a la construcci�n y royalties del oleoducto. De hecho, varios funcionarios de UNOCAL, como Zalmay Khalilzad [1], fueron nombrados enviados especiales estadounidenses tanto en Afganist�n como en el Iraq ocupado por los anglo-estadounidenses.

Las ofensivas de la OTAN en la mitad occidental de Afganist�n pueden interpretarse como un medio para asegurar el territorio necesario para la construcci�n de un oleoducto geoestrat�gico que vaya desde Asia Central hasta Pakist�n atravesando Afganist�n.

Parece incluso que existen planes para reconfigurar tanto las fronteras de Afganist�n como las de Pakist�n a fin de facilitar el flujo de petr�leo y gas desde Asia Central a las costas del Oc�ano Indico. Una vez construido el corredor con el oleoducto y el terminal sobre el litoral del Oc�ano Indico, se habr�a logrado una victoria importante frente a los intereses energ�ticos de los competidores rusos, chinos e iran�es en la Cuenca del Caspio y Asia Central. Esta ser�a la segunda victoria geoestrat�gica de EEUU tras la apertura de la Terminal Petrol�fera Baku-Tblisi-Ceyahn (BTC), otra terminal que va sorteando los alrededores de Rusia, Ir�n y China.

El control de Afganist�n es vital para decidir los futuros equilibrios de poder en Asia Central y Eurasia, as�, quien quiera que controle Afganist�n tendr� bajo su dominio en gran medida la masa terrestre de Eurasia, tan rica en recursos energ�ticos.

En tercer lugar, Afganist�n constituye un �rea importante de la producci�n del opio que nutre el comercio il�cito de narc�ticos fuera de ese pa�s. El comercio il�cito de narc�ticos est� clasificado en tercer lugar en las facturaciones del comercio mundial, por detr�s del comercio del petr�leo y de las armas.

Las Medio-Olvidadas Guerras del Opio

El opio y los narc�ticos il�citos han jugado un papel relativamente desconocido, aunque hist�rico y principal, en la econom�a mundial y en las relaciones internacionales. Con el opio como causa se emprendieron importantes guerras. Gran Breta�a y las compa��as brit�nicas compartieron intereses en el comercio y tr�fico de narc�ticos. Una de esas compa��as era la British East India Company (BEIC, en sus siglas en ingl�s). La India fue administrada y gobernada por esa compa��a. En la India gobernada por los brit�nicos, al igual que en el resto de sus colonias, los intereses esencialmente corporativos y los intereses gubernamentales se un�an y se solapaban.

Culturas y naciones enteras fueron hist�ricamente doblegadas y transformadas para satisfacer intereses econ�micos latentes u ocultos. Los intereses comerciales brit�nicos coaccionaron infinidad de cambios en muchas sociedades y lugares. Por ejemplo, los brit�nicos coaccionaron a Ir�n para que reemplazara el caf� por el t� brit�nico. La sociedad iran� dej� su bebida nacional, el caf�, por el t� de la India sencillamente a causa de los intereses y demandas comerciales brit�nicos. Hasta el momento actual, los bistr� son llamados “casas de caf�”, aunque sirvan fundamentalmente t�.

Para la Far East and Southeast Asia, el opio era parte integral del comercio europeo y de las econom�as de naciones como Gran Breta�a, Portugal y los Pa�ses Bajos. A mediados de la d�cada de 1880, en su momento de mayor consumo, el opio era una de las mercanc�as m�s valiosas que circulaban por el comercio internacional [2]. Las exportaciones brit�nicas de opio lograron debilitar sistem�ticamente la resistencia china ante los poderes coloniales o extranjeros y tambi�n sirvieron de ayuda para equilibrar el enorme d�ficit comercial brit�nico con China.

Por meros intereses econ�micos, las corporaciones brit�nicas que ten�an su campo de actuaci�n en la India no s�lo coaccionaron al gobierno chino para que permitiera que la adici�n a la droga se extendiera todo lo posible, tambi�n coaccionaron a los campesinos indios para que cultivaran opio. De hecho, el cultivo del opio fue una pr�ctica irregular entre los campesinos en la India. Los brit�nicos coaccionaron eficazmente a muchos campesinos indios para que pasaran a depender del cultivo del opio para poder vivir. Las econom�as locales de muchas comunidades de la India fueron sistem�ticamente apartadas del cultivo de productos alimenticios en aras de determinados cultivos comerciales para los mercaderes brit�nicos. A trav�s de las cosechas de subsistencia, los campesinos dispon�an de cierta autonom�a de las fuerzas del mercado y ten�an garantizada la supervivencia, con los cultivos destinados a la venta pasaron a depender de los brit�nicos y del mercado del opio para poder sobrevivir. De esa forma, la India se vio cada vez m�s sometida al control brit�nico y a la explotaci�n de las compa��as brit�nicas [3].

