|  | 
          
            |  |   1 octubre 2009  |  Contenido: Entrevista a Silvia  Ribeiro, investigadora y responsable de programas del Grupo ETC. Gripe porcina y Biopiratería,  geoingeniería, nanotecnología, transgénicos, biología sintética,  agrocombustibles
 
 "La gripe porcina drenará los recursos públicos a favor  de las trasnacionales"Biopiratería, geoingeniería, nanotecnología, transgénicos, biología  sintética, agrocombustibles … Una red de poderosas trasnacionales juegan a romper  las reglas de la naturaleza. Silvia Ribeiro*, investigadora y responsable de  programas del Grupo ETC** en México, está entre las mayores expertas mundiales  en la lucha contra estas nocivas prácticas.
 
 1.- Hola, Silvia. Tú trabajas en México, estas semanas en el centro  de la atención mundial por causa de la llamada gripe porcina. Poco se habla en  la prensa hegemónica de la relación entre ese A/H1N1 y la cría industrial de  animales. Y menos aún de los efectos de estos métodos sobre la vida de los  campesinos y campesinas. ¿Cual es tu reflexión al respecto?
 
 Yo creo que la gripe porcina, además de la gravedad del hecho en sí mismo  para quienes la sufren, es una muestra clara de un aspecto de las crisis  múltiples que vivimos, del que poco se habla: la crisis de la salud. Oímos  hablar de las crisis económicas y financieras, que parecen opacar en los  titulares a otras muchas más graves, como la alimentaria, la climática y la  ambiental, pero casi no se habla de la crisis de salud, que es una consecuencia  lógica y gravísima del modelo imperante.
 
 La gripe porcina es un buen ejemplo de esto, pese a que hasta la OMS se hizo  cómplice de las empresas cambiándole el nombre al aséptico “gripe A/H1N1”, para  desvincularla de la cría industrial de cerdos. Sin embargo, el virus estaba  presente en cerdos de establecimientos industriales en Estados Unidos desde  hace una década, aunque no se conocían casos de contagio a humanos y entre  humanos, pero hubo varias alertas de virólogos que decían que esto podía  suceder en cualquier momento, por la alta tasa de recombinación de los virus,  pero sobre todo, porque la cría industrial confinada de animales acelera e  intensifica este proceso.
 
 No es el único factor, pero es clave en el origen de la actual epidemia y  las que vienen, porque los cerdos actúan, más que otras especies, como “crisol€ン”  para la recombinación de nuevos virus. Las condiciones de hacinamiento de miles  de animales donde circulan diferentes cepas de virus que pueden infectar simultáneamente  al mismo animal, el estrés, las frecuentes vacunaciones con antivirales y antibióticos,  la exposición continua a plaguicidas para combatir los parásitos e insectos que  pululan en esas instalaciones, exacerban esta capacidad.
 
 No se trata solamente de los cerdos, también de la cría industrial de pollos  y ganado, que tienen un efecto similar. Los cerdos son particularmente  receptivos a virus de otras especies, y por eso fue en la cría industrial de  cerdos donde se generó este virus. Pero ya teníamos el antecedente de la gripe  aviar, que tiene la misma matriz de formación. De por sí, el virus de la gripe  porcina tiene segmentos de gripe porcina, de gripe aviar y de gripe humana.
 
 Y una contracara, como tú mencionas, es el desplazamiento de los pequeños  criadores, de los campesinos y campesinas, que pueden producir alimentos de  forma sana, sin generar estas enfermedades. Por supuesto, los cerdos de un  campesino pueden contraer el mismo virus, pero si así fuera, no lo diseminarían  en forma masiva, porque serían pocos animales. Además, la cría familiar no  acelera la mutación, porque los animales están en condiciones mucho mejores, y  no están bombardeados desde que nacen con antivirales y antibióticos, como  sucede en la cría industrial.
 En México, donde se supone que empezó la gripe que ahora es definida como  pandemia global, la cría industrial de animales a gran escala se desarrolló  junto con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), porque  entonces las grandes empresas de cría industrial de cerdos y pollos invadieron  el campo mexicano, desplazando a muchos criadores pequeños. Se trasladan a  México en parte por la crítica y multas a que empezaron a ser sometidas en  Estados Unidos (por la devastación ambiental que conllevan), pero además porque  el TLCAN les abre la puerta, incluso subsidiándolas al no tener que pagar  varios impuestos, además que la mano de obra y la tierra es más barata. El  lugar donde se ubica al llamado "paciente cero" de la gripe porcina,  es un poblado en Veracruz, cercano a Granjas Carroll, que es propiedad  mayoritaria de Smithfield, la mayor productora de carne de cerdo industrial del  mundo. En Granjas Carroll se crían casi un millón de cerdos por año. En poco  más de una década, los grandes criadores industriales de cerdos se apropiaron  de casi la mitad del mercado mexicano.
 
