5 Agosto 2013

Mitos de Hiroshimay Nagasaki, y amenaza nuclear actual

  • 7 mentiras sobre Hiroshima y Nagasaki
    Alfredo Embid

  • La amenaza de guerra nuclear: ¿Corea del Norte o EE.UU.?
    Prof Michel Chossudovsky

  • Conferencia del Professor Michel Chossudovsk en el Simposio Internacional para el tratado de paz en Seul, Korea del Sur
    [VIDEO: InglÉs]

  • No se necesitaban armas atómicas para terminar la guerra o salvar vidas
    La verdadera razón por la cual EE.UU. utilizó armas nucleares contra Japón
    Washington's Blog

  • Gen de Pies Descalzos (subtitulados al español)
    Películas japonesas sobre Hiroshima y Nagasaki

7 mentiras sobre Hiroshima y Nagasaki

Alfredo Embid


Este boletín coincide con el aniversario del crimen contra la humanidad de Hiroshima y Nagasaki perpetrado por el gobierno de los Estados Unidos de América.

1945.8.6 Bombardeo de Hiroshima con la bomba little boy de 60 Kgs de uranio 235. 
1945.8.9 Bombardeo de Nagasaki con la bomba Fat Man de 8 Kgs plutonio 239.

En el aportamos mas pruebas de que la versión oficial es un mito en un bien documentado artículo del Washington blog sobre uno de sus aspectos; “Las bombas sirvieron para acabar la guerra”.

Una reciente conferencia en el Simposio Internacional para el tratado de paz en Seul, Korea del Sur Julio 26, 2013 del profesor canadiense Michel Chossudovsk, recuerda otro de los aspectos del mito de Hiroshima y Nagasaki; que no se trataba de objetivos civiles. Tras analizar la política militar de Estados Unidos en la región, deja bien claro que el auténtico peligro de guerra atómica está en Washington y no en Corea o en Irán como se nos pretende hacer creer.

Incluimos también dos videos realizados a partir de un comic manga, con el punto de vista de un niño japonés de los sucesos de Hiroshima y Nagasaki

El Estudio de la Postura Nuclear 2001 sentó una nueva doctrina de guerra nuclear “preventiva” con la excusa del 11-S que fue corroborada en 2005, con el nuevo comando de Ataque Espacial y Global STRATCOM. Además el 11/S sirvió para distraer de la salida unilateral de EEUU del tratado ABM que aumenta las posibilidades de guerra nuclear. Esta importante noticia apenas recibió cobertura y fue tapada el mismo día con montañas de carnaza irrelevante sobre el supuesto vídeo de Ben Laden.

La falsificación sistemática de la historia es una de las estrategias empleadas constantemente desde la escuela que será apuntalada cotidianamente por los medios de desinformación masiva. El caso de las bombas atómicas lanzadas sobre Japón en 1945 es ejemplar como hemos documentado desde hace mas de una década (ver índice de boletines al final). Se basa fundamentalmente en 7 mentiras:

1ª Mentira. Las bombas no se construyeron para adelantarse a la bomba atómica nazi.
2ª Mentira. No se tiraron para acelerar el fin de la guerra y salvar vidas.
3ª Mentira. No se tiraron sobre objetivos militares si no civiles
Queda el tema fundamental que hemos tratado ampliamente en otros boletines.
4ª Mentira. Los estudios sobre sus consecuencias médicas fueron un fraude
5ª Mentira. Su radiactividad no afectó solo mínimamente a la población
6ª Mentira. Los efectos tampoco se limitaron a Japón
Se difundió a todo el planeta sumándose a otras fuentes de contaminación radiactiva.
7ª Mentira. Sus efectos no desaparecieron.
Seguimos soportándolos igual que estarán condenadas a hacerlo las generaciones futuras. 


¿Cuanto durará la contaminación radiactiva?

Se dice que la radiactividad del uranio 235 permanecerá 710 millones de años. Pero esto es otra mentira, en ese tiempo (vida media) solo habrá perdido la mitad. Así en los siguientes 710 millones de años perderá la mitad de la mitad y así hasta siempre, porque siempre quedará la mitad de la mitad.

¿Hasta cuando será peligrosa?

Se considera que 10 periodos son suficientes, con lo que tenemos aproximadamente 7100 millones de años.  El planeta tierra tiene menos,  4.500 millones de años...
La radiactividad del plutonio 239  tardará 24 mil años (vida media) en disminuir a la mitad. Así que 10 periodos son 240 mil años.

Esto no es una opinión, es física elemental.

La amenaza de guerra nuclear: ¿Corea del Norte o EE.UU.?

Prof Michel Chossudovsky

 
 

Cuando los medios occidentales presentan el programa de armas nucleares de Corea del Norte como una amenaza para la Seguridad Global, no reconocen que EE.UU. ha estado amenazando a Corea del Norte con un ataque nuclear desde hace más de medio siglo.
El 27 de julio de 2013, Día del Armisticio, los coreanos del Norte y del Sur conmemorarán el fin de la guerra de Corea (1950-53). Sin conocimiento del público en general, EE.UU. había considerado el uso de armas nucleares contra Corea del Norte al comienzo de la Guerra de Corea en 1950. Inmediatamente después de la guerra, EE.UU. desplegó armas nucleares en Corea del Sur para utilizarlas de modo preventivo contra la República Democrática Popular de Corea (DPRK) en violación del Acuerdo de Armisticio de julio de 1953.

Conferencia en el International Symposium on Concluding a Peace Treaty on the Korean Peninsula en Seul, Korea del Sur Julio 26, 2013, del Professor Michel Chossudovsky director del Centre for Research on Globalization .

