- La falsificación de la ciencia. El fraude de los estudios médicos
sobre los supervivientes sirvió de base para establecer los niveles
"admisibles" de radiactividad que sigue contaminándonos.
Alfredo Embid.
LA FALSIFICACIÓN DE LA CIENCIA. EL FRAUDE
DE LOS ESTUDIOS MÉDICOS SOBRE LOS SUPERVIVIENTES SIRVIÓ
DE BASE PARA ESTABLECER LOS NIVELES "ADMISIBLES" DE
RADIACTIVIDAD QUE SIGUE CONTAMINÁNDONOS.
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Hoy 9 de Agosto es el 60 aniversario del crimen de Nagasaki, el 6 lo
fue del de Hiroshima, día en el que enviamos la primera parte
de este trabajo homenaje a las víctimas.
Del mismo modo que se falsificó (y se sigue falsificando) la
historia de Hiroshima y Nagasaki(1), desde el comienzo hubo un intento
de minimizar los efectos sanitarios del crimen.
El jefe de los servicios de salud norteamericanos declaró alegremente
durante el retorno de los diplomáticos rusos a Tokio que "los
efectos radiológicos de la bomba desaparecían después
de 24 horas" (2), pero demostradamente aún persisten.
A finales de 1945 los médicos del ejército de EEUU dijeron
que todas las muertes debidas a los efectos de la radiación de
las bombas de Hiroshima y Nagasaki ya habían tenido lugar así
que no había que preocuparse (3).
Pero las evidencias se acumulaban así que en 1950 los norteamericanos
crearon la Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica
(Atom Bomb Casualty Commission, ABCC) para estudiar los efectos a largo
plazo de las bombas. La ABCC ha sido reemplazada años después
por la Radiation Effects Research Foundation (Fundación para
la Investigación de los Efectos de la Radiación).
La comisión pretendía examinar las causas de la muerte
de 109.000 supervivientes, elegidos entre 284.000 identificados en el
censo de 1950 de Japón, y compararlos con una población
teóricamente no expuesta a la contaminación (3).
Luego el estudio LSS (Life Span Study) mantuvo el seguimiento de algunos
supervivientes de las bombas atómicas durante toda su vida.
Estos estudios tienen numerosas irregularidades, que los invalidan científicamente.
Veamos algunas de ellas:
- El primer estudio comenzó en 1950, cuando ya numerosos supervivientes
habían fallecido y fue terminado rápidamente. Los resultados
fueron publicados en 1965 ignorando que hay cánceres que tardan
decenios en aparecer.
Aún hoy 50 años después de la tragedia hay mujeres
que tienen cáncer de mama tras los efectos de las radiaciones
ionizantes liberadas en Hiroshima y Nagasaki, los porcentajes revelados
en Hiroshima son más elevados que en las regiones vecinas(2).
El primer estudio se continuó después con el mencionado
LLS donde el factor de riesgo de padecer cáncer se basó
en la mortalidad observada hasta 1974. Esto supone que el cáncer
radioinducido tarde menos de 30 años en aparecer lo que es cierto
para la leucemia pero completamente falso para otros cánceres.
De hecho desde 1974 el número de tumores malignos no ha dejado
de crecer para la mayoría de los cánceres (8). La mayoría
de los cánceres muestran un efecto de la radiación aún
creciente ( 9). Los datos más recientes sobre los efectos tardíos
de cáncer en el estudio de Hiroshima LSS muestran que el total
de cánceres continúa excediendo las previsiones (5).
- El grupo de víctimas estudiado no era representativo de una
población normal y estaba sesgado.
Se seleccionaron a los supervivientes de la bomba que ya de por sí
habían demostrado tener más resistencia puesto que habían
sobrevivido. Especialmente se seleccionaron aquellas personas con un
sistema inmunológico particularmente eficaz que resistió
a la agresión de su médula ósea que fabrica las
células de la sangre y sobrevivieron y esto hizo que la incidencia
de cánceres se atenuase Además el grupo seleccionado en
el estudio inicial comprendía a deportistas jóvenes en
buena forma. Las personas particularmente vulnerables a los efectos
nefastos de la radiación, niños, mujeres y ancianos no
fueron incluidos en este estudio.