 Como dijo Mike Davis, lo más peligroso de todo son los cerdos con traje. En  Estados Unidos, en 1965 había 55 millones de cerdos en más de un millón de  granjas de Estados Unidos; hoy existen 65 millones, concentrados en 65.000  instalaciones, la mitad de las cuales tienen más de 5.000 animales. O sea, la  producción no aumentó tanto, lo que desaparecieron fueron los pequeños  criadores.
 
 " En esencia" , nos dice Davis, "se trata de una transición  desde los pequeños chiqueros hacia vastos infiernos de excremento, de  naturaleza sin precedente, en los cuales cientos de miles de animales con  sistemas inmunes debilitados se sofocan entre el calor y el estiércol e  intercambian patógenos a velocidad de vértigo con sus compañeros de presidio y  sus patéticas progenies."
 
 2-. Tú misma has definido la cuestión como “epidemia de lucro".  ¿Son los virus un negocio más? ¿Quién se lucra con todo esto y qué hacen los  gobiernos al respecto?
 
 En primera instancia, es un gran lucro para los criadores industriales de  animales. Pero ya en la enfermedad, es un tremendo negocio para las empresas  farmacéuticas. Ya antes de la gripe porcina, las empresas farmacéuticas estaban  logrando grandes lucros con la venta de vacunas para adultos, que en el 2007  superó por primera vez la venta de vacunas pediátricas a nivel global. Las vacunas  para la gripe son un gran negocio porque los virus mutan todo el tiempo,  entonces las empresas ven en esto una fuente interminable (digamos cínicamente  "renovable") de ganancias. A 2008, cinco empresas farmacéuticas  controlaban el mercado mundial de vacunas: Merck, GlaxoSmithKline, Sanofi  Pasteur (la división de vacunas de Sanofi Aventis), Wyeth (ahora propiedad de  Pfizer) y Novartis. Las cuatro más grandes controlan el 91,5% del mercado  mundial. Las empresas que están más adelantadas en la carrera para generar una  nueva vacuna para la gripe porcina, son justamente Glaxo (en colaboración con  Baxter), Novartis y Sanofi Pasteur, que serán los grandes ganadores. Hay otras  productoras de vacunas algo menores, que también están en el negocio con la  gripe porcina, por ejemplo Novavax y Medinmune (de AstraZeneca).
 
 El enfoque de la vacunación masiva contra la gripe porcina, que ya se ha  impuesto en varios países europeos y en Estados Unidos, no será muy útil para  la salud pública, ya que el virus seguirá mutando –incluso lo más probable es  que estas campañas aceleren la mutación- pero las compras gubernamentales a  esas empresas son un negocio espectacular para ellas. Peor aún, con la histeria  construida oficialmente de vacunar a todo el mundo, se están procesando  aprobaciones en fast-track de nuevos métodos de elaborar vacunas que no han  sido realmente evaluados y pueden tener consecuencias muy peligrosas, ya que  son métodos experimentales, que por cierto, en la mayoría de los casos implican  el uso de organismos transgénicos y virus manipulados, agregando nuevos riesgos  desconocidos hasta ahora.
 
 Ninguna de estas políticas dirigidas a los síntomas toca las causas que  llevan al surgimiento de nuevos patógenos, garantizando que el proceso seguirá  tal como venía. Para peor, como muchos han señalado, la gripe porcina ni  siquiera está entre las enfermedades que más muertes causan en el mundo, pero  sí es una de las que más drenará los recursos públicos a favor de las  trasnacionales.
 
 3-. Biopiratería, biología sintética, geoingeniería, nanotecnología,  transgénicos, agrocombustibles… ¿Jugamos demasiado con la naturaleza, con la  vida?
 
 Definitivamente están jugando demasiado con la vida, incluyendo la vida del  planeta, pero no "jugamos", el plural es demasiado amplio. Son sobre  todo los grandes intereses comerciales transnacionales, que además tienen una  enorme injerencia en la investigación científica, en el desarrollo de nuevas  tecnologías y en los gobiernos. En casi todos los casos mediado por dinero, que  se presentan como "subsidios" de las empresas, pero en realidad son  formas baratas para las corporaciones de acceder y beneficiarse de la  infraestructura, recursos y formación académica de los sectores públicos.
 