Una de las causas del colapso de la China Imperial o del Imperio Chino fue la adici�n a las drogas auspiciada por toda Asia por los brit�nicos. En China se dispar� la adici�n a las drogas y su gobierno se vio enseguida obligado a prohibir el uso del opio a su poblaci�n por los efectos da�inos y destructivos que provocaba en su sociedad, sanidad, productividad, econom�a y cultura.

El opio era muy importante para Gran Breta�a. La adici�n al opio se utiliz� para explotar a las naciones, poblaciones y econom�as asi�ticas. Los beneficios del opio fueron tan importantes y lucrativos que los brit�nicos fueron a�n m�s all�, hasta el punto de declarar la guerra a China para usurpar el comercio de opio. Los brit�nicos declararon una guerra injusta contra China [4].

En 1799, el Imperio Chino reafirm� su prohibici�n de importar opio, pero las compa��as brit�nicas y los comerciantes ignoraron sencillamente la prohibici�n y continuaron importando opio para China. La criminalizaci�n del opio ayud� a que aumentara su precio de mercado.

La situaci�n en China era comparable a la prohibici�n del alcohol en EEUU entre 1920-1933, excepto en que el opio tuvo un impacto profundo en la sociedad china y fue agotando el capital de su econom�a. Alrededor de 1830, el valor de las exportaciones de opio hab�a superado el de las exportaciones internacionales de t� de los brit�nicos. En 1838, las autoridades chinas impusieron legalmente la pena de muerte a todos los comerciantes, traficantes y contrabandistas de drogas que hubiera entre la ciudadan�a china. Incluso entonces, los brit�nicos quedaron exentos de los castigos de esa ley porque el gobierno chino no quer�a crearse problemas con Gran Breta�a. En 1838-1839, las autoridades chinas no tuvieron otra opci�n que hacer cumplir la ley que prohib�a las importaciones de opio dirigidas por los comerciantes y compa��as brit�nicas con total apoyo del gobierno brit�nico. China se deslizaba hacia el desastre econ�mico al estar utilizando sus reservas para pagar las importaciones de opio, provocando un flujo masivo de capital chino hacia Gran Breta�a. Pero los chinos no pudieron soportar m�s la industria de narc�ticos brit�nica en Asia y, a partir de entonces, se negaron a permitir las importaciones il�citas de narc�ticos que las compa��as europeas y el gobierno brit�nico hab�an ignorado y violado con todo descaro [5].

En 1839, los brit�nicos le declararon la guerra a China y enviaron desde la India una fuerza naval y tropas brit�nicas. China sali� derrotada y se vio forzada a firmar un tratado injusto, el Tratado de Nanking (1842). Este tratado llev� consigo m�s explotaci�n econ�mica para los chinos y otra guerra. La Segunda Guerra del Opio se emprendi� con la excusa del Tratado de Nanking y llev� a un sometimiento mayor de China ante los poderes coloniales y extranjeros, incluyendo el estacionamiento de tropas extranjeras en la capital de China, la cesi�n de Hong Kong y Macao y la p�rdida de territorio chino.

Al terminar la Primera Guerra del Opio, Lord Palmerston, el primer ministro brit�nico, hizo una declaraci�n importante respecto a la firma del Tratado de Nanking, que confirmaba la importancia de la narco-econom�a para Gran Breta�a:

“No hay duda que este acontecimiento [el fin de la Guerra del Opio con el Tratado de Nanking], que conformar� un hito en el progreso de la civilizaci�n de las razas humanas, concede las ventajas m�s importantes para los intereses comerciales de Inglaterra.” [6]

El Legado de las Guerras del Opio en el Moderno Afganist�n

Hist�ricamente, el lucrativo comercio del opio patrocinado por los brit�nicos cre� los cimientos para la industria del opio y de la hero�na en el actual Afganist�n, que hoy en d�a produce el 92% del suministro mundial de hero�na [7].