Todo esto ha sido resaltado por numerosos autores (17 - 18 - 19 - 23
- 27).
- El grupo de control no contaminado, también estaba contaminado.
El grupo expuesto era el que se encontraba a menos de 2`5 km del impacto
mientras que el grupo de control estaba formado por personas que en
el momento de la explosión estaban a más de 2´5
Km. del centro de la misma (9) lo que no quiere decir que no recibiera
ninguna radiación ya que las bombas estallaron a 500 m. antes
de tocar el suelo.
Tanto el grupo estudiado como los controles fueron expuestos a irradiación
interna por la lluvia radiactiva que devolvió partículas
al suelo y al agua contaminando las cadenas alimenticias (ver más
adelante cómo se negó la exposición interna).
Esto ha sido denunciado también por numerosos autores (4-5-19-
28)
En el estudio de Hiroshima por lo tanto no había grupo de control
no expuesto realmente. Como los controles estaban también contaminados,
el riesgo relativo (muertes en el grupo de estudio/muertes en los controles)
fue bajo, y en ocasiones no significativo.
Este es un problema importante especialmente si la relación dosis-respuesta
no es lineal (y no lo es como veremos), los supuestos controles sometidos
a una baja exposición pueden incluso mostrar un número
de cánceres mayor que otros grupos con mayor exposición,
donde las células (o el feto) puede que hayan muerto en vez de
mutado (5). El mismo Karl Morgan ex director del ICRP (Comisión
Internacional de protección radiológica) reconoce que
"las evaluaciones utilizan como grupo de control el grupo que recibió
dosis débiles. En el modelo supralineal (*) esto puede subestimar
de forma importante el riesgo de cáncer." (18)
Y ya sabéis, si las personas oficialmente poco o no contaminadas
tienen más cánceres que las irradiadas, algún listillo
(o el mismo que hizo el estudio) dirá que la radiación
no solo no es nociva si no que encima ¡nos protege del cáncer!!
( 13 )
Este fraude se ha cometido constantemente no solo en Hiroshima, si no
también en las Islas Marshall afectadas por la lluvia radiactiva,
en Chernobyl , en los escapes de centrales nucleares en funcionamiento
normal en los accidentes nucleares.
- El total de la dosis supuestamente recibida fue una especulación
y se reveló años más tarde inexacto.
La dosimetría era completamente falsa como se vio a comienzos
de los años 80 ( 8-9-16-17).
Las nuevas evaluaciones indican que las dosis fueron sobreestimadas
inicialmente. Ahora es evidente que el exceso de cánceres detectados
han sido producidos por dosis de radiación más débiles
(9)
Esto implica por ejemplo que, con las nuevas estimaciones de las dosis,
el riesgo de leucemia es 70% mayor que el precedentemente estimado (16).
Incluso el mismo ex director del ICRP ha reconocido que "las estimaciones
de la dosis total eran demasiado elevadas y de ese modo el riesgo de
cáncer fue subestimado" ( 18 ).
Según un documento que me fue entregado por los científicos
japoneses Kha suma Yagasaki y Nobuo Karachi en la conferencia de Hamburgo
el 16-19 de octubre 2003, la mayoría del material radiactivo
no se fisionó; por ejemplo de los 8 Kgs. de plutonio que contenía
la bomba de Nagasaki solo lo hicieron 0´8 Kgs. ( 10 )
Se estudió solo la mortalidad por cáncer. No se estudió
el aumento del cáncer.
Pero incluso si tenemos solo en cuenta el aumento de riesgo de cáncer
mortal las conclusiones del estudio son equivocadas.
El profesor de epidemiología de la Universidad de Pittsburg
Edward P. Radford en una investigación a partir de los propios
datos de los supervivientes sobre estudio de la incidencia de cáncer
demuestra que es 8 veces mayor que el admitido oficialmente hasta 1986.