 El famoso y controvertido genetista Craig Venter, que logró su fama por  encabezar la parte privada del secuenciamiento del genoma humano, ahora está  construyendo microbios artificiales con biología sintética, o sea, construidos  artificialmente desde cero para producir combustibles y otros materiales.  Cuando la prensa le preguntó si estaba jugando a ser Dios, Venter contestó  "No estoy jugando".
 
 Su arrogante respuesta es una buena muestra de la mentalidad que impera en  el complejo científico-industrial de las nuevas tecnologías: no se trata de ver  cuáles son las causas de los problemas para resolverlos, sino aprovechar las  crisis y los desastres como nuevas fuentes de negocios, aunque con las  “soluciones” propuestas se amenace aún más el medioambiente, los ecosistemas,  la salud, la vida. Como dice Craig Venter, no están jugando, sólo están  haciendo dinero a costa de todo y todos los demás.
 
 Por cierto, Craig Venter se ha instalado en Valencia con su  barco-laboratorio hasta 2010, apoyado por autoridades locales, para  "aprovechar" la biodiversidad microbiana de las costas mediterráneas  para sus experimentos. Sería interesante conocer de qué forma lo que hace no  debe ser considerado biopiratería.
 
 4-. ¿Y cuales consideras tu que son los juegos más peligrosos? ¿La  tecnología terminator y los transgénicos, las patentes de semillas? ¿Puedes  poner algún ejemplo?
 
 Es difícil contestar esta pregunta, porque todas las nuevas tecnologías y  las políticas que las acompañan (como las patentes) conllevan riesgos  considerables, no sólo al ambiente, sino también a las culturas y formas de vida  que posibilitan la vida en el planeta, como los campesinos y campesinas.
 
 Quizá lo más peligroso sea la convergencia de las nuevas tecnologías, lo que  en ETC llamamos un nuevo "BANG", parafraseando al Big Bang. Se trata  de la convergencia de los Bits, Átomos, Neurociencias y Genes,  o sea "BANG". El gobierno de Estados Unidos lo llama la convergencia  NBIC, Nanotecnología, Biotecnología, Informática y Ciencias Cognitivas. De esas  tecnologías, la nanotecnología es la plataforma de desarrollo de todas las otras.
 En términos inmediatos, quizá lo más peligroso por los alcances vastísimos  que tendría, son las propuestas de geoingeniería, es decir, la manipulación del  planeta en su conjunto, o de grandes pedazos del planeta o ecosistemas enteros  para, teóricamente, frenar el cambio climático.
 
 Pero, por otra parte, el impacto del avance de los transgénicos significa  entregar definitivamente la soberanía alimentaria a un puñado de  transnacionales, ya que todos los transgénicos están patentados y son propiedad  de seis empresas. Esto además de los problemas al ambiente y la salud. Entregar  la soberanía de semillas, es darle a esas empresas la llave de toda la red  alimentaria. Y nadie puede vivir sin comer. Como cada vez hay transgénicos más  peligrosos, porque tienen más genes apilados –y son por tanto más inestables- o  por las propuestas de grandes plantaciones de árboles transgénicos, que  implican una contaminación a grandes distancias y por décadas, las empresas han  vuelto a presionar para introducir la tecnología Terminator, para hacer  semillas suicidas, o sea, estériles en segunda generación. Terminator no  servirá para contener la contaminación, pero asegura a las empresas que todos  tengan que comprarles semillas para la próxima siembra, garantizando la  bioesclavitud.
 
 La escalada tecnológica que sigue a los transgénicos es la biología  sintética o como decimos en el Grupo ETC, la ingeniería genética extrema, que  es producir organismos vivos sintéticos o alterar con ADN sintético sus pasos  metabólicos. A diferencia de los transgénicos, que toman genes de seres que  existen y los insertan en otros seres que existen, la biología sintética se  propone crear genes y seres vivos artificiales, totalmente creados en  laboratorio.
 El objetivo es emplearlos para acelerar los procesos de extracción de  azúcares presentes en toda la biomasa, su fermentación y su conversión en  químicos, polímeros y otras sustancias. Los insumos de esta nueva industria son  cualquier fuente de biomasa, como cultivos agrícolas y forestales, pastos,  algas, etc., con el objetivo de producir combustibles, plásticos, tintes,  cosméticos, fármacos, adhesivos, textiles y muchos productos más.
 
 El uso de este tipo de microbios vivos artificiales conlleva un aumento  exponencial de los riesgos y problemas que plantean los transgénicos al  medioambiente y a la salud. Otra grave consecuencia inmediata, es una disputa  de tierras aún más agresiva, para usar la biomasa natural o cultivarla para  satisfacer la demanda de insumos de esta nueva forma de producción.
 