El cultivo del opio fue introduci�ndose por el suroeste asi�tico, en la Regi�n del Tri�ngulo Dorado (Laos, Myanmar y Tailandia), as� como en otras zonas. El legado del opio en Afganist�n es consecuencia directa tanto del comercio hist�rico de la droga auspiciado por los brit�nicos como de la devastaci�n de Afganist�n durante la guerra afgano-sovi�tica iniciada por Pakist�n y EEUU [8]. Fue durante la guerra afgano-sovi�tica cuando se impuls� en Afganist�n el cultivo del opio a gran escala comercial, apoyado y protegido por las inteligencias pakistan� y estadounidense. Y los suministros se dirigieron hacia el mercado occidental de la hero�na.

El Comercio Internacional de la Droga: El Mercado de los Narc�ticos

Si Gran Breta�a, los Pa�ses Bajos y Portugal en el curso de su historia pasada, estuvieron apoyaron de forma activa el comercio de drogas, �qu� es lo que impide que eso ocurra hoy en d�a, precisamente con los colosales beneficios y las ganancias en la divisa fuerte que la industria de drogas ilegales genera?

Los principios econ�micos seguidos por el gobierno brit�nico durante las Guerras del Opio son los mismos que a�n se utilizan en los tiempos actuales. Los narc�ticos o drogas ilegales siguen siendo una mercanc�a considerable y un componente importante del comercio internacional. El opio de Afganist�n constituye una gran parte del mercado mundial de narc�ticos, que, seg�n estimaciones de la ONU, alcanza aproximadamente los 400-500.000 millones de d�lares [9].

Los narc�ticos son un instrumento de la pol�tica exterior estadounidense que otros intereses financieros occidentales tambi�n apoyan. La CIA, en colaboraci�n con otras agencias de inteligencia, como la paquistan� ISI que act�a en Afganist�n, ha llevado a cabo operaciones secretas en apoyo del comercio de drogas:

“Nuestras conclusiones siguen manteniendo la idea de que deber�a ser Washington el primer objetivo para una estrategia efectiva a la hora de abordar el problema de la droga y, de forma especifica, sus propios v�nculos con las fuerzas corruptas alrededor de las drogas en otras partes del mundo. Defendemos que las operaciones secretas de Washington en el exterior han sido un factor importante para generar cambios en las pautas globales de flujos de drogas hacia EEUU y, como ejemplos de las preocupaciones centrales de este libro, citamos la proliferaci�n de hero�na generadas en Vietnam en los sesenta y en Afganist�n en la d�cada de los ochenta del pasado siglo. La explosi�n de tr�fico de coca�na por toda Am�rica Central en los a�os de Reagan facilit� las operaciones secretas de la administraci�n para derrocar a los sandinistas nicarag�enses [vis-a-vis Ir�n-Contra]. (“Cocaine Politics: Drugs, Armies and the CIA in Central America”, Jonathan Marshall y Peter Dale Scott, abril de 1988)

Michel Chossudovsky ha clarificado tambi�n los mecanismos econ�micos existentes detr�s del comercio il�cito de narc�ticos.

“Tomando como referencia las cifras de 2003, el tr�fico de drogas constituye la tercera mercanc�a global de mayor alcance en t�rminos monetarios, detr�s del comercio del petr�leo y de armas.

Afganist�n y Colombia son las mayores econom�as productoras de la droga del mundo que sirve para nutrir una floreciente econom�a del crimen. Estos pa�ses est�n fuertemente militarizados. El comercio de la droga est� protegido. Se dispone de amplia documentaci�n sobre el papel central jugado por la CIA en el desarrollo de ambos tri�ngulos de la droga: el asi�tico y el latinoamericano.

El Fondo Mundial Internacional (FMI) estim� que las cifras de blanqueo global del dinero oscilan entre 590.000 millones y 1.500 billones de d�lares al a�o, representando el 2-5 % del PIB global (Asian Banker, 15 de agosto de 2003). El FMI estima que gran parte del blanqueo global de dinero va unido al comercio de narc�ticos.”

(“Who benefits from the Afgani Opium Trade?” Global Research, 21 de septiembre de 2006)

El Aumento del Opio bajo la Presencia de la OTAN en Afganist�n

En t�rminos econ�micos, la demanda es lo que crea la oferta. La oferta de opio y hero�na ha ido aumentando. Y eso ha sucedido justo bajo las narices de la OTAN: La OTAN afirma que est� tolerando alg�n cultivo de opio para no incitar a la violencia contra sus tropas.