La “Doctrina de Hiroshima” aplicada a Corea del Norte
La doctrina nuclear de EE.UU. aplicada a Corea fue establecida según los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, que fueron dirigidos en gran parte contra civiles.

El objetivo estratégico de un ataque nuclear según la “doctrina de Hiroshima” era provocar un “evento produciendo masivas víctimas” causando decenas de miles de muertes. El objetivo era aterrorizar a toda la nación, como medio de conquista militar. Los objetivos militares no constituían el principal objetivo: la noción de “daño colateral” fue utilizada como justificación para el asesinato masivo de civiles, bajo la pretensión oficial de que Hiroshima era una “base militar” y que los civiles no fueron el objetivo.
En las palabras del presidente Harry Truman:
“Hemos descubierto la bomba más terrible en la historia del mundo… Esta arma será utilizada contra Japón… La utilizaremos de maneras que objetivos militares y soldados y marineros sean el objetivo y no mujeres y niños. Incluso si los japoneses son salvajes, implacables, despiadados y fanáticos, nosotros como líderes del mundo por el bienestar común no podemos lanzar esa terrible bomba sobre la antigua capital o la nueva… El objetivo será puramente militar… Parece ser la cosa más terrible jamás descubierta, pero puede ser convertida en la más útil.” (Presidente Harry S. Truman, Diary, 25 de julio de 1945)
“El mundo notará que la primera bomba atómica fue lanzada contra Hiroshima, una base militar. Fue porque deseamos evitar, en este primer ataque, en la medida de lo posible, la muerte de civiles…” (Presidente Harry S. Truman en un discurso por la radio a la nación, 9 de agosto de 1945.)
[Nota: la primera bomba atómica fue arrojada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945; la segunda, sobre Nagasaki, el 9 de agosto, el mismo día del discurso de Truman por radio a la nación]
Nadie dentro de los niveles superiores del gobierno y las fuerzas armadas de EE.UU. creía que Hiroshima era una base militar. Truman mentía a sí mismo y al público estadounidense. Hasta hoy, el uso de armas nucleares contra Japón es justificado como un coste necesario para terminar la guerra y, a fin de cuentas, “salvar vidas”. *

Armas nucleares estadounidenses almacenadas y desplegadas en Corea del Sur

Solo unos pocos años después del fin de la Guerra de Corea, EE.UU. inició el despliegue de ojivas nucleares en Corea del Sur. Este despliegue en Uijongbu y Anyang-Ni ya había sido considerado en 1956.
Vale la pena señalar que la decisión de EE.UU. de llevar ojivas nucleares a Corea del Sur constituía una violación flagrante del Párrafo 13(d) del Acuerdo de Armisticio que prohibía que las facciones en guerra introdujeran nuevas armas a Corea.
El verdadero despliegue de ojivas nucleares comenzó en enero de 1958, cuatro años y medio después del fin de la Guerra de Corea, “con la introducción de cinco sistemas de armas nucleares: el misil tierra-tierra Honest John, el misil de crucero Matador, la mina terrestre nuclear Munición de Demolición Atómica (ADM), y el cañón de 280-mm y el cañón sin retroceso de 203 mm.” (Vea The nuclear information project: US Nuclear Weapons in Korea)
El proyectil Davy Crockett fue desplegado en Corea del Sur entre julio de 1962 y junio de 1968. La ojiva tenía rendimientos selectivos de hasta 0,25 kilotones. El proyectil pesaba solo 34,5 kilos. Bombas nucleares para cazabombarderos llegaron en marzo de 1958, seguidas por tres sistemas de misiles tierra-tierra (Lacrosse, Davy Crockett, y Sergeant) entre julio de 1960 y septiembre de 1963. El misil antiaéreo y tierra-tierra de doble misión Nike Hercules llegó en enero de 1961, y finalmente el cañón sin retroceso de 155-mm llegó en octubre de 1964. En el clímax de este aumento, cerca de 950 ojivas fueron desplegadas en Corea del Sur.
Cuatro de los tipos de armas solo siguieron estando desplegados durante unos pocos años, mientras los demás permanecieron durante décadas. El cañón sin retroceso de 203 mm se quedó hasta fines de 1991, la única arma que fue desplegada durante todo el período de 33 años de despliegue de armas nucleares de EE.UU. en Corea del Sur. Las otras armas que se quedaron hasta el fin fueron las bombas lanzadas desde el aire (diferentes tipos de bombas fueron desplegadas durante años, terminando con la B61), y la artillería nuclear de obuses de 155 mm. (Ibíd.).
El despliegue de armas nucleares de EE.UU. en Corea del Sur duró oficialmente durante 33 años. El despliegue tenía como objetivos a Corea del Norte así como China y la Unión Soviética.
Al mismo tiempo y en coordinación con el despliegue de ojivas nucleares en Corea del Sur, dicho país había iniciado su propio programa de armas nucleares a principios de los años setenta. La historia oficial es que EE.UU. ejerció presión sobre Seúl para que abandonara su programa de armas nucleares y “firmara el Tratado de No-Proliferación de Armas Nucleares (TNP) en abril de 1975 antes de que hubiera producido algún material fisible”.
(Daniel A. Pinkston, “South Korea’s Nuclear Experiments,” CNS Research Story, 9 de noviembre de 2004, http://cns.miis.edu .]
La iniciativa nuclear de Corea del Sur (ROK) tuvo lugar desde el comienzo a principios de los años setenta bajo la supervisión de EE.UU. y fue desarrollada como un componente del despliegue estadounidense de armas nucleares, a fin de amenazar a Corea del Norte.
Además, aunque este programa terminó oficialmente en 1978, EE.UU. promovió experticia científica así como el entrenamiento de los militares de la ROK en el uso de armas nucleares. Y considérese lo siguiente: Bajo el acuerdo CFC ROK-EE.UU., todas las unidades operacionales de la ROK están bajo comando conjunto encabezado por un general estadounidense. Esto significa que todas las instalaciones y bases militares establecidas por las fuerzas armadas coreanas son de facto instalaciones comunes. Existe un total de 27 instalaciones militares de EE.UU. en la ROK. (Vea “Lista de instalaciones del Ejército de EE.UU. en Corea del Sur – Wikipedia)