 No se trata de ciencia ficción o proyectos de futuro. Las empresas más  poderosas del planeta tienen importantes inversiones en biología sintética y  proyectos de producción en marcha en Estados Unidos y Brasil.
 Los nombres de las empresas de biología sintética no nos resultan muy  conocidos. Son por ejemplo Amyris, Athenix, Codexis, LS9, Mascoma, Metabolix,  Verenium, Synthetic Genomics y otras. Pero quienes están detrás o asociados con  ellas son las principales petroleras (Shell, BP, Marathon Oil, Chevron); las  empresas que controlan más del 80% del comercio mundial de cereales (ADM,  Cargill, Bunge, Louis Dreyfus); el oligopolio de semilleras y productoras de  transgénicos y agrotóxicos (Monsanto, Syngenta, DuPont, Dow, Basf, Bayer); las  mayores farmacéuticas (Merck, Pfizer, Bristol Myers Squibb), junto a otras como  General Motors, Procter & Gamble, Marubeni, papeleras, forestales y otras.
 
 5-. La lucha contra los transgénicos ha generado mucha información,  sin embargo hay cuestiones, como la nanotecnología, que se escapan a la opinión  publica. ¿Qué es eso de la nanotecnología?
 
 La nanotecnología es la manipulación intencional de la materia -viva o  inerte- a escala del nanómetro, que es la millónesima parte de un milímetro. A  diferencia de la biotecnología, que indica la manipulación de la vida, la  nanotecnología nos habla de un tamaño, de una escala. A escala nanométrica  cambian las propiedades físicas y químicas de la materia, porque actúan lo que  se conoce como efectos cuánticos. A esa escala –por debajo de 100 a 300 nanómetros  según quien lo defina– los materiales cambian sus propiedades de resistencia,  conductividad eléctrica, reactividad. Actualmente hay el mercado más de 800  líneas de productos basados en nanotecnología, que van desde cosméticos,  alimentos y embalajes, lavarropas y otros artefactos domésticos, productos para  bebés, vestimenta, varios plaguicidas, varios usos médicos y farmacéuticos,  además de muchos nuevos materiales para construcción de casas, autos y aviones.  La nanotecnología revolucionó también la telefonía y la computación, al  permitir el uso de procesadores mucho más pequeños. En fin, cuando se describen  todos sus usos parece algo muy positivo, pero ya hay algunos cientos de  estudios científicos que muestran que las nanopartículas y los nanocompuestos  tienen un alto potencial de toxicidad para los seres vivos. En algunos casos  puede ser debido a los materiales utilizados, pero lo más tremendo es que más  allá de lo que se use, parece ser que es el tamaño lo más riesgoso: el sistema  inmunológico de los seres vivos no tiene forma de detectar las nanopartículas  sintéticas y por tanto pasan inadvertidas, con potencial para dañar el ADN,  formar tumores, incluso pasar de la madre al feto a través de la placenta,  atravesar la barrera hemato-encefálica del cerebro, clavarse en los pulmones  causando un efecto similar al del asbestos. También se ha comprobado que hay  nanopartículas que detienen el crecimiento de los cultivos y son tóxicas para  los microorganismos del suelo y del agua.
 
 Sin embargo, aunque hay discusiones en marcha en varios países, incluyendo  la Unión Europea, no hay regulaciones aplicables a la nanotecnología en ninguna  parte del mundo, y los gobiernos siguen permitiendo su comercialización  “mientras tanto”. En el Grupo ETC planteamos la necesidad de una moratoria  inmediata a todas las aplicaciones de la nanotecnología desde el 2003, pero los  gobiernos optaron por un principio de precaución “invertido”: mientras haya  enormes incertidumbres científicas y desconocimiento del público, que nada  prevenga a las empresas para seguir usando a todos como sus conejillos de  indias.
 
 6-. ¿Y la geoingeniería? ¿Es cierto, por ejemplo, que hay quien  trata de fertilizar los océanos?
 
 Como mencioné antes, esto es gravísimo porque se está planteando como  alternativa para manejar el cambio climático. Cómo ningún gobierno cree que las  negociaciones internacionales van a lograr parar el cambio climático, que cada  vez está peor, hay muchos científicos planteando proyectos de geoingeniería  como la “única solución”, aunque implique riesgos enormes. Y por supuesto,  muchas empresas ven en esto otra fuente de jugosos negocios.
 