Constata que algunos tumores benignos también estaban relacionados
con la irradiación (por ejemplo los fibromas uterinos, los pólipos
gástricos, las enfermedades no malignas del tiroides y que los
análisis de causas de muerte los omiten ya que no se consideran
causas primarias de muerte ( 21).
Otro hecho que destaca en su estudio es la diferente susceptibilidad
de los individuos a los efectos de la radiación: Los niños
que tenían menos de 10 años en el momento del bombardeo
presentaban un riesgo relativo de tener cáncer 8 veces mayor
y 4 veces para la leucemia, por su parte las mujeres tenían el
doble de riesgo relativo de padecer cáncer (exceptuando la leucemia)
que los hombres (9).
Además las estadísticas sobre las causas de muerte en
las que se basó el estudio LSS subestiman la presencia de ciertos
cánceres como los de pulmón, vías urinarias, hígado,
sistema biliar, páncreas, próstata (20) y es sabido que
precisamente los cánceres de pulmón y de las vías
urinarias se encuentran entre los cánceres mas radiosensibles
junto con los cánceres de tiroides, de mama, la leucemia, y el
mieloma múltiple (9)
El análisis independiente de Gofman de los datos del LSS, los
hallazgos de Stewart relativos a la homogeneidad de las poblaciones
de estudio del LSS, y el trabajo de Padmanabhan sobre la elección
del grupo de control sugieren que los factores de riesgo para el cáncer
que se dieron para el estudio LSS pueden tener errores tan grandes como
de un factor 20 (5).
Basándose en nuevos datos de los supervivientes japoneses Tatabe
ha encontrado que los efectos siguen persistiendo. Los decesos por cáncer,
exceptuada la leucemia, siguen aumentando cada año (16-22-23-24).
Los excesos de de muertes por cáncer y leucemia en Hiroshima
y Nagasaki muestran que los factores de riesgo son 6 veces mayores que
los propuestos por la agencia oficial de protección radiológica
(25)
El estudio excluyó las enfermedades distintas del cáncer.
El deterioro total de la salud se ignoró.
Sin embargo los efectos no cancerígenos de la radiación
se han observado en poblaciones que habitan Hiroshima y Nagasaki. No
hay por qué sorprenderse ya que una de las dianas de la contaminación
radiactiva es la médula ósea que fabrica las células
sanguíneas y en consecuencia una alteración (entre otras)
del sistema inmune. Así muchos japoneses murieron de infecciones
antes de desarrollar cánceres y sus muertes no fueron atribuidas
a la contaminación.
En un estudio japonés de Furitsu publicado en 1994 se examinaron
las tasas de morbilidad (expresadas en porcentaje) de enfermedades no
cancerígenas para 1232 víctimas de la Bomba A en el Hannan
Chuo Hospital, Osaka, entre los años 1985 y 1990 comparándolas
con la población japonesa (7). Los resultados indican que hay
un aumento TODAS las enfermedades estudiadas:
Comparación de las tasas de morbilidad (%) de las víctimas
de la Bomba-A y de la población general japonesa (Furitsu, 1994).
Enfermedades no cancerígenas
Muestra de víctimas de la Bomba-A
tasa de morbilidad % Población
japonesa
tasa de morbilidad %
Lumbago 29 8
Hipertensión 24
15
Enfermedades oculares 18
3
Neuralgia, mialgia 12 2.5
Anemia, leucopenia 12 1
Enfermedades dentales 10
<1
Úlcera gastroduodenal
9 2
Enfermedad cardiaca isquémica
9 2
Enfermedad hepática
8 1
Diabetes mellitus 7 3
Nefritis, infección
uretral 5 1
Enfermedades de la piel
5 2
Bronquitis, neumonía
5 0.8
Arritmia cardiaca 5 <0.1
Litiasis vesical, pancreatitis
4 1
Furitsu reconoce que los efectos somáticos no cancerígenos
en estas poblaciones son muy similares a los hallados en los territorios
afectados por Chernobyl.