Afganist�n debe ser desmilitarizado. Para conseguirlo no se necesita un ej�rcito permanente sino arrancar de ra�z las armas y poner fin al flujo de narc�ticos il�citos.

La multi-mil millonaria en d�lares (USA) industria de Afganist�n debe ser reconvertida. En lugar de eliminar el comercio de drogas, la presencia militar extranjera ha ayudado a restaurarlo.

La OTAN, como entidad, se ha convertido en c�mplice de la mayor proliferaci�n de narc�ticos y actividades criminales. El cultivo del opio no ha disminuido nada: m�s a�n, todas las cifras muestran que no ha hecho m�s que aumentar. Esto est� sucediendo bajo la presencia de la OTAN, como varios informes de los medios han confirmado ya.

Las promesas de eliminar el Opio y la Hero�na no s�lo no se han cumplido sino que han sido “sustancialmente violadas”

Afganist�n es un centro fundamental para el mercado internacional de narc�ticos y la producci�n de hero�na. Seg�n el Guardian de Gran Breta�a (3 de octubre de 2001), Tony Blair, el primer ministro brit�nico, present� la Invasi�n anglo-estadounidense como un instrumento para erradicar el comercio il�cito de drogas: “Las armas que los talibanes est�n hoy comprando se pagan con las vidas de los j�venes brit�nicos que est�n adquiriendo sus drogas [afganas] en las calles brit�nicas”, dijo Tony Blair. “Ese es otro aspecto de su r�gimen [de los talibanes] que deber�amos intentar destruir”.

Las justificaciones del primer ministro brit�nico para la guerra, recogidas en documento p�blico, han demostrado que fueron tan s�lo un intento ret�rico para conseguir el apoyo de su pueblo. La declaraci�n de Tony Blair es ir�nica porque son precisamente las tropas brit�nicas y las de la OTAN las que han permitido que el cultivo del opio se descontrolara en el Afganist�n guarnecido por ellas.

En virtud de las propias declaraciones y promesas del primer ministro brit�nico, Blair es culpable de negligencia y del sacrificio de vidas brit�nicas. En el 2001, para invadir el Afganist�n controlado por los talibanes, utiliz� como excusa acabar con el cultivo del opio para as� salvar vidas brit�nicas. La invasi�n no contribuy� a reducir el cultivo del opio, bien al contrario.

Blanqueo de Dinero y Banca Internacional

El FMI ha informado que “el tama�o global del blanqueo de dinero en el mundo podr�a haber alcanzado el 2-5% del PIB mundial. Echando mano de estad�sticas de 1996, esos porcentajes indicar�an que el blanqueo de dinero oscil� entre los 590.000 millones y 1.500 billones (USA) [en 2003]” [10].

El blanqueo de dinero estadounidense en el interior del pa�s y a nivel internacional es un tema clave. El 91% de los miles de millones de d�lares gastados en coca�na en EEUU permanecen all�. Est�n depositados en el sistema bancario estadounidense y en el canadiense. El comercio de narc�ticos ayuda a esas econom�as a acumular d�lares [11].

El alcance del blanqueo de dinero en EEUU puede comprenderse si pensamos que, pr�cticamente, cada d�lar que circula por el pa�s contiene “rastros microsc�picos” de coca�na. Esto no es una mera leyenda urbana, sino un hecho verificado por cient�ficos, expertos forenses y el FBI. Los rastros de coca�na en el papel moneda estadounidense significan el uso extensivo de moneda como medio de pago en las transacciones alrededor de la droga [12].

La mayor parte del blanqueo de dinero se hace a trav�s del sistema bancario comercial internacional. Los bancos dom�sticos estadounidenses blanquean anualmente alrededor de 100.000 millones de d�lares procedentes del dinero de la droga. Esto incluye a varias de las instituciones financieras m�s importantes de EEUU [13].

Seg�n parece, los sistemas bancarios de Norteam�rica y Europa Occidental est�n sirviendo como puntos de acumulaci�n de la moneda que se obtiene en capital-divisas en efectivo en el resto del mundo.

Cesar Gaviria Trujillo, anterior presidente de Colombia y anterior secretario general de la Organizaci�n de Estados Americanos (OEA), declar�: “Si los colombianos son el pez grande del comercio de la droga, entonces los estadounidenses son la ballena”, y pidi� que EEUU acabara con las actividades de blanqueo de dinero en el interior de sus fronteras y dedicara m�s recursos a la reducci�n del consumo dom�stico de drogas.

El ej�rcito pakistan� y sus oligarcas militares tambi�n se benefician de la econom�a internacional de narc�ticos. Seg�n el periodista Rahul Bedi, “Desde su independencia de la India, son otros quienes, directa o indirectamente, gobiernan Pakist�n y controlan su pol�tica exterior, de defensa y nuclear; en el interior del pa�s, es el ej�rcito el que constituye la entidad que obtiene mayores y mejores beneficios” [14].

Raool Ali Khan, el representante paquistan� ante la Comisi�n de Narc�ticos de Naciones Unidas dijo en 1993: “No hay ninguna esfera en el gobierno de Pakist�n donde la corrupci�n de la droga no lo impregne todo”, y la CIA, ella misma una fuerza tristemente c�lebre tras la proliferaci�n internacional de narc�ticos, inform� al Congreso de USA en 1994 que la hero�na se hab�a convertido en “la sangre vital que corre por las venas del sistema pol�tico y econ�mico de Pakist�n” [15].

Los Lazos entre Kosovo y el Afganist�n Guarnecido por la OTAN

El blanqueo de dinero, el tr�fico de drogas y el tr�fico ilegal de armas est�n estrechamente vinculados y forman una trinidad internacional. En los Balcanes, se empez� con la criminalizaci�n de la Rep�blica de Albania y m�s tarde de Kosovo.

Kosovo y Albania juegan un papel importante en el Corredor de la Droga Euro-Asi�tico. La virtualmente independiente provincia serbia de Kosovo, habitada sobre todo por albaneses �tnicos, tiene fuertes v�nculos con el Afganist�n guarnecido por la OTAN. Kosovo es el lugar donde va a parar parte del opio y la hero�na que sale de Afganist�n hacia los mercados europeos y norteamericano. Tanto Afganist�n como Kosovo est�n bajo el proceso de “democratizaci�n” anglo-estadounidense, experimentando “el proceso de construcci�n de una naci�n” a trav�s de las bases militares que EEUU ha levantado en sus respectivos territorios y bajo la �rbita de la OTAN.

La antigua Rep�blica yugoslava de Macedonia y Albania, saturadas de drogas il�citas y armas, forman parte tambi�n del Corredor de la Droga euroasi�tico. El Corredor de la Droga Euroasi�tico es tambi�n el canal de distribuci�n de armas y drogas.

Los canales de drogas y armas circulan tambi�n en direcciones opuestas. Las armas fluyen hacia el interior del Corredor Euroasi�tico de la Droga, mientras que las drogas o narc�ticos fluyen hacia fuera.

La industria de narc�ticos il�citos radicada en Kosovo obtiene miles de millones de d�lares al a�o en transportes e intercambio de pagos.

El Ej�rcito de Liberaci�n de Kosovo (KLA, en sus siglas en ingl�s) y sus afiliados o extensiones en Macedonia y Albania, y en alguna medida en Italia, Grecia y Turqu�a, juegan un papel importancia en el tr�fico y contrabando de drogas. El KLA es el intermediario en la industria de narc�ticos. Utilizan, sucesivamente, parte de los procedimientos de la ilegal narco-econom�a para armarse ellos mismos y para consolidar su control sobre numerosos aspectos del comercio y la vida en Kosovo, las zonas habitadas por albaneses en el oeste de Macedonia y Albania.

Criminalizaci�n en los Balcanes: C�mo se Lanz� la Econom�a sobre los Narc�ticos

Seg�n Chossudovsky (The Globalization of Poverty and the New World Order), Albania y Kosovo se convirtieron, a principios de la d�cada de 1990, en un punto de paso importante del comercio afgano de opio y hero�na hacia Europa Occidental:

“Se ha desarrollado enormemente un comercio de base triangular, sobre el petr�leo, las armas y los narc�ticos, como resultado del embargo impuesto por la comunidad internacional [a saber, EEUU, la UE y los miembros de la OTAN] sobre Serbia y Montenegro [estos dos �ltimos estados de la Federaci�n Yugoslava] y el bloqueo impuesto por Grecia contra Macedonia. De forma sucesiva, el colapso de la industria y la agricultura cre� un vac�o en el sistema econ�mico que estimul� la expansi�n del comercio il�cito. Este �ltimo [comercio il�cito, i.e., contrabando y tr�fico de drogas] se ha convertido en un “sector destacado”, una fuerte importante de intercambios exteriores y un campo f�rtil para las mafias criminales.