 Entre las propuestas de geoingeniería está la de “imitar” erupciones  volcánicas, lanzando millones de globos con compuestos azufrados (otra vez, con  nanopartículas) para tapar los rayos del sol. Las partículas luego caerían a la  tierra provocando la muerte prematura de medio millón de personas, pero Paul  Crutzen, el premio Nobel de química que lo propuso, considera que con el cambio  climático también moriría mucha gente…!
 
 La fertilización oceánica se trata de arrojar al mar nanopartículas de  hierro o urea, para provocar florecimientos súbitos y masivos de plancton, que  teóricamente absorberían dióxido de carbono y lo llevarían al fondo del mar. Ha  habido 13 experimentos patrocinados por gobiernos, pero también hay tres  empresas que lo promueven comercialmente: venden “créditos de carbono” que  otras empresas o individuos compran para que se “fertilice” el mar y absorba  dióxido de carbono. Sin embargo, hay estudios en revistas científicas como Nature y Science, que muestran que el carbono volvería a la superficie, se  afectaría gravemente las cadenas tróficas del mar y se generaría falta de  oxígeno y nutrientes en otras capas del océano, además de potencialmente provocar  el surgimiento de algas dañinas y muchos otros efectos sobre el mar y costas,  incluyendo la disrupción de los sistemas de pesca artesanal.
 
 En este caso particular, logramos en 2008 que el Convenio de Diversidad  Biológica de Naciones Unidas declarara una moratoria contra la fertilización  oceánica, pero las empresas empeñadas en hacer de esto un negocio – por ejemplo  Climos- están cabildeando fuertemente para revertirla.
 
 Un problema general de todas las propuestas de geoingeniería, es que por  definición deben ser a gran escala (de lo contrario, no tendrían ningún efecto  sobre el clima), y que al ser iniciativa de algunos gobiernos y empresas,  necesariamente otros países que no paguen por ellas van a sufrir las  consecuencias de sus impactos.
 
 Lamentablemente hay muchos más propuestas, como  extensas plantaciones de árboles tránsgenicos y artificiales, espejos en la  atmósfera, y “biochar” o producción de carbón vegetal a gran escala que sería  enterrado en los suelos como fertilizante (aunque ya se sabe que incluso podría  liberar el carbono natural del suelo). Todas las propuestas tienen el  componente de arriesgar el equilibrio natural de los ecosistemas y desarreglar  más el clima, impactando a otros –o incluso a los mismos que lo hacen.
 
 7-. ¿Es la propiedad intelectual una enemiga del planeta? ¿Por qué?
 
 Los sistemas de propiedad intelectual son un invento típico del capitalismo  para lograr ganancias extraordinarias, adicionales o complementarias a los  monopolios y oligopolios de mercado, que nada tienen que ver con el  reconocimiento social a los que crean algo en particular. El conocimiento (base  de todas las “invenciones”) es un bien común, todos nos basamos en  conocimientos de otros siempre y somos interdependientes. La idea de privatizar  este flujo recíproco inherente y básico para la subsistencia de las sociedades  humanas es absurda y perversa, son en realidad sistemas para privatizar y  excluir del acceso social a los recursos y conocimientos, transformándolos en  mercancías de quien pueda pagarlas.
 
 Las patentes, uno de sus exponentes mas extremos, son un buen ejemplo de  cómo funciona: el 97% de las patentes en el mundo están en los países de la  OCDE, y el 90% son propiedad de empresas transnacionales. Más demostrativo es  que las dos terceras partes de lo que se patenta nunca llega a usarse:  solamente se patenta para impedir que otros puedan acceder al objeto de la  patente. Patentar seres vivos como semillas, plantas, animales y hasta los  códigos genéticos, es aún más absurdo, ya que claramente son bienes comunes.  Con la nanotecnología hasta se están patentando los elementos de la tabla  periódica.
 
 8-. También has dicho que nuestra civilización está en guerra contra  los campesinos del mundo. ¿Y cómo pueden las comunidades campesinas luchar  contra gigantes como Monsanto?
 