Este estudio no ha sido considerado ni citado por los organismos oficiales
de control como el ICRP ni tampoco los numerosos estudios con conclusiones
similares respecto a otros casos de contaminación.
Por ejemplo Malko en 1997 presentó una lista muy parecida de
las alteraciones que se observaron en las poblaciones expuestas tras
Chernobyl (5).
Es más, algunos científicos han sido encarcelados por
realizar estos trabajos y demostrar que la contaminación radiactiva
produce otras alteraciones aparte del cáncer.
Es el caso de la Dra Ammash que presentó en el año 2000
observaciones similares para las poblaciones expuestas a partículas
de Uranio Empobrecido en Iraq (5). Recordemos que la Dra. Ammash sigue
encarcelada en Iraq junto con otros científicos que trabajaron
en este tema.
Como hemos informado en precedentes boletines otro encarcelado por sus
investigaciones en este sentido es el Dr. Bandazhevsky, director de
la facultad de medicina de Gomel, que demostró asociaciones significativas
entre la contaminación de cesio-137 en niños, usando mediciones
de cuerpo entero, y arritmias, en las regiones contaminadas de Bielorrusia
cerca de Gomel ( 12).
No se incluyeron efectos sutiles, como por ejemplo los efectos sobre
el cociente de sexos en las tasas de nacimiento.
Padmanabhan ha mostrado que hubo múltiples efectos a raíz
de Hiroshima, pero que estos se manifestaban como un cambio en el cociente
de sexos en el grupo de estudio y fueron descartados por el equipo de
los EEUU por no encontrarles explicación (5).
No distinguieron entre los efectos de una sola exposición intensa
aguda y externa con los de una exposición baja, crónica
e interna:
Extrapolaron el efecto de altas dosis de radiactividad a bajas dosis
sin tener en cuenta que las células mueren a altas dosis y mutan
a bajas dosis.
Extrapolaron las exposiciones agudas a las exposiciones crónicas
ignorando que hay variaciones en la sensibilidad de la célula
tras exposiciones anteriores repetidas.
Extrapolaron el efecto de dosis externas de radiación a dosis
internas. La contaminación externa da dosis homogéneas
mientras que la interna puede dar altas dosis a células cercanas
a la fuente.
Los habitantes de Hiroshima y Nagasaki recibieron fundamentalmente radiación
externa ya que las bombas estallaron a unos 500 m. del suelo y gran
parte de las partículas ascendieron a la atmósfera, aunque
parte de ellas volvieron a tierra arrastradas por la lluvia que según
los habitantes era negra.
Sin embargo todos estudios de los supervivientes de Hiroshima dirigidos
por los EEUU negaron persistentemente que hubiera cualquier componente
interno a las exposiciones recibidas por el grupo estudiado. Pero medidas
efectuadas desde entonces han mostrado presencia de Plutonio en terrenos
cerca de Hiroshima y recientemente se han identificado isótopos
provenientes de la lluvia radiactiva causada por las bombas de Hiroshima
en núcleos de hielo en el Ártico (5).
Estos resultados podrían explicar el enigmático incremento
de la leucemia en el grupo de control relativo a todo Japón del
que se informó en los primeros estudios (5)
No distinguir si la contaminación es externa o interna es una
de las estrategias clásicas para exculpar a la radiactividad
de sus efectos.
Los investigadores supusieron una relación lineal de los efectos
lo que es claramente falso.
El primer modelo que se derivó del estudio era un modelo con
un umbral por debajo del cual no había efecto.
Dicho en forma sencilla. El modelo suponía por ejemplo que:
- si 1.000 supervivientes estaban enfermos después una dosis
hipotética de 100 (es solo un ejemplo).
- 500 estarán enfermos a una dosis 50
- uno sólo, a una dosis 0,5;
por lo tanto, a una exposición menor: ¡¡¡ nadie
estaba enfermo!!!
Desde hace años se sabe que es erróneo que este modelo
chapucero. Oficialmente no ha habido más remedio que admitirlo
y se ha optado por un modelo lineal sin umbral. Es decir que no hay
dosis por debajo de la cual no haya efecto, aunque el efecto de las
bajas dosis sigue minimizándose ( 13 ).