 ”LGM-30G Minuteman intercontinental ballistic missile” (ICBM) (L) y “LG-118A Peacekeeper missile”®. (AFP Foto/US DoD)

La planificación de ataques nucleares contra Corea del Norte desde EE.UU. continental y desde submarinos estratégicos estadounidenses

Según fuentes militares, la remoción de armas nucleares estadounidenses de Corea del Sur fue iniciada a mediados de los años setenta. Fue completada en 1991:
El almacenamiento de armas nucleares en la base aérea Osan fue desactivado a fines de 1977. Esta reducción continuó durante los años siguientes y llevó a que la cantidad de armas nucleares en Corea del Sur haya bajado de unas 540 en 1976 a aproximadamente 150 obuses de artillería y bombas en 1985. Cuando tuvo lugar la Iniciativa Nuclear Presidencial en 1991, seguía habiendo 100 ojivas, todas las cuales habían sido retiradas en diciembre de 1991. (Proyecto de información nuclear: retirada de armas nucleares estadounidenses de Corea del Sur)
Según declaraciones oficiales, EE.UU. retiro sus armas nucleares de Corea del Sur en diciembre de 1991.
Esta retirada de Corea no modificó de ninguna manera la amenaza de guerra nuclear de EE.UU. dirigida contra la DPRK. Al contrario: fue asociada a cambios en la estrategia militar de EE.UU. respecto al despliegue de ojivas nucleares. Grandes ciudades norcoreanas debían ser el objetivo de ojivas nucleares desde instalaciones en EE.UU. continental y desde submarinos estratégicos estadounidenses (SSBN) en lugar de instalaciones militares en Corea del Sur.
Después del retiro de las armas nucleares estadounidenses de Corea del Sur en diciembre de 1991, l 4º Fighter Wing en la Base Seymour Johnson de la Fuerza Aérea, ha sido encargado de la planificación de ataques nucleares contra Corea del Norte. Desde entonces, la planificación de ataques contra Corea del Norte con armas nucleares no estratégicas ha sido la responsabilidad de unidades basadas en EE.UU. continental. …
“Simulamos librar una guerra en Corea, utilizando un escenario coreano. … El escenario… simuló una decisión de la Autoridad Nacional de Comando sobre la consideración del uso de armas nucleares…. Identificamos aviones, tripulaciones y cargadores [de armas] para cargar armas nucleares tácticas en nuestros aviones….
Con una capacidad de atacar objetivos en menos de 15 minutos, el misil balístico Trident D5 lanzado desde el mar es un “sistema crítico de misión” para las Fuerzas de EE.UU. en Corea.

Misiles balísticos en submarinos y bombarderos de largo alcance

Además de bombas no estratégicas lanzadas desde el aire, misiles balísticos lanzados desde el mar a bordo de submarinos estratégicos de la clase Ohio (SSBN) que patrullan en el Pacífico también parecen tener una misión contra Corea del Norte. Un informe del Inspector General del Departamento de Defensa de 1998 mencionó el sistema Trident como “sistema crítico de misión” identificado por el Comando Pacífico de EE.UU. y por Fuerzas de EE.UU. en Corea como “de importancia particular”.
Aunque la misión primordial del sistema Trident se dirige contra objetivos en Rusia y China, un misil D5 lanzado en un vuelo de baja trayectoria suministra una capacidad de ataque de incomparable rapidez (12-13 minutos) contra objetivos a tiempo crítico en Corea del Norte. Ningún otro sistema de armas estadounidense puede conseguir que una ojiva llegue a su objetivo con semejante rapidez. Dos-tres SSBN están en “alerta dura” en el Pacífico en cualquier momento dado, poniendo en riesgo objetivos rusos, chinos y norcoreanos desde áreas de patrulla designadas.
También se puede asignar un papel de ataque nuclear contra Corea del Norte a bombarderos estratégicos de largo alcance aunque se conocen pocos detalles específicos. Un mapa de la Fuerza Aérea sugiere un papel de ataque para B-2 contra Corea del Norte. Como portador designado de la bomba de penetración del suelo B61-11, el B-2 es un fuerte candidato para potenciales misiones de ataque nuclear contra instalaciones norcoreanas a gran profundidad subterránea.
Como portador designado de la bomba nuclear de penetración bajo tierra B61-11 [con una capacidad explosiva entre un tercio y seis veces del de una bomba de Hiroshima] y un posible futuro Penetrador Nuclear Robusto, el bombardero stealth B-2 podría tener un papel importante contra objetivos en Corea del Norte. Recientes actualizaciones permiten la planificación de una nueva misión de ataque nuclear con B-2 en menos de 8 horas. (Ibíd.)
“Aunque el gobierno de Corea del Sur confirmó en su momento la retirada, las afirmaciones de EE.UU. no fueron tan claras. Como resultado, rumores persistieron durante mucho tiempo –particularmente en Corea del Norte y del Sur– de que armas nucleares permanecieron en Corea del Sur. Sin embargo el retiro fue confirmado por el Comando Pacífico en 1998 en una porción desclasificada de la Historia del Comando CINCPAC para 1991.” (The nuclear information project: withdrawal of US nuclear weapons from South Korea)