 Está en guerra y es una guerra suicida, porque el capitalismo cada vez  expulsa más gente del campo, contamina, destruye y agota sus recursos, aunque  los campesinos, indígenas, pescadores artesanales, comunidades locales, son  quienes siguen cuidando y produciendo los elementos básicos para la  subsistencia de todos (a nivel global una enorme diversidad de semillas y  animales domésticos, plantas medicinales, fibras, además del conocimiento sobre  uso de muchos recursos silvestres, de los ecosistemas y como cuidarlos, del  suelo, el agua). Esto no solamente “para ellos”, porque la diversidad es la  base de todos los sistemas vivos, incluyendo, por supuesto, los humanos. Todo  lo que comemos y usamos para nuestra salud se basa en la diversidad que han producido  –y siguen produciendo– los campesinos, campesinas e indígenas. Es una ilusión  que podríamos vivir de la uniformidad de la agricultura industrial, por  ejemplo. Si no se renovara constantemente la base genética de esos cultivos,  desaparecerían en cierto tiempo. Además, objetivamente, los campesinos y  pequeños productores del mundo producen la mayor parte de la alimentación de la  humanidad. Frente al cambio climático, los que tienen y conocen millones de  variedades adaptadas a miles de microclimas y situaciones geográficas son los  campesinos.
 
 La sola existencia de las comunidades campesinas es una lucha contra  Monsanto y las trasnacionales. Creo que es responsabilidad de todos, no sólo de  los campesinos y campesinas, reconocer la importancia de esta forma de vida y  luchar juntos contra Monsanto –desde la información, la denuncia y las campañas  hasta buscar formas cotidianas de solidaridad, incluyendo redes y mercados  locales, que nos permitan salir de la dependencia con los agronegocios y los  supermercados.
 
 9-. ¿Es un camino lo que hacéis en el ETC Group? Insistís mucho  en dar nombres y apellidos de las corporaciones que concentran el poder de la  “industria de las ciencia de la vida”. ¿Cuales son vuestros principales campos  de acción al respecto?
 
 Esperamos que lo que hacemos sea útil, pero tengo claro, como dice aquí un  sabio del pueblo huichol, que “sólo entre todos sabemos todo”. Nosotros  investigamos, analizamos y difundimos información sobre la concentración  corporativa y sus estrategias, como una forma de contribuir a entender el  contexto donde nos movemos. Justamente, una de las formas que tiene el poder  para que la gente sea pasiva frente a todo lo que sucede es que no entienda y  no pueda ver el contexto general. También analizamos e informamos sobre las  nuevas tecnologías y sus impactos sobre las sociedades. Por ejemplo, fuimos de  las primeras organizaciones (en ese entonces con el nombre de RAFI) que  informamos a nivel global sobre los transgénicos, sobre el patentamiento de  seres vivos y líneas celulares humanas, sobre biopiratería, y más recientemente  sobre otras nuevas tecnologías.
 
 Todo lo que hacemos está disponible en inglés y castellano en nuestra página www.etcgroup.org . También trabajamos  directamente con otras organizaciones y movimientos en talleres y campañas y  llevamos los temas a algunas instancias internacionales para tratar de parar  algunos de los efectos más nocivos. No siempre tenemos eco, pero por ejemplo,  logramos que se estableciera una moratoria a la tecnología Terminator y otra a  la fertilización oceánica en el Convenio de Diversidad Biológica. También hemos  trabajado por el reconocimiento de los derechos de los agricultores en la FAO y  contra la privatización de la semillas.
 
 De todos modos sabemos que lo fundamental es que la información llegue a los  más afectados y a la base de las sociedades, nuestra contribución es generar  información y compartirla con otras organizaciones e instituciones.
  arriba: Jim Thomas, Molly  Kane, Silvia Ribeiro, Pat Mooney, Charlie, Neth Dano
 abajo:Diana Bronson, Kathy Jo  Wetter, Francesca Hyatt
 10-. ¿Qué relación tenéis en el ETC Group con los movimientos  campesinos?
 Tenemos relación con muchos movimientos sociales, campesinos y otros, y  esperamos que nuestro trabajo de información sea útil para movimientos que  creemos fundamentales en la coyuntura actual, como por ejemplo La Vía  Campesina. En México participamos especialmente en la Red en Defensa del Maíz  Nativo, que está constituída por más de 350 comunidades y organizaciones  indígenas y campesinas.
 
 
  11-. ¿Cuál es el grado de  concentración corporativa en la industria biotecnológica y cuales consideras  que son los peligros de esta concentración? 
 En las dos últimas décadas ha habido una concentración corporativa  vertiginosa en todos los sectores que tocan la agricultura y la alimentación,  desde las semillas a los supermercados. Hace sólo 30 años, solamente el 5% de  las semillas comerciales estaba bajo propiedad intelectual –y la mayoría eran  plantas ornamentales. Hoy el 82% del mercado global de semillas está bajo  propiedad intelectual y en ese rubro, las 10 empresas más grandes acaparan el  67% del mercado. Entre sólo 3, Monsanto, Syngenta, DuPont-Pioneer, tienen el  47%. Estas tres están también entre las 10 mayores de agroquímicos que tienen  en total el 89% del mercado.
 