(…)

Al comercio de armas y narc�ticos se le permiti� [de forma deliberada] prosperar a pesar de la presencia, desde 1993, de m�s de 800 soldados estadounidenses en la frontera entre Albania y Macedonia con un mandato para reforzar el embargo. (…) Los ingresos del petr�leo y los narc�ticos se utilizaron para financiar la compra de armas (a menudo en t�rminos de trueque directo): “Las entregas de petr�leo a Macedonia (eludiendo el embargo griego, en 1993-94) pod�an utilizarse para sustituir la hero�na, al igual que las entregas de rifles kalashnikov (…) en Kosovo.

Aquellos grandes repartos de armas fueron aceptados t�citamente por las potencias occidentales por motivos geo-pol�ticos; tanto Washington como Bonn hab�an favorecido la idea de una “Gran Albania” [controlada por la alianza anglo-estadounidense y los intereses franco-alemanes] que abarcara Albania, Kosovo y parte del oeste de Macedonia. No sin sorpresas, hubo un “ensordecedor silencio” de los medios internacionales respecto al tr�fico de drogas y armas de Kosovo: “el tr�fico de drogas y armas est� siendo considerado esencialmente en funci�n de sus implicaciones geo-pol�ticas (…) En Kosovo, el tr�fico de armas y drogas est� impulsando las esperanzas y temores geo-pol�ticos”.

Desinformaci�n sobre el Afganist�n guarnecido por la OTAN

Eric Margolis, un periodista que se define a s� mismo como conservador ha declarado:

“No crean lo que NUESTROS medios y pol�ticos nos cuentan sobre Afganist�n. Casi toda la informaci�n que obtenemos sobre esa guerra que dura ya cinco a�os viene de EEUU y de los oficiales encargados de las relaciones p�blicas de la OTAN o de periodistas ‘empotrados’ que repiten como loros los folletos de los militares. Preg�ntense cu�ndo leyeron un informe de un periodista que est� cubriendo a los talibanes y a otras fuerzas de la resistencia afgana?” (19 de septiembre de 2006) [16].

El gobierno canadiense, entre otros, ha dado comienzo a un programa de entrenamiento militar para periodistas – algo que va m�s all� de la informaci�n controlada de los reportajes de periodistas empotrados [17].

Debe reconocerse que la insurgencia es tambi�n, en parte, un movimiento de resistencia en muchas regiones de Afganist�n. Los medios llaman “equivocadamente” a este movimiento los “talibanes”. Sin embargo, en Afganist�n, sobre el terreno, las tropas de la OTAN identifican a los insurgentes afganos como las Milicias Anti-Coalici�n. Este t�tulo refleja el hecho de que la OTAN est� luchando contra un movimiento de diversidad multi-�tnica en Afganist�n que considera a la OTAN como una fuerza de ocupaci�n. El tema de los abusos de los derechos humanos por las tropas de la OTAN y los contratistas de seguridad (mercenarios) ha incrementado tambi�n la violencia entre los habitantes de Afganist�n.

Adem�s de la desinformaci�n de los medios, nos encontramos con informes err�neos o tergiversados. Hay tambi�n individuos que dicen representar al pueblo afgano y que dicen ser campeones de los derechos humanos, como el presidente afgano y miembro de la no electa Loya Jirga (el pseudo-parlamento afgano). Muchos de los movimientos internacionales contra la guerra han sido enga�ados por miembros de la Loya Jirga que han pretendido abogar por los derechos de hombres y mujeres contra los EEUU y los se�ores de la guerra, mientras que de hecho recib�an protecci�n de ellos. Esto es un “disentimiento” o una oposici�n (“contra-discurso”) que utilizaron para crear la ilusi�n de que una oposici�n pol�tica aut�ntica en Afganist�n.

Los Talibanes: Creaci�n del Aparato de Inteligencia Estadounidense

Los talibanes son una creaci�n de la CIA y del Servicio de Inter-Inteligencia de Pakist�n. En 1996, se estableci� el gobierno talib�n como estado-cliente anglo-estadounidense.