El Estudio de la Postura Nuclear 2001 del gobierno de Bush: Guerra Nuclear Preventiva

El gobierno de Bush estableció en el Estudio de la Postura Nuclear 2001 el perfil de una nueva doctrina de guerra nuclear “preventiva” posterior al 11-S, es decir que armas nucleares podrían ser utilizadas como instrumento de “autodefensa” contra Estados no nucleares.
“Requerimientos para capacidades de ataque nuclear estadounidense” dirigido contra Corea del Norte fueron establecidos como parte de una misión de Ataque Global bajo el control de la Jefatura del Comando Estratégico de EE.UU. en Omaha Nebraska, el así llamado CONPLAN 8022, que iba dirigido contra una serie de “Estados canallas” incluyendo a Corea del Norte así como China y Rusia.
El 18 de noviembre de 2005, el nuevo comando de Ataque Espacial y Global empezó a funcionar en STRATCOM después de pasar una prueba en un ejercicio de guerra nuclear que incluía a Corea del Norte.
La actual planificación de ataque nuclear estadounidense contra Corea del Norte parece servir tres objetivos: El primero es un rol de disuasión tradicional vagamente definido con el propósito de influenciar la conducta norcoreana antes de hostilidades.
Este papel fue ampliado en algo por el Estudio de la Postura Nuclear de 2001 para que no solo disuadiera sino también influyera a Corea del Norte contra la busca de armas de destrucción masiva.
Por qué, después de cinco décadas de enfrentar a Corea del Norte con armas nucleares, el gobierno de Bush cree que capacidades nucleares adicionales disuadirán de alguna manera a Corea del Norte de la busca de armas de destrucción masiva [programa de armas nucleares] es un misterio. (Ibíd.)

¿Quién es la amenaza? ¿Corea del Norte o EE.UU.?

Hay que subrayar la asimetría de las capacidades de armas nucleares entre EE.UU. y la DPRK. Según ArmsControl.org (abril de 2013) EE.UU.: “posee 5.113 ojivas nucleares, incluyendo armas tácticas, estratégicas y no desplegadas”
Según la última declaración oficial New START, de las más de 5.113 armas nucleares, “EE.UU. despliega 1.654 ojivas nucleares estratégica en 792 ICBM, SLBM y bombarderos estratégicos desplegados… (ArmsControl.org abril de 2013).

Además, de acuerdo con la Federación Americana de Científicos, EEUU posee 500 cabezas nucleares tácticas.(ArmsControl.org Abril 2013)
En contraste, la DPRK, según la misma fuente:
“ha separado suficiente plutonio para aproximadamente 4-8 ojivas nucleares. Corea del Norte presentó en 2010 una instalación de centrífuga, pero su capacidad de producir uranio altamente enriquecido para armas sigue siendo poco clara”.
Según la opinión de expertos:
“no existe evidencia de que Corea del Norte tenga los medios de lanzar un misil con un arma nuclear a EE.UU. o a cualquier otro país. Hasta ahora, ha producido varias bombas atómicas y las ha probado, pero carece del combustible y la tecnología para miniaturizar una bomba atómica y colocarla en un misil”. (North Korea: What’s really happening – Salon.com, 5 de abril de 2013)
Según Siegried Hecker, uno de los científicos nucleares más destacados de EE.UU.:
“A pesar de sus recientes amenazas, Corea del Norte todavía no tiene un gran arsenal nuclear porque carece de materiales fisibles y tiene poca experiencia en pruebas nucleares”. (Ibíd.)
La amenaza de guerra nuclear no proviene de la DPRK sino de EE.UU. y sus aliados.
La República Democrática Popular de Corea, víctima tácita de la agresión militar estadounidense, ha sido incesantemente presentada como una nación belicista, una amenaza para la Patria Estadounidense y una “amenaza para la paz mundial”. Esas acusaciones estilizadas se han convertido en parte de un consenso mediático.
Mientras tanto, Washington está implementando una renovación por 32.000 millones de dólares de sus armas nucleares estratégicas y modernizando sus armas nucleares tácticas, que según una decisión del Senado en 2002 “no son dañinas para la población civil circundante”.
Esas continuas amenazas y acciones de agresión latente dirigidas contra la DPRK también deben ser vistas como parte de una agenda militar estadounidense más amplia en el Este de Asia, dirigida contra China y Rusia.
Es importante que la gente en todo el mundo, en EE.UU. y los países occidentales, llegue a comprender que EE.UU., y no Corea del Norte o Irán, representa una amenaza para la seguridad global.

Fuente y notas

*Nota de Alfredo Embid: El objetivo “oficial” de acabar antes la guerra y “salvar vidas” era tan falso como que las 2 bombas se tiraron sobre bases militares como hemos documentado reiteradamente (ver al final lista de boletines anteriores).

**Nota de CIAR:
Rebelión publicó este artículo sin las referencias bibliográficas. Como nos parece algo esencial hemos revisado el original y las hemos añadido en esta versión actualizada.

Original:
http://www.globalresearch.ca/the-threat-of-nuclear-war-north-korea-or-the-united-states/5343793

La amenaza de guerra nuclear: ¿Corea del Norte o EE.UU.?
Prof Michel Chossudovsky
Global Research, August 02, 2013
http://www.globalresearch.ca/la-amenaza-de-guerra-nuclear-corea-del-norte-o-ee-uu/5344729Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Michel Chossudovsky es escritor, profesor emérito de Economía en la Universidad de Ottawa, fundador y director del Centro de Investigación sobre la Globalización (CRG), Montreal y editor de la web globalresearch.ca. Es autor de The Globalization of Poverty and The New World Order (2003) y de America’s “War on Terrorism”(2005). Su más reciente libro es Towards a World War III Scenario: The Dangers of Nuclear War (2011). También es colaborador de la Encyclopaedia Britannica. Sus escritos se han publicado en más de 20 idiomas.