 Pero si vemos solamente las semillas transgénicas, seis empresas tienen el  control del 100% del mercado y una sola, Monsanto, tiene el 88%. Esto es un  grado de monopolio que no tiene similar en la historia de la agricultura, y en  general, en la historia de todas las industrias. El único caso de un monopolio  similar es el de Bill Gates con Microsoft. No es extraño que ahora ambos hayan  coincidido en su intento de introducir transgénicos en África, tienen la misma  mentalidad.
 
 Los altos grados de concentración de mercado, se repiten en toda la cadena  alimentaria. No me gusta usar la expresión “cadena”, porque es una red, pero  cuando está en manos de las trasnacionales se transforma realmente en una  cadena: cada vez tienen más poder para decidir qué se planta, qué comemos, qué  (falta de) calidad tendrá, etc.
 Los cultivos transgénicos son la expresión mayor de este control  corporativo: están todos patentados e inevitablemente contaminan a los demás  cultivos –lo cual se transforma en un delito para las víctimas, porque se les  acusa de “uso indebido” de sus genes patentados. En lugar de una “opción” para  quien los quiera, como dicen las empresas que los promueven, son los cultivos  más imperialistas de la historia.
 
 12-. ¿Le afecta a esta industria la crisis, o quizá le beneficia,  como en el caso de la crisis alimentaria?
 
 Todos los agronegocios, desde las semilleras, los fabricantes de  agrotóxicos, incluyendo fertilizantes sintéticos y las grandes cerealeras han  tenido ganancias altísimas desde que se reveló la crisis alimentaria en 2007,  mucho mayores que en años anteriores. Ganaron con la subida y especulación de  los precios de los alimentos, pero también con la venta de granos para  agrocombustibles (con lo cual podían especular aún más produciendo mayor  escasez de alimentos y precios más caros), con la venta de insumos químicos y  hasta con la ventas de cereales para “ayuda alimentaria” en los lugares de  catástrofe. Son verdaderos buitres del hambre.
 
 13-. A tu juicio, ¿tiene cabida la soberanía alimentaria en un mundo  capitalista? ¿Qué tendría que pasar para que camináramos hacia ahí? ¿Quiza  constituciones como la de Ecuador? ¿O tampoco?
 
 Pese a todo lo que describí sobre el poder de las corporaciones  agroalimentarias, el 85% de la comida se produce cerca de donde se come, y la  mayoría de las semillas siguen en manos de los campesinos. Esto es una base  fundamental y hay que pelear por mantenerlo y ampliarlo.
 
 La soberanía alimentaria siempre va a ser atacada por las trasnacionales que  buscan ser las dueñas de todo el mercado alimentario, porque es el más grande  del planeta y además no se puede vivir sin comer. Por eso mismo es necesario  ponerles freno –como mínimo– a nivel de los países que tienen la voluntad  política para ello. Creo que el caso de Ecuador es un precedente importante,  aunque lamentablemente y contra la voluntad del pueblo y el Congreso, el presidente  Correa vetó algunos artículos, justamente cediendo a las presiones de los  grandes latifundistas y los agronegocios. En cualquier caso necesitamos estar  organizados desde abajo para poder controlar que si se logran medidas  legislativas, sean a favor de la soberanía alimentaria, de los campesinos, de  las mayorías, y que se cumplan.
 
 14-. ¿Es posible un mundo basado en la pequeña y mediana agricultura  campesina o siempre vamos a necesitar, como afirman los defensores del sistema  neoliberal, nuevas revoluciones verdes?
 
 Aunque desde las ciudades sea difícil visualizarlo, ya vivimos en un mundo  basado en la pequeña y mediana agricultura campesina, que son quienes alimentan  a la mayoría de la población del planeta. Incluso en muchas ciudades del  planeta hay un grado importante de agricultura urbana, a cargo en su mayoría de  campesinos que debieron emigrar a las ciudades. Se estima que entre un 15 y un  20% de los alimentos se producen en ciudades, y más de 800 millones de  habitantes urbanos participan en alguna forma de agricultura. Publicamos más  datos sobre esto, sobre la concentración corporativa y otros temas que mencioné  en un informe del Grupo ETC de diciembre 2008 titulado “¿De quién es la  naturaleza?”.
 