La premisa de que la invasi�n sovi�tica de Afganist�n era el antecedente del extremismo y del militarismo de Afganist�n es una falacia. En realidad, la creaci�n del extremismo en Afganist�n vino dada por la colaboraci�n conjunta entre la inteligencia de EEUU y el ISI pakistan� en la mayor operaci�n de la historia de la CIA. La elaboraci�n de una guerra en Afganist�n fue maquinada por EEUU, que alumbr� a los muyahaidines y eventualmente a los talibanes. Seg�n Zbigniew Brezinski, los EEUU empezaron las operaciones de contacto con los pakistan�es a fin de provocar una guerra civil en Afganist�n antes de la intervenci�n sovi�tica del 24 de diciembre de 1979.

El anterior Consejero para la Seguridad Nacional, Zbigniew Brezinski revel�, durante una entrevista con el Nouvel Observateur, que las directrices oficiales para apoyar en secreto el estallido de una guerra civil y una oposici�n al gobierno afgano pro-sovi�tico empezaron el 3 de julio de 1979 [18]. Esto ocurri� seis meses antes de que las tropas sovi�ticas entraran en Afganist�n. Hay indicios de que las operaciones de inteligencia estadounidense en Afganist�n en apoyo de los muyahaidines y otros grupos fueron anteriores a 1979.

La vuelta de los Talibanes, la manipulaci�n del Movimiento Antimilitarista y la Satanizaci�n de la Alianza del Norte

Los EEUU y la OTAN parecen estar preparando la reinserci�n de los talibanes en la arena pol�tica afgana, en detrimento de la Alianza del Norte.

El senador estadounidense Bill Frist de Tennessee (republicano) ha pedido la inclusi�n de los Talibanes en el gobierno afgano [19]. Esta petici�n reviste importancia porque, en Waziristan, Pakist�n ha llegado a acuerdos con representantes pakistan�es de los talibanes [20]. Bill Frist es el l�der de la mayor�a en el Senado de EEUU y es uno de los dirigentes republicanos. La OTAN est� implicada tambi�n en los di�logos con los talibanes, muy probablemente a trav�s de canales pakistan�es y del presidente Karzai.

En Afganist�n, los intereses estadounidenses se sirvieron de los talibanes en el pasado y de nuevo parecen tener un rol potencial emergente. Los talibanes fueron casi siempre aliados fiables de EEUU –m�s, incluso, que los actuales grupos en el Afganist�n guarnecido por la OTAN, que fueron aliados de Mosc�, Teher�n y Pek�n y pod�an a�n regresar a sus viejos campamentos-. Los talibanes podr�an tambi�n mostrar ahora que se sienten tan cooperativos como en el pasado con los EEUU.

La Alianza del Norte, aunque no es precisamente un coro celestial, ha sido muy desacreditada y satanizada. Este parece ser el trabajo de campo de otras operaciones y duplicidades en Afganist�n.

Hay tambi�n intentos de manipulaci�n de los movimientos antimilitaristas para facilitar los objetivos anteriores. Los EEUU y los medios dominantes han intentado tambi�n retratar la Alianza del Norte como un aliado suyo cuando, de hecho, el liderazgo de la Alianza anterior al 11-S se opon�a al intervencionismo estadounidense. A este respecto, hay indicios de que la inteligencia pakistan� (ISI) en colaboraci�n con individuos dentro de la Alianza del Norte, estuvo implicado en el asesinato de su l�der Ahmad Shah Massoud. Massoud fue el �ltimo ministro de defensa y fue objeto de un asesinato de un kamikaze dos d�as antes de los tr�gicos sucesos del 11-S y de la invasi�n anglo-estadounidense del Afganist�n controlado por los talibanes

Ir�nicamente, EEUU est� utilizando los sentimientos en su contra en el extranjero de los movimientos antimilitaristas y de la gente en general para impulsar otros objetivos de su pol�tica exterior.

 

Referencias:

[1] Zalmay Khalilzhad es el embajador estadounidense, de origen afgano, en Iraq. También es miembro del PNAC (Project for the New American Century). Estuvo asistiendo a clase en la Universidad Americana de Beirut en Líbano, donde impulsó tensiones sectarias y división entre musulmanes, drusos y cristianos durante la Guerra Civil Libanesa. También fue uno de los mediadores entre las milicias que asesinaron a los civiles palestinos en Líbano y el gobierno israelí.

[2] Profesor John F. Richards; Opium and the British Indian Empire: The Royal ommission of 1895 Lecture, Universidad de Cambridge, Reino Unido, 23 de mayo de 2001: http://www.drugpolicy.org/library/opium_india.cfm http://fds.duke.edu/db/aas/history/faculty/richards

[3] Profesor Peter Ward Fay: “The Opium War, 1840-18432, Chapel Hill, University of North Carolina Press, 1975.

[4]Ibid

[5] Ibid

[6] Thomas Roy: “China: The Awakening Giant”, Chapter 2: Opening to the West, págs. 15-28, Toronto, McGraw-Hill Ryerson Ltd., 1981
Nota: Las páginas 27-28 contienen un directoria detallada de sugerencias de lecturas, material de invetigación y fuentes sobre las Guerra del Opio y la implicación británica en la industria de narcóticos (opio) para explotar a China.

[7] UNODC Statement on The Opium Economy in Afghanistan

[8] Profesor Michel Chossudovsky: “America’s War on Terrorism”, Chapter 2: Who is Osama bin Laden? págs. 26-27, Global Research, Centre for Research on Globalization (CRG), Pincourt (Québec), 2005

[9] Profesor Michel Chossudovsky: “Who benefits from the Afghan Opium Trade?”, Centre for Research on Globalization (CRG), 21 de septiembre de 2006
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=CHO20060921&articleId=3294

[10] “The Economic Impact of the Illicit Drug Industry”, Transnational Institute (TNI)
http://www.tni.org/crime-docs/impact.pdf

[11] Profesor Asad Ismi: “Drugs and Corruption in North and South America”

[12] Ibid

[13] Ibid

[14] Rahul Bedi: “Pakistan’s military is country’s largest business conglomerate”, Indo-Asian News Service (IANS), 12 de octubre de 2006

[15] Profesor Asad Ismi: “A U.S.-financed Military Dictatorship: Pakistan has Long, Bloody History as the Terrorist Arm of U.S.”, CCPA Monitor, Canadian Centre for Policy Alternatives (CCPA), junio de 2002

[16] Eric Margolis, Afghanistan: “Time for Truth”, 18 de septiembre de 2006
http://www.ericmargolis.com/archives/2006/09/afghanistan_tim.php

[17] Brandon Sun: “Military wants to turn soldiers into 'journalists' to win minds overseas”, 21 de septiembre de 2006
http://www.brandonsun.com/story.php?story_id=29952
Bob Bergen: “Military Censorship Hiding in Plain Sight, The Hamilton Spectator, 13 de octubre de 2006

[18] “The CIA’s Intervention in Afghanistan”, Interview with Zbigniew Brezinski, Le Nouvel Observateur, ejemplar de 15-21 de enero de 1998, página 76. Analizado también por Michel Chossudovskyen: “America’s "War on Terrorism", op cit.

[19] Jackie Dent, “Is it time to negotiate with the Taliban?”, Cable News Network (CNN), 5 de octubre de 2006: http://edition.cnn.com/2006/WORLD/asiapcf/10/05/taliban.talks
“Include Taliban in government, says U.S. senator”, The Associated Press, 3 de octubre de 2006: publicado por Canadian Broadcasting Corporation (CBC),
http://www.cbc.ca/world/story/2006/10/03/taliban-frist.html

[20] “Musharraf’s Waziristan deal a sell off to the Taliban”, India Defence, 14 de octubre de 2006: http://www.india-defence.com/reports/2607

Relación de artículos sobre Afganistán y/o Kosovo y el comercio internacional de narcóticos del Center for Research on Globalization (CRG):

Who benefits from the Afghan Opium Trade?
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=CHO20060921&articleId=3294

The U.S.-NATO Military Intervention in Kosovo
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=STO20051229&articleId=1666

The Spoils of War: Afghanistan's Multibillion Dollar Heroin Trade
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=CHO20050614&articleId=91

Drugs, the CIA and Faustian Alliances
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=STA20040628&articleId=777

Washington Behind Terrorist Assaults In Macedonia 2001-09-10
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=CHO20010910&articleId=367

CIA- MI6 Interference in Domestic Politics in the Balkans
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=BOZ20050322&articleId=462

Fuente:

Mahdi Darius Nazenroaya KOSOVO EN EL CAMINO DE LAS DROGAS. Global Research. Fecha Mi�rcoles, 08 noviembre Traducido del ingl�s por Sinfo Fern�ndez. http://www.semanarioserbio.com/modules.php?name=News&file=article&sid=1753

Mahdi Darius Nazemroaya es un escritor independiente y analista en temas de Oriente Medio. Vive en Ottawa.

Original http://www.rebelion.org/noticia.php?id=40787