Boletín 507

10 Septiembre 2013

¿Qué está pasando realmente en Siria?
Parte LX

  • Mentiras para venderte la nueva guerra humanitaria contra Siria [Power point]
    9 de septiembre 2013 Ateneo de Madrid
    Alfredo Embid

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  • En los próximos 8 días, es posible lograr la paz en Siria
    Thierry Meyssan

  • Llamado por la paz en Siria
    Hans von Sponeck

MANIFESTACIÓN
Sábado 14 de septiembre 13,00 h
CIBELES - SOL
Convoca: Plataforma contra las guerras imperialistas.

 


En los próximos 8 días, es posible lograr la paz en Siria

Thierry Meyssan

 

Desde la desaparición de la Unión Soviética, la ONU se ha convertido en una simple cámara de resonancia de la política de Estados Unidos, al extremo que Washington llama a sus aliados «la comunidad internacional». Pero el mundo de George W. Bush ya no existe. En momentos en que Estados Unidos amenaza a uno de sus miembros, las Naciones Unidas pueden jugar nuevamente un papel al servicio de la paz. Thierry Meyssan llama a cerrar la crisis siria de la misma manera que la crisis de Suez, llamando a una «reunión extraordinaria urgente» de la Asamblea General.



 
La rebelión del Parlamento británico contra el proyecto colonial de David Cameron y el posterior traspaso del tema sirio al Congreso de Estados Unidos por parte de Barack Obama modifican profundamente la correlación internacional de fuerzas, aún en caso de que el Congreso estadounidense decidiese finalmente autorizar los bombardeos.
En la actual situación, todos los Estados recuperan su libertad de palabra. Únicamente Francia puede aún presionar a sus vasallos para favorecer una política belicista. Ni el Reino Unido, ni tampoco Estados Unidos están ahora en condiciones de hacerlo hasta el voto del Congreso.
Pero la mayoría de los Estados está consciente de las consecuencias, en forma de cadena o de fatal secuencia, que una intervención occidental puede provocar en el Medio Oriente. Tanto si respaldan a Siria como si quieren acabar con las instituciones de ese país, todos los miembros de esa mayoría de Estados no pueden hacer otra cosa que oponerse a un bombardeo, por muy «quirúrgico» que sea, contra Siria.
Se ha abierto, por lo tanto, una ventana de más de una semana para detener la guerra: la Asamblea General de la ONU puede tomar el asunto en sus manos y prohibir a sus miembros que ataquen Siria, ni siquiera con el pretexto de impedir el uso de armas de destrucción masiva a su gobierno.
A la luz del derecho, es el Consejo de Seguridad el que debería garantizar la defensa de la paz. Sin embargo, cuando el Consejo de Seguridad no logra ponerse de acuerdo porque sus miembros permanentes bloquean sus decisiones, la Asamblea General de la ONU puede tomar nota de dicha imposibilidad y decidir en su lugar. Ello implica que la Asamblea General de las Naciones Unidas puede adoptar una resolución que prohíba atacar Siria.
Según la nota publicada por el gobierno británico, la intervención de las grandes potencias sería legal si su objetivo fuese única y exclusivamente garantizar la defensa de la población civil impidiendo el uso de armas de destrucción masiva y si empleara medios que estuviesen en justa proporción con ese objetivo. Por supuesto, al igual que en Libia, sólo se trata de justificar la entrada en guerra para deslizarse después hacia la simple agresión. El señor Cameron nunca tuvo en realidad intenciones de limitarse al objetivo proclamado oficialmente.
Si el Consejo de Seguridad es incapaz de impedir esa acción por causa de un veto occidental, la Asamblea General de las Naciones Unidas sí puede hacerlo. En virtud de la resolución «Unión para mantener la paz» (377, V), adoptada a pedido del secretario de Estado de Estados Unidos Dean Acheson en el momento de la crisis de Corea, la Asamblea General de la ONU puede para ello reunirse en «sesión extraordinaria de urgencia» convocada a pedido de la mayoría de sus miembros.
Fue de esa manera como la Comunidad Internacional, encabezada entonces por la Unión Soviética y Estados Unidos *, obligó a Francia, el Reino Unido e Israel a retirarse del Canal de Suez, invadido por esos países, en 1956.
Esa decisión no impedirá que Estados Unidos, Arabia Saudita y Turquía mantengan el flujo de armamento y de dinero que alimenta a yihadistas y mercenarios, pero ningún Estado podrá bombardear el territorio sirio.
Esa resolución tendría como efecto inmediato el de precipitar la realización de la Conferencia Ginebra 2 ya que privaría a los grupos armados de sus esperanzas de victoria militar. El tiempo estaría del lado de la Siria que se enfrenta a quienes la agreden.
Ya en este momento, Cuba ha señalado esa opción en una declaración de su ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla. Cuba subraya en esa declaración que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, está en el deber moral de recoger él mismo las firmas necesarias para concretar la realización de la reunión extraordinaria de urgencia de la Asamblea General. Sería para el señor Ban Ki-moon una excelente ocasión de demostrarle a quienes lo ven como un peón de Estados Unidos que están equivocados. No obstante, sería probablemente más seguro poner esa tarea en manos del embajador Bashar Jaafari, en aras de desbloquear la situación.
La paz está al alcance de la mano.