 La revolución verde aumentó el volumen de cereales producidos por hectárea,  pero al mismo tiempo aumentó más la pobreza, los hambrientos y los desnutridos  a nivel global. De paso produjo una monstruosa contaminación de aguas y erosión  de suelos y facilitó la toma del mercado por las corporaciones. Además la  agricultura industrial y el cambio de uso de suelos son factores mucho más  graves de cambio climático que el transporte, que es el más conocido.
 Las mismas empresas que crearon y se beneficiaron con esta debacle, que  ahora aumentaron inmoralmente sus ganancias con la crisis alimentaria, nos  recetan más de los mismo. O peor, extender aún más la agricultura industrial,  transgénica y contaminante, para seguir ganando.
 
 No sólo es posible un mundo basado en la agricultura campesina, diversa y  descentralizada, es imprescindible. Y es tarea de todos apoyar a quienes, como La Vía Campesina,  lo siguen practicando y defendiendo.
 
 * La uruguaya Silvia Ribeiro es investigadora y  coordinadora de programas del Grupo ETC en México. Fue coordinadora de campañas  ambientales en Uruguay, Brasil y Suecia. Como representante de la sociedad  civil, siguió las negociaciones de tratados ambientales de la ONU. Es experta  en transgénicos y nuevas tecnologías, concentración corporativa, propiedad  intelectual, derechos indígenas y campesinos. Escribió gran número de  artículos, publicados en la red y en innumerables revistas y libros. Es  columnista del diario La Jornada en México y miembro del comité editorial de la  revista Biodiversidad, Sustento y Culturas, publicada en siete países latinoamericanos,  de la revista Ecología Política y otras.
 
 ** ETC Group-. Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y  Concentración. Se dedica a la conservación y promoción de la diversidad cultural y  ecológica y los derechos humanos. Promueve el desarrollo de tecnologías  socialmente responsables que sirvan a los pobres y marginados, trabaja en  cuestiones de gobernanza internacional y poder corporativo. La fuerza del Grupo  ETC se encuentra en la investigación y análisis de la información tecnológica  –recursos genéticos de las plantas, biotecnologías, diversidad biológica,  etc.–, y en el desarrollo de opciones estratégicas relacionadas con las  ramificaciones socioeconómicas de las nuevas tecnologías.
 
 +INFO: ww.etcgroup.org
 
 Fuente:  Entrevista  a Silvia Ribeiro, investigadora y responsable de programas del Grupo ETC. Manoel Santos.  Altermundo. http://www.altermundo.org/content/view/2639/1/
 http://sli.uvigo.es/tradutor/navegador.php?marcar=&direccion=gl-es&inurl=http://www.altermundo.org/content/view/2639/1/
 Reproducido en Rebelión: http://rebelion.org/noticia.php?id=92339 Posters de ETC Artículos de Silvia Ribeiro y del Grupo ETC y de RAFI disponibles  gratuitamente en la AMC: - El negocio de las vacunas:  caso VPHBoletín armas para defender  la salud 11 14 Abril 2009 http://www.amcmh.org/PagAMC/downloads/vacunapapiloma8
 - Patentado el primer  organismo vivo totalmente sintético. Ciencia fuera de control. Ingeniería  genética extrema - biología sintética (pdf) Revista 79http://www.amcmh.org/PagAMC/articulos/Rev79/CRITICA79.pdf
 - Los problemas de la Nanotecnología   Revista 77 http://www.amcmh.org/PagAMC/index.html
 - El lado oscuro de la  medicina nanotecnológica Revista 77 http://amcmh.org/PagAMC/articulos/Rev77/Rev77SecCRITICA2.pdf
 - Para Monsanto todos somos  criminales.  Revista nº74     
 -Presentamos el Grupo ETC  (antiguamente RAFI) en la Revista MEDICINA HOLÍSTICA N 74 Pag. 413
 - Fase II de la investigación  del Genoma
 Humano - la diversidad.  genética humana entra en el mercado RAFI Rural. Advancement Foundation  International(PDF) Revista 63      http://amcmh.org/PagAMC/medicina/articulospdf/63GenomaHumano.pdf
 -Globalización, S.A.Concentración del poder  corporativo: la agenda inconfesada.
 GRUPO ETC. (PDF) Revista 68
 http://amcmh.org/PagAMC/medicina/articulospdf/68Globalizacion.pdf
 - Oligopolio S.A. 2005 GRUPO  ETC (PDF) Revista 76http://amcmh.org/PagAMC/articulos/Rev76/CRITICA_OLIGOPOLIO.pdf
 - ETC. GROUP  INGENIERÍA GENÉTICA EXTREMA BIOLOGÍA  SINTÉTICA Revista nº79 http://amcmh.org/PagAMC/articulos/Rev79/CRITICA79.pdf
   |