Pero la realidad es mucho peor ya que el propio modelo lineal también
es erróneo. Los efectos de la contaminación radiactiva
siguen un modelo supralineal* (5).
Es decir que tampoco es cierto que a menor dosis menor efecto. Las bajas
dosis tienen mayor efecto que las dosis medias. Como reconoció
ya en 1986 el propio ex director del la muy oficial ICRP Comisión
Internacional de protección radiológica Karl Morgan :
"Hay más cánceres producidos por rem a bajas dosis
que a dosis fuertes" (18)
Y lo más grave: se minimizaron el daño genético
y los efectos transgeneracionales.
El estudio inicial fue llevado a cabo por físicos sin ninguna
formación en biología. Además la biología
no conocía en la época el ADN que es una de las dianas
de la contaminación radiactiva.
El daño genético no se consideró. Se consideraron
solamente las anormalidades extremas.
Los efectos genéticos del LSS de Hiroshima y los estudios de
los efectos de la radiación sobre ratones sirvieron de base para
el modelo del ICRP de mutación genética tras irradiación.
Muy recientemente los tests de ADN minisatélite** han sido aplicados
a los niños de los liquidadores de Chernobyl que nacieron tras
el accidente comparándolos con hermanos nacidos antes del accidente
[Weinberg y col. 2001]. Se encontró un incremento de siete veces
del daño genético de los niños post-exposición.
Este hallazgo define un error de un factor entre 700 y 2000 en el modelo
del ICRP para el daño genético heredable.
Investigaciones recientes en las que un examen del daño genético
por minisatélites del ADN** ha sido aplicado a los descendientes
de aquellos que fueron expuestos en Hiroshima. Este estudio de niños
de aquellos expuestos a radiación externa en Hiroshima no mostró
alteraciones o solo alteraciones muy pequeñas. Esto fue presentado
como una oposición a los hallazgos de daño minisatélite
en el ADN en los niños de Chernobyl. Pero en realidad sugiere
una diferencia fundamental en los mecanismos de estas exposiciones [Satoh
& Kodaira, 1996]. La contaminación en Hiroshima fue debida
a radiaciones externas fundamentalmente a diferencia de la exposición
interna en los liquidadores de Chernobyl y de las víctimas de
las municiones de uranio que también presentan tasas elevadas
de daño genético.
El factor de riesgo actualmente utilizado para efectos heredables genéticos
está basado en el estudio LSS de Hiroshima que es insuficiente
para evaluar las consecuencias de una exposición interna como
demuestran los hechos.
Recordemos que los efectos genéticos han sido siempre especialmente
ocultados. Por ejemplo los datos disponibles sobre la primera generación
de los 280.000 trabajadores de la industria nuclear fueron ocultados
por el gobierno americano (DOE) al Profesor Mancuso que estaba estudiándolos
(5).
Es comprensible que se oculte el daño del ADN pues supone el
deterioro del patrimonio genético de la humanidad y nadie en
su sano juicio va a admitir que siga aumentando.
El estudio pretende ignorar que los efectos de la contaminación
persistirían para siempre.
Pretende ignorar que la vida media de los elementos radiactivos liberados
por las bombas atómicas es algo bien conocido (14):
Hiroshima : Uranio, U235
-> 710 millones de años.
Nagasaki : Plutonio, Pu239
-> 24.000 años.
¿Os parece mucho? Pues no lo es. Recordemos además que
la vida media es solo el tiempo en que estos elementos tardan en perder
la mitad de su radiactividad y que no basta multiplicar esta cifra por
2 para obtener el periodo que tardan en perder toda la radiactividad.
Así por ejemplo el plutonio tiene una vida media de solo 240.000
años pero dentro de 480.000 años seguirá conservando
una millonésima parte de su radiactividad (15). En fin, que podemos
tranquilamente afirmar que esa contaminación es para siempre.
El estudio de Hiroshima es impresentable científicamente y fracasa
en explicar o predecir las consecuencias de la exposición a la
contaminación radiactiva.
El sistema internacional de radioprotección deliberadamente se
funda en datos falsos que comenzaron a elaborarse en los estudios sobre
los supervivientes de las bombas atómicas y de las pruebas nucleares.
Los datos de estos informes han permanecido secretos y solo se han dado
sus conclusiones. Por ejemplo cuando se levantó el secreto sobre
los cálculos de las dosis en el informe sobre las pruebas de
Nevada, el responsable John Aubier del laboratorio nuclear de Oak Ridge
confesó que no podía dar precisiones sobre las hipótesis
utilizadas ya que los informes se habían "perdido "
(26).
Pero a pesar de ello estos estudios han servido de base para las autoridades
internacionales encargadas de fijar las normas de radioprotección
que carecen de fundamento científico.
Tras Hiroshima a medida que crecían las pruebas de armas nucleares
hubo un rápido incremento de las leucemias y de los tumores cerebrales
infantiles (los principales tipos de cáncer infantil) en todo
el mundo. En los años 50 las evidencias se acumularon y muchos
empezaron a preguntar si éstos estarían causados por la
lluvia radiactiva.
En el Reino Unido, se le pidió al Consejo de Investigaciones
Científicas que estudiase la hipótesis. Pero epidemiólogos
prestigiosos como Sir Richard Doll (11), se apresuraron a argumentar
que los hallazgos de Hiroshima descartaban las evidencias de que la
contaminación radiactiva estuviese haciendo aumentar los cánceres
y leucemias en base a que las dosis eran demasiado bajas y su opinión
predominó. Un ejemplo de cómo los estudios fraudulentos
de Hiroshima sirvieron en el futuro para que los especialistas como
Doll exculpasen a la contaminación radiactiva de estar enfermando
a la población y asesinando niños en nombre de la ciencia.
Por cierto que Doll hizo lo mismo en el caso del agente naranja y del
nemacur, el pesticida responsable del síndrome tóxico
del que fue acusado el aceite de colza. Así que ya veis que se
trata de un auténtico "especialista" al que sin duda
la industria nuclear, Monsanto, Down y Bayer le estarán muy agradecidas
por proporcionarles las coartadas para ocultar sus crímenes en
nombre de la "ciencia".
El principal reducto de los expertos responsables de este fraude "científico"
es el ICRP Comisión Internacional de Protección Radiológica
(International Commission on Radiological Protection).
La Comisión Internacional de protección radiológica
es considerada como la autoridad mundial en el tema y sus "recomendaciones"
son como la palabra de Dios . Estrechamente ligada a la AIEA (Agencia
Internacional de Energía Atómica), al lobby militar-industrial,
la ICRP es descaradamente pro nuclear aunque se presenta como una organización
científica independiente y sin fines lucrativos. Su función
es en realidad justificar y encubrir los efectos de la contaminación
radiactiva con argumentos "científicos" que son reproducidos
por las autoridades sanitarias internacionales especialmente la OMS
y los Ministerios de Sanidad de todos los países. Sus expertos
se autoeligen endogámicamente (algunos de los 13 miembros de
la comisión principal han pasado más de 20 años
en el cargo) fuera de cualquier control democrático de cualquier
país. Sin embargo son sus "recomendaciones" las que
deciden discretamente las políticas sanitarias en materia de
radiactividad que llevan afectando a toda la humanidad desde hace decenios.
Por eso también la llamamos conservando respetuosamente sus siglas
ICRP : Incestuous Cabal for Radioactive Pollution.
El propio Karl Morgan uno de los pioneros de la física médica,
que fue presidente de la comisión principal del ICRP ha criticado
las omisiones científicas y el funcionamiento no solo de su comisión,
sino también de otras prestigiosas instituciones científicas
nucleares.
" La ICRP, UNSCEAR, el comité BEIR y otros grupos son muy
rápidos en desvalorizar o criticar los estudios que no concuerdan
con los suyos
pero han esperado años antes de reconocer,
porque fueron obligados a hacerlo, los fallos más evidentes y
más graves en su referencia absoluta, inspirada e irrefutable,
en el estudio de los supervivientes de Hiroshima y de Nagasaki. Han
inventado toda clase de explicaciones sobre las razones por las cuales
los precedentes estudios no son ni fiables ni admisibles
pero
no llegan a reconocer las insuficiencias del estudio japonés."
(18).
Morgan ha esperado a jubilarse aunque seguía siendo miembro emeritus
del comité en los años 70, para hacer una crítica
de estas instituciones. El mismo sugiere el porqué:
"Muchos de mis colaboradores perdieron su empleo porque se negaron
ceder ante las presiones para disminuir los criterios de seguridad o
porque se negaron a aceptar compromisos que conducían a condiciones
de trabajo poco seguras" (26)
Estos fraudes científicos han sido denunciados desde hace años
por numerosos científicos entre los que destacaré a Alice
Stewart pionera de los estudios de Oxford sobre las bajas dosis de radiactividad
en los que descubrió que bajas dosis de rayos-X obstétricos
causaban incrementos de leucemia en los niños tras su nacimiento
y que luego realizó un importante estudio sobre los trabajadores
de la industria nuclear en EEUU,
En una carta dirigida a los miembros de la Comisión Internacional
de protección radiológica resumió y precisó
algunas críticas al estudio de los supervivientes. (17 )
En 1998 Alice Stewart a sus 91 años reevaluó de nuevo
en profundidad las encuestas sobre los supervivientes de 1945 mostrando
de forma irrefutable los numerosos errores presentados en estos estudios
que sirvieron de base para el establecimiento de las normas actuales
y el fraude de la inocuidad de las bajas dosis (6).
En 2003 se publicó el informe del ECRR en el que más de
40 científicos cuestionan la validez de los modelos y de las
normas oficiales (5).
La ciencia de la radio protección ha alcanzado un elevado grado
de sofisticación en su labor de proteger a los promotores de
la industria nuclear antes que a la gente.
Actualmente esta pseudociencia constituye uno de los más graves
peligros para la salud pública de todos los habitantes del planeta.
Con su inestimable colaboración, el complejo militar-industrial
sigue contaminándonos a todos legalmente desde hace 60 años.
Con la colaboración de la OMS y los medios de comunicación
científicos y de masas, sigue ocultándonos las principales
causas del aumento de las enfermedades de civilización y del
deterioro irreversible de nuestra herencia.
Además en los últimos 15 años ha contribuido eficazmente
a hacer aceptable el desarrollo de 4 guerras radiactivas que han expandido
más átomos radiactivos que miles de bombas de Hiroshima
y Nagasaki (29).
Hay que agradecerles también el haber hecho admisible un mundo
en el que en este año 2005 hay más de 30.000 armas nucleares
(conocidas) que siguen amenazándonos (30), desde los países
que forman el club terrorista nuclear internacional conocido como consejo
de seguridad de la ONU.
Notas y referencias:
* supralineal El modelo supralineal está explicado detalladamente
en el libro del ECRR (5)
** Minisatélites Los minisatélites son segmentos cortos
de ADN repetido que se usan como marcador genético, por ejemplo
para la elaboración de mapas genéticos. Suelen tener entre
10 y 60 bases de nucleótidos (A, C, T, G) de longitud y se suelen
repetir más de 5 veces, a veces varias docenas de veces.
(1) Ver
boletín armas contra las guerras nº 85
(2) Pierre
Pierart. D´Hiroshima a Sarajevo. La bomba, la Guerra Fría
y el ejército europeo. Ed EPO Bélgica, pg. 48. EPO ed.
20A rue Houzeau de Lehaie. 1080 Bruxelles- Belgique. Tel: 32(0)2/414.29.8
(3) Jargon
and Abbreviation Buster. Radiation Protection is stiff with jargon,
acronyms and abbreviations. www.llrc
(4) Santé
et rayonement . Effects cancérigénes des faibles doses
de rayonnement. GSIEN/CRIIRAD. 1988.
(5) Recomendaciones
del ECRR- ed. Medicinas Complementarias Madrid 2004. www. amcmh.org
(6) Alice
Stewart con George W. Kneale "A-bomb survivors: factors that may
lead to a re-assessment of the radiation hazard". International
Journal of Epidemiology, Volume XXIX, nº 4, Oxford University Press
(Oxford), 4 agosto 2.000, p. 708-714.
(7)
El estudio japonés de Furitsu publicado en 1994 se encuentra
citado en 5 y en los abstracts de la conferencia sobre Tchernobyl 12,
15 abril Viena 1996. Tribunal permanente de los pueblos. ECODIF. Paris.
(8)
Roger Belbéoch, GSIEN " Les effects des faibles doses de
rayonement." (4).
(9)
Edward P. Radford "Resultados recientes de cánceres radio-inducidos
entre los supervivientes japoneses de las bombas A." Congreso de
Londres nov 1986 (4).
(10)
Internacional weapons conference. Armas de uranio empobrecido. El caballo
troyano de la guerra nuclear. Una conferencia internacional educacional
y organizativa para lograr un mundo limpio de armas de uranio empobrecido
y nucleares. 16,19 de octubre, 2003 Hamburgo Alemania. Ver boletín
nº 27.
(11)
Ver sobre Sir Richard Doll. Walker, Martín,: S. R. Doll un pilar
en la industria del cáncer", Medicina Holística nº
52 y "La utilización del agente naranja en Vietnam"
Medicina Holística nº 49".
(12)
Dr. Bandazhevsky Ver entre otros el Boletín33: El profesor Youri
Bandajevski, doctor en anatomopatología, ex director del Laboratorio
Central de Investigación Científica de Bielorrusia y Rector
de la Facultad de Medicina de Gomel sigue en prisión por haber
descubierto y denunciado el impacto de la contaminación radiactiva
sobre el corazón especialmente en niños.
(13)
ver boletín nº 84
(14)
ver boletín nº 72
(15)
Reista Medicina Holística nº 62, p. 168.
(16)
Nobutu Tatabe "Una estimación del riesgo relativo a la irradiación
gamma para los supervivientes de las bombas A" International perspectives
in public Health" 1987., vol 3, Internacional institute of Concern
for public Health, Toronto, Ontario, Canadá.
(17)
Alice Stewart. Carta dirigida a los miembros de la Comisión Internacional
de protección radiológica. 11 de Agosto de 1987.( 4)
(18)
Karl Morgan. "Las estimaciones del riesgo por la ICRP, otro punto
de vista." Conferencia del 24 de nov. 1986 en Londres reproducida
en "Radiations and Health" ed. R. Russell Jones y R. Southwood.
Ed John Wiley and Sons. 1987.
(19)
Patrick Green Inspector Nacional de Higiene y seguridad General "
irradiaciones profesionales, argumentos a favor de la reducción
de las dosis límites" Conferencia de Londres sobre las radiaciones
ionizantes. Nov. 1986.
(20)
E.P. Radford. "A comparación of incidente and mortality
as a basis for determining risk from environmental agents", 20
annual meeting of the NCRP Bethsesda Md. 1985.
(21)
H. Sawada, K. Kodama, Y. Shimizu y H. Kato. " RERF Adult Health
Study Report 6: Results of six examination cycles, 1968-1980. Hiroshima
and Nagasaki RERF Tech. Rep.
(22)
Jablon S. y Kato "studies of the mortality of A- bomb survivor,
5. Radiation dose and mortality. 1950-1970, Radiat Res. 1972, 50.
(23)
Beebe G.W., Kato H. y Land C.E. " "studies of the mortality
of A- bomb survivor, 6. Radiation dose and mortality. 1950-1974, Radiat
Res. 1978, 75.
(24)
Kato H. y Schull W.J. "studies of the mortality of A- bomb survivor,
7. Radiation dose and mortality. 1950-1978, Radiat Res. 1982, 90.
(25)
Kneale G. W., Stewart A.M. yMancuso T.F. "Reanalysis of data relating
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