Thierry Meyssan

* Nota de CIAR: En una época donde EEUU jugaba hipócritamente la carta de presentarse como anticolonialista frente a sus competidores europeos, e intentaba neutralizar la revolución en Egipto tras la cual Nasser nacionalizó el canal de Suez.



Thierry Meyssan



Fuente
En los próximos 8 días, es posible lograr la paz en Siria. Damasco (Siria)
Thierry Meyssan. Red Voltaire | Damasco (Siria | 4 septembre 2013 http://www.voltairenet.org/article180050.html

Llamado por la paz en Siria

Hans von Sponeck
Secretario General adjunto de la ONU y Coordinador Humanitario de la ONU para Irak y otros

Importantes personalidades diplomáticas se pronuncian en contra de la lógica que hoy lleva a los occidentales a considerar la posibilidad de bombardear Siria. Ante la amenaza de guerra, varios ex altos funcionarios de la ONU proponen la negociación.



Los tambores de guerra vuelven a resonar una vez más en el Medio Oriente, esta vez con la posibilidad de un ataque inminente contra Siria después del supuesto uso de armas químicas por parte de su gobierno. Precisamente en momentos de crisis como estos es cuando los argumentos en favor de la paz son más claros y obvios.
En primer lugar, no tenemos pruebas reales de que el gobierno sirio haya utilizado armas químicas. E incluso si los gobiernos occidentales hubiesen proporcionado pruebas, estaría justificado que permaneciéramos escépticos recordando los muchos incidentes falsos o fabricados utilizados para justificar las guerras anteriores: el incidente del Golfo de Tonkín y la guerra de Vietnam, la masacre de las incubadoras de Kuwait y la primera guerra del Golfo, la masacre de Racak y la guerra de Kosovo, las armas iraquíes de destrucción masiva y la segunda guerra del Golfo, las amenazas de masacre en Bengazi y la guerra contra Libia.
Vale la pena recordar que varias de las pruebas que supuestamente indican que el gobierno sirio utilizó armas químicas son proporcionadas a Estados Unidos por los servicios de inteligencia de Israel [1], que no son precisamente una fuente neutral.
Pero aún si en esta ocasión las pruebas fuesen auténticas, eso no legitimaría una acción unilateral. Toda acción militar exige la autorización del Consejo de Seguridad. Quienes se quejan de la «inacción» de dicho Consejo deberían recordar que la oposición de China y Rusia a una intervención en Siria está en parte motivada por el abuso que hicieron las potencias occidentales de las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre Libia, que acabaron realizando un «cambio de régimen» en ese país. Lo que Occidente denomina como la «comunidad internacional», dispuesta a atacar Siria, se reduce a 2 países (Estados Unidos y Francia) de los casi 200 que existen en el mundo. No es posible que se respete el derecho internacional sin un mínimo de respeto por lo que hay de decente en las opiniones del resto del mundo.
Aunque se autorizara una acción militar y se llevara a cabo, ¿de qué serviría eso? Nadie puede controlar realmente arsenales de armas químicas sin tropas terrestres, opción que nadie considera realista después de los desastres registrados en Irak y Afganistán. Occidente no cuenta realmente con un aliado fiable en Siria. Los yihadistas que luchan contra el gobierno [sirio] no sienten por Occidente más amor que los que asesinaron al embajador de Estados Unidos en Libia. Una cosa es aceptar el dinero y las armas provenientes de un país y otra muy diferente es ser su verdadero aliado.
Los gobiernos sirio, iraní y ruso han hecho propuestas de negociación que Occidente ha tratado con desprecio. Quienes dicen que «no podemos hablar o negociar con Assad» olvidan que se dijo lo mismo del Frente de Liberación Nacional de Argelia, de Ho Chi Minh, de Mao Zedong, de la Unión Soviética, de la OLP, del IRA, de la ETA, de Mandela y del African National Congres sudafricano, y también de muchas guerrillas de Latinoamérica. La cuestión no es saber si se habla o no con la otra parte, sino después de cuántas muertes innecesarias se acepta hacerlo.
Han quedado atrás los tiempos en que Estados Unidos y los pocos aliados que le quedan actuaban como gendarmes del mundo. Este mundo está haciéndose más multipolar y los pueblos del mundo quieren más soberanía, no menos.
La mayor transformación social del siglo XX fue la descolonización y Occidente tendría que adaptarse al hecho que no tiene ni el derecho ni la competencia ni los medios de gobernar el mundo.
No existe un lugar donde la estrategia de las guerras interminables haya fracasado más miserablemente que en el Medio Oriente. A largo plazo, el derrocamiento de Mossadegh en Irán, la aventura del Canal de Suez, las muchas guerras israelíes, las dos guerras del Golfo, las amenazas constantes y las sanciones asesinas contra Irak, y ahora contra Irán, la intervención en Libia no han conseguido más que agravar el derramamiento de sangre, el odio y el caos. Sin un cambio radical de política, Siria sólo podrá convertirse en un nuevo fracaso de Occidente.
El verdadero coraje no consiste en lanzar misiles crucero simplemente para hacer gala de un poderío militar que se ha vuelto cada vez más ineficaz. El verdadero coraje reside en romper radicalmente con esa lógica mortífera y, en vez de ello, en obligar a Israel a negociar de buena fe con los palestinos, en convocar la conferencia Ginebra 2 sobre Siria y en conversar con los iraníes sobre su programa nuclear, teniendo en cuenta honestamente los legítimos intereses de Irán en materia de seguridad y de economía.
La reciente votación del Parlamento británico en contra de la guerra, así como las reacciones en los medios sociales, reflejan un cambio generalizado de la opinión pública. Nosotros, los occidentales estamos cansados de guerras y estamos dispuestos a sumarnos a la verdadera comunidad internacional exigiendo un mundo basado en la Carta de las Naciones Unidas, la desmilitarización, el respeto de la soberanía nacional y la igualdad de todas las naciones.
También en Occidente los pueblos quieren ejercer su derecho a la autodeterminación: si hay que emprender guerras, debe hacerse después de un debate abierto y teniendo en cuenta preocupaciones que afecten directamente nuestra seguridad nacional, no basándonos en una mal definida noción de «derecho de injerencia» que puede ser fácilmente manipulada y que nos expone a todos a todo tipo de abusos.
Queda de nuestra parte el obligar a nuestros hombres y mujeres dedicados a la política a respetar ese derecho.
Por la paz y en contra de la intervención.

Hans von Sponeck

Este llamado, redactado por Hans-Cristof von Sponeck, lleva las firmas de los siguientes ex altos funcionarios de la ONU:

- Dr. Hans Christof Graf von Sponeck, Secretario General adjunto de la ONU y Coordinador Humanitario de la ONU para Irak (1998-2000);
- Dr. Denis J. Halliday, Secretario General adjunto de la ONU (1994-1998);
- Dr. Said Zulficar, funcionario de la UNESCO (1967-1996). Director de la División del Patrimonio Cultural (1992-1996);
- Dr. Samir Radwan, funcionario de la OIT (1979-2003). Consejero del Director General de la OIT sobre políticas de desarrollo (2001-2003). Ex ministro egipcio de Finanzas de enero a julio de 2011;
- Dr. Samir Basta, Director de la Oficina Regional de la UNICEFF para Europa (1990-1995). Director de la Oficina de Evaluación de la UNICEF (1985-1990);
- Miguel d´Escoto Brockmann, Presidente de la Asamblea General de la ONU (2008-2009). Ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua (1979-1990).

 

Fuente
Llamado por la paz en Siria. Hans von Sponeck
Red Voltaire | Nueva York (EEUU) | 4 de septiembre de 2013
http://www.voltairenet.org/article180077.html

 

Notas
[1] «Papel de Israel en el anuncio del ataque contra Siria», Red Voltaire, 30 de agosto de 2013.

 


CONTRA LA AGRESIÓN IMPERIALISTA EN SIRIA

MANIFESTACIÓN

Sábado 14 de septiembre 13,00 h
CIBELES - SOL

EEUU, Reino Unido y Francia están organizando una agresión contra Siria de acuerdo con el estado sionista de Israel, la OTAN y las monarquías feudales del Golfo y contra cualquier propuesta de solución política al conflicto.
Quienes encabezan esta coalición son los mismos que llevaron a cabo terribles guerras basándose en mentiras sobre la existencia de armas de destrucción masiva,  con los pretextos de proteger a la población civil y  defender los Derechos Humanos. Estas guerras han producido y siguen produciendo millones de víctimas inocentes y la destrucción, la miseria y el caos en los países agredidos, como ocurrió en Afganistán, Irak y Libia.
Se disponen a atacar Siria a pesar de que su gobierno ha autorizado la misión de investigación de la ONU sobre el uso de armas químicas y después de haber aprobado reformas para la realización de un diálogo político rechazado por los llamados "rebeldes".
De producirse este ataque, sin duda, tendrá graves consecuencias para todos los pueblos y supone una seria amenaza a la paz mundial.
Tenemos la convicción de que es imprescindible encontrar una solución política y pacífica, que rechace cualquier intento de socavar la independencia, la soberanía e integridad territorial de Siria, según el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos. En este sentido exigimos la celebración de la Conferencia Ginebra 2, para la paz y para un acuerdo político que permita abordar la solución del conjunto de problemas que afectan tan dramáticamente al pueblo sirio.
Rechazamos contundentemente la intervención del estado español en esta guerra, bajo cualquier forma y el uso de las bases militares de Rota y de Morón para tal fin. Así mismo exigimos que se abra de nuevo la Embajada de Siria y el retorno del Embajador.

NO A LA GUERRA
ABAJO EL IMPERIALISMO

Plataforma contra las guerras imperialistas

 

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