Conferencia del Professor Michel Chossudovsk en el Simposio Internacional para el tratado de paz en Seul, Korea del Sur
[VIDEO: InglÉs]


No se necesitaban armas atómicas para terminar la guerra o salvar vidas
La verdadera razón por la cual EE.UU. utilizó
armas nucleares contra Japón

Washington's Blog




Como a todos los estadounidenses, me enseñaron que EE.UU. lanzó bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki para terminar la Segunda Guerra Mundial y salvar vidas estadounidenses y japonesas.
Sin embargo, la mayoría de los altos oficiales militares estadounidenses de la época dijeron otra cosa.
El grupo de Estudio de Bombardeo Estratégico de EE.UU., asignado por el presidente Truman para estudiar los ataques aéreos contra Japón, produjo un informe en julio que concluyó (52-56):

Sobre la base de una detallada investigación de todos los hechos y con el apoyo del testimonio de los dirigentes japoneses involucrados, el Estudio opina que Japón se habría rendido ciertamente antes del 31 de diciembre de 1945 y con toda probabilidad antes del 1 de noviembre de 1945 incluso si las bombas atómicas no se hubieran lanzado, incluso si Rusia no hubiera entrado a la guerra, e incluso si no se hubiera planificado o contemplado ninguna invasión.

El general (y después presidente) Dwight Eisenhower -entonces comandante supremo de todas las Fuerzas Aliadas, y el oficial que creó la mayor parte de los planes militares de EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial para Europa y Japón– dijo:

Los japoneses estaban dispuestos a rendirse y no era necesario atacarlos con esa cosa horrible.

Newsweek, 11/11/63, Ike on Ike

Eisenhower también señaló (pg. 380)

En [julio de] 1945… el secretario de Guerra Stimson, en visita a mi oficina central en Alemania, me informó de que nuestro gobierno se preparaba para lanzar una bomba atómica sobre Japón. Yo era uno de los que pensaban que había una serie de razones convincentes para cuestionar la inteligencia de un acto semejante… el secretario, después de darme la noticia del exitoso ensayo de la bomba en Nuevo México, y del plan de utilizarla, me pidió mi reacción, esperando al parecer una enérgica aprobación.

Durante su relato de los hechos relevantes, había sido consciente de un sentimiento de depresión y por lo tanto le expresé mis graves aprensiones, primero sobre la base de mi creencia en que Japón ya estaba derrotado y que el lanzamiento de la bomba era totalmente innecesario, y en segundo lugar porque pensaba que nuestro país debía evitar horrorizar a la opinión mundial debido al uso de un arma cuyo empleo, pensaba, ya no era indispensable como medida para salvar vidas estadounidenses. Pensaba que Japón estaba, en ese mismo momento, buscando alguna forma de rendirse con la menor pérdida de prestigio. El secretario se mostró profundamente perturbado por mi actitud…
El almirante William Leahy –el miembro de más alta graduación de las fuerzas armadas de EE.UU. desde1942 hasta su retiro en 1949, quien fue el primer jefe de facto del Estado Mayor Conjunto y que estaba al centro de todas las principales decisiones militares de EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial– escribió (pg. 441):
En mi opinión el uso de esa cruel arma en Hiroshima y Nagasaki no fue una ayuda material en nuestra guerra contra Japón. Los japoneses ya estaban derrotados y se disponían a rendirse debido al efectivo bloqueo marítimo y los exitosos bombardeos con armas convencionales.
Las posibilidades letales de la guerra atómica en el futuro son aterradoras. Mi propio sentimiento era que al ser los primeros en utilizarla, habíamos adoptado un estándar ético común a los bárbaros de la Alta Edad Media. No me enseñaron a hacer la guerra de esa manera, las guerras no se pueden ganar destruyendo a mujeres y niños.
El general Douglas MacArthur estuvo de acuerdo (pg. 65, 70-71):

Los puntos de vista de MacArthur respecto a la decisión de lanzar la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki fueron totalmente diferentes de lo que supuso el público en general… Cuando pregunté al general MacArthur sobre la decisión de lanzar la bomba, me sorprendió escuchar que ni siquiera le habían consultado. ¿Cuál habría sido su consejo?, le pregunté. Respondió que no veía ninguna justificación militar para lanzar la bomba. La guerra podría haber terminado semanas antes, dijo, si EE.UU. hubiera aceptado, como en todo caso lo hizo posteriormente, que se conservara la institución del emperador.
Además (pg. 512):

La declaración de Potsdam, en julio, exigió que Japón se rindiera incondicionalmente o se enfrentaría a ‘una rápida y total destrucción’. MacArthur se escandalizó. Sabía que los japoneses jamás renunciarían a su emperador y que sin él, en cualquier caso, sería imposible una transición ordenada a la paz, porque su pueblo no se sometería jamás a la ocupación aliada a menos que el emperador lo ordenara. Irónicamente, cuando tuvo lugar la rendición, fue condicional, y la condición fue la continuación del reino imperial. Si se hubiera seguido el consejo del general, es posible que el recurso a las armas atómicas en Hiroshima y Nagasaki hubiera sido innecesario.

Del mismo modo, el secretario adjunto de Guerra, John McLoy señaló (pg. 500):
Siempre he pensado que nuestro ultimátum al gobierno japonés emitido desde Potsdam [en julio de 1945] lo habría aceptado, si nos hubiésemos referido al mantenimiento del emperador como monarca constitucional y hubiésemos hecho alguna referencia al acceso razonable a materias primas de futuro gobierno japonés. Por cierto, creo que incluso en la forma en la que se dio dicho ultimátum había una cierta disposición por parte de los japoneses a considerarlo de manera favorable. Cuando terminó la guerra llegué a esta conclusión después de hablar con una serie de funcionarios japoneses que habían estado íntimamente asociados con la decisión del gobierno japonés de entonces de rechazar el ultimátum tal como se presentó. Creo que perdimos la oportunidad de lograr una rendición japonesa, completamente satisfactoria para nosotros, sin necesidad de lanzar las bombas.
El subsecretario de la Armada, Ralph Bird, dijo:
Pienso que los japoneses querían la paz y ya habían contactado a los rusos y creo que a los suizos. Y esa sugerencia de [dar] una advertencia [de la bomba atómica] fue una propuesta que les habría permitido salvar las apariencias y la habrían aceptado de buena gana.
***
A mi juicio, la guerra japonesa ya estaba ganada antes de que utilizásemos la bomba atómica. Por lo tanto, no habría sido necesario que reveláramos nuestra posición nuclear y estimular a los rusos a desarrollar lo mismo mucho más rápido de lo que lo hubieran hecho si no hubiésemos lanzado la bomba.
War Was Really Won Before We Used A-Bomb, U.S. News and World Report, 15/8/60, pg. 73-75.
También señaló (pg. 144-145, 324):
Me pareció que los japoneses estaban cada vez más débiles. Rodeados por la armada, no podían recibir ninguna importación ni podían exportar nada. Naturalmente, a medida que pasaba el tiempo y la guerra se desarrollaba a nuestro favor era bastante lógico esperar que con el tipo adecuado de advertencia los japoneses estuvieran en una posición para hacer la paz, lo que habría hecho que fuera innecesario lanzarla bomba y tuviésemos que hacer que participara Rusia.
El general Curtis LeMay, el duro “halcón” de la Fuerza Aérea del Ejército, declaró públicamente poco antes del lanzamiento de las bombas nucleares sobre Japón:
La guerra habría terminado en dos semanas… La bomba atómica no tuvo absolutamente nada que ver con el fin de la guerra.
El vicepresidente del Estudio de Bombardeo de EE.UU., Paul Nitze, escribió (pg. 36-37, 44-45):
Llegué a la conclusión de que incluso sin la bomba atómica, era probable que Japón se rindiera en cosa de meses. Mi propio punto de vista era que Japón capitularía en noviembre de 1945.
***
Incluso sin los ataques a Hiroshima y Nagasaki parecía muy poco probable, en vista de lo que establecimos que era el estado de ánimo del gobierno japonés, que fuera necesaria una invasión estadounidense de las islas [programada para el 1 de noviembre de 1945].
El director adjunto de la Oficina de Inteligencia Naval, Ellis Zacharias, escribió:
Precisamente cuando los japoneses estaban dispuestos a capitular, seguimos adelante e introdujimos en el mundo el arma más devastadora que había visto, y en efecto dimos el visto bueno a Rusia para que se extendiera sobre Asia Oriental.
Washington decidió que Japón había tenido su oportunidad y que era hora de utilizar la bomba atómica.
Sugiero que fue la decisión equivocada. Fue un error por motivos estratégicos. Y fue un error por motivos humanitarios.
Ellis Zacharias, How We Bungled the Japanese Surrender, Look, 6/6/50, pg. 19-21.
El brigadier General Carter Clarke –el oficial de inteligencia militar a cargo de preparar los resúmenes de los cables japoneses interceptados para el presidente Truman y sus consejeros– dijo: (pg. 359):
Cuando no necesitábamos hacerlo, y sabíamos que no necesitábamos hacerlo y ellos sabían que no necesitábamos hacerlo, los utilizamos como un experimento para dos bombas atómicas.
Muchos otros altos oficiales militares estuvieron de acuerdo. Por ejemplo:
El comandante en jefe de la Armada de EE.UU. y jefe de Operaciones Navales, Ernest J. King, declaró que el bloqueo naval y el bombardeo anterior en Japón en marzo de 1945, habían incapacitado a los japoneses y que el uso de la bomba atómica fue innecesario e inmoral. También, se informó de que el almirante de la Flota Chester W. Nimitz dijo en una conferencia de prensa el 22 de septiembre de 1945 que “el almirante aprovechó la oportunidad para sumar su voz a las de los que insistían en que Japón estaba derrotado antes del bombardeo atómico y del ingreso de Rusia a la guerra”. En un discurso subsiguiente en el Monumento Washington el 5 de octubre de 1945, el almirante Nimitz declaró: “Los japoneses, de hecho, habían pedido la paz antes de que se anunciara al mundo la era atómica con la destrucción de Hiroshima y antes de la entrada de Rusia a la guerra”. También se supo que el 20 de julio de 1945, o cerca de esa fecha, el general Eisenhower había instado a Truman, en una visita personal, a que no utilizara la bomba atómica. La evaluación de Eisenhower era que “No era necesario atacarlos con esa cosa espantosa… utilizar la bomba atómica para matar y aterrorizar a civiles, sin intentar siquiera [negociaciones] fue un doble crimen”. Eisenhower también declaró que no era necesario que Truman “sucumbiera” ante el [ínfimo puñado de personas que presionaban al presidente para que lanzara bombas atómicas en Japón].
Los oficiales británicos pensaban lo mismo. Por ejemplo Sir Hastings Ismay, general y jefe de Estado Mayor del ministerio británico de Defensa, dijo al primer ministro Churchill que “si Rusia entrara a la guerra contra Japón, los japoneses probablemente desearían salir bajo casi cualquier condición que no sea el destronamiento del emperador”.
Al oír que la prueba atómica fue exitosa, la reacción privada de Ismay fue de “repulsión”.

¿Por qué se lanzaron las bombas en ciudades pobladas y sin valor militar?

Incluso los oficiales militares que estaban a favor del uso de armas nucleares preferían que se utilizaran en áreas no pobladas u objetivos militares japoneses… no en las ciudades.
Por ejemplo el asistente especial del secretario de la Armada, Lewis Strauss, sugirió a su jefe, James Forrestal, que bastaría una demostración no letal de armas atómicas para convencer a los japoneses de que se rindieran… y el secretario de la Armada estuvo de acuerdo. (pg. 145, 325):
Sugerí al secretario Forrestal que se hiciese una demostración del arma antes de utilizarla. En primer lugar porque era obvio para un número de personas, incluyéndome a mí, que la guerra casi había terminado. Los japoneses estaban prácticamente listos para capitular… mi propuesta al secretario fue que se debía hacer la demostración del arma en un área accesible a observadores japoneses y donde sus efectos serían dramáticos. Recuerdo haber sugerido que un sitio adecuado para una demostración de ese tipo sería un gran bosque de cedros japoneses no lejos de Tokio. El cedro japonés es la versión japonesa de nuestra secoya… Supuse que una bomba detonada a una altura adecuada sobre un bosque semejante… esparciría los árboles desde el centro de la explosión en todas direcciones como si fueran fósforos y por supuesto les prendería fuego en el centro. Pensaba que una demostración de este tipo demostraría a los japoneses que podíamos destruir a voluntad cualquiera de sus ciudades… El secretario Forrestal estuvo completamente de acuerdo con la recomendación…
Me parecía que no era necesaria un arma semejante para acabar con la guerra, y que una vez que se utilizase se incorporaría a los armamentos del mundo…
El general George Marshall estuvo de acuerdo:
Algunos documentos contemporáneos muestran que Marshall pensaba que “esas armas se podrían utilizar primero contra objetivos militares propiamente tales como una gran instalación naval y entonces, si no se lograba un resultado total con su efecto, pensaba que deberíamos determinar una serie grandes áreas manufactureras en las que se avisaría a la gente de que se fuera y advirtiendo a los japoneses de que teníamos la intención de destruir esos centros…”
Como sugiere el documento sobre los puntos de vista de Marshall, la pregunta de si se justificaba el uso de la bomba atómica se concentra… en si las bombas tenían que usarse contra un objetivo mayormente civil en lugar de un objetivo estrictamente militar, lo que en los hechos era la alternativa explícita, ya que aunque había soldados japoneses en las ciudades, los planificadores estadounidenses no consideraban vitales a Hiroshima ni Nagasaki desde el punto de vista militar. (Es uno de los motivos por los que hasta entonces no se había bombardeado con fuerza a ninguna de ellas). Además los ataques [en Hiroshima y Nagasaki] apuntaban explícitamente a instalaciones no militares rodeadas de viviendas de trabajadores.

Los historiadores están de acuerdo en que la bomba no era necesaria

Los historiadores están de acuerdo en que no era necesario utilizar bombas nucleares para detener la guerra o salvar vidas.
Como señala el historiador Doug Long:
El historiador de la Comisión Reguladora Nuclear de EE.UU., J. Samuel Walker, ha estudiado la historia de la investigación sobre la decisión de utilizar armas nucleares en Japón. En su conclusión escribe: “El consenso entre los expertos es que la bomba no era necesaria para evitar una invasión de Japón y terminar la guerra dentro de un plazo relativamente corto. Es obvio que existían alternativas a la bomba y que Truman y sus consejeros lo sabían” (J. Samuel Walker, The Decision to Use the Bomb: A Historiographical Update, Diplomatic History, Winter 1990, pg. 110).

Los políticos estaban de acuerdo

Muchos políticos de alto nivel estaban de acuerdo. Por ejemplo, Herbert Hoover dijo, (pg. 142):
Los japoneses estaban dispuestos a negociar definitivamente desde febrero de 1945… hasta que se lanzaron las bombas atómicas, … si se hubieran tenido en cuenta esas señales no habría habido ocasión alguna para lanzar las bombas [atómicas].
El subsecretario de Estado, Joseph Grew, señaló (pg. 29-32):
A la luz de la evidencia disponible otras personas y yo pensábamos que si una declaración tan categórica sobre [el mantenimiento de] la dinastía se hubiera emitido en mayo de 1945, los elementos favorables a la rendición en el gobierno [japonés] podrían haber obtenido a través de una declaración semejante una razón válida y la fuerza necesaria para llegar a una decisión claramente definida.
Si la rendición hubiera tenido lugar en mayo de 1945, o incluso en junio o julio, antes de la entrada de la Rusia soviética en la guerra [en el Pacífico] y del uso de la bomba atómica, el ganador habría sido el mundo.

¿Entonces por qué se lanzaron las bombas atómicas en Japón?

Si el lanzamiento de bombas nucleares no era necesario para acabar la guerra o salvar vidas, ¿por qué se tomó la decisión de lanzarlas? ¿Especialmente a pesar de las objeciones de tantos altos personajes militares y políticos?
Una teoría es que a los científicos les gusta jugar con sus juguetes:
El 9 de septiembre de 1945 se citó ampliamente en público al almirante William F. Halsey, comandante de la Tercera Flota, declarando que la bomba atómica se usó porque los científicos tenían un “juguete y querían probarlo…” Además señaló: “La primera bomba atómica fue un experimento innecesario… Fue un error lanzarla”.
Sin embargo, la mayoría de los científicos del Proyecto Manhattan que desarrollaron la bomba atómica se oponían a utilizarla en Japón.
Albert Einstein –un importante catalizador del desarrollo de la bomba atómica (pero que no estaba directamente conectado con el Proyecto Manhattan)– dijo algo diferente:
“La mayoría de los científicos se opuso a usan de repente la bomba atómica”. Según Einstein, el lanzamiento de la bomba fue una decisión política-diplomática más que una decisión militar o científica.
Por cierto, algunos de los científicos del Proyecto Manhattan escribieron directamente al secretario de Defensa en 1945 para intentar disuadirlo de lanzar la bomba:
Creemos que estas consideraciones hacen que el uso de bombas nucleares en un anticipado y no anunciado ataque a Japón no sea aconsejable. Si EE.UU. fuera el primero en introducir este nuevo medio de destrucción indiscriminada a la humanidad, sacrificaría el apoyo público en todo el mundo, precipitaría la carrera armamentista, y perjudicaría la posibilidad de lograr un acuerdo internacional sobre el control futuro de tales armas.
Political and Social Problems, Manhattan Engineer District Records, Harrison-Bundy files, folder # 76, National Archives (contenido también en: Martin Sherwin, A World Destroyed, edición 1987, pg. 323-333).
Los científicos cuestionaron la capacidad de destruir ciudades japonesas con bombas atómicas para lograr la rendición cuando la destrucción de las ciudades con bombas convencionales no lo había hecho y –como algunos de los oficiales militares antes mencionados– recomendó una demostración de la bomba atómica en Japón en un área deshabitada.

¿La verdadera explicación?

History.com señala:
A lo largo de los años desde el lanzamiento de las dos bombas atómicas sobre Japón, una serie de historiadores han sugerido que las armas tenían un doble objetivo… Se ha sugerido que el segundo objetivo era hacer una demostración de la nueva arma de destrucción masiva a la Unión Soviética. En agosto de 1945, las relaciones con la Unión Soviética se habían deteriorado considerablemente. La Conferencia de Potsdam entre el presidente de EE.UU., Harry S. Truman, el líder ruso José Stalin y Winston Churchill (antes de ser reemplazado por Clement Attlee) terminó solo cuatro días antes del bombardeo de Hiroshima. La reunión estuvo marcada por recriminaciones y sospechas entre estadounidenses y soviéticos. Los ejércitos rusos ocupaban la mayor parte de Europa Oriental. Truman y muchos de sus consejeros esperaban que el monopolio atómico de EE.UU. ayudase a presionar diplomáticamente a los soviéticos. De esta manera, el lanzamiento de la bomba atómica en Japón se puede ver como el primer disparo de la Guerra Fría.
New Scientist informó en 2005:
La decisión de EE.UU. de lanzar bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, tenía el propósito de comenzar la Guerra Fría más que de terminar la Segunda Guerra Mundial, según dos historiadores nucleares que dicen que tienen nueva evidencia que respalda la controvertida teoría.
Dicen que el objetivo de una reacción de fisión en varios kilógramos de uranio y plutonio y de la matanza de más de 200.000 personas hace 60 años, fue más impresionar a la Unión Soviética que doblegar a Japón. Y el presidente de EE.UU. que tomó la decisión, Harry Truman, fue el culpable, agregan.
“Sabía que estaba iniciando el proceso de aniquilación de la especie”, dice Peter Kuznick, director del Instituto de Estudios Nucleares en la American University en Washington DC, US. “No fue solo un crimen de guerra, fue un crimen contra la humanidad.”
***
[La explicación convencional del uso de las bombas para terminar la guerra y salvar vidas] es cuestionada por Kuznick y Mark Selden, un historiador de la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York, EE.UU.
***
Nuevos estudios de los archivos diplomáticos estadounidenses, japoneses y soviéticos sugieren que el principal motivo de Truman fue limitar la expansión soviética en Asia, afirma Kuznick. Japón se rindió porque la Unión Soviética inició una invasión unos días después del bombardeo de Hiroshima, no debido a las bombas atómicas en sí, dice.
Según un informe de Walter Brown, asistente del secretario de Estado de EE.UU. de la época, James Byrnes, tres días antes del lanzamiento de la bomba en Hiroshima, en una reunión Truman reconoció que Japón “busca la paz”. Sus generales del ejército, Douglas Macarthur y Dwight Eisenhower, y su jefe de Estado Mayor naval William Leahy, dijeron a Truman que no existía ninguna necesidad militar de utilizar la bomba.
“Impresionar a Rusia era más importante que terminar la guerra en Japón”, dice Selden.

John Pilger señala:
El secretario de Guerra de EE.UU., Henry Stimson, dijo al presidente Truman que “temía” que la fuerza aérea de EE.UU. hubiera bombardeado tanto a Japón que la nueva arma no podría “mostrar su fuerza”. Más adelante admitió que “no se hizo ningún esfuerzo, y ninguno se consideró seriamente, para lograr simplemente la rendición con el fin de no tener que usar la bomba”. Sus colegas de la política exterior estaban ansiosos “de intimidar a los rusos con la bomba en lugar de portarla ostentosamente”. El general Leslie Groves, director del Manhattan Project, testificó: “Nunca pensé en que Rusia era nuestro enemigo y que el proyecto se llevó a cabo sobre esa base” (*). Al día siguiente de la destrucción de Hiroshima, el presidente Truman expresó su satisfacción por el “abrumador éxito del experimento”.
Dejamos la última palabra al profesor de economía política de la Universidad de Maryland, exdirector legislativo en la Cámara de Representantes y el Senado de EE.UU. y asistente especial en el Departamento de Estado, Gar Alperovitz:
Aunque la mayoría de los estadounidenses lo ignora, cada vez más historiadores reconocen ahora que EE.UU. no tuvo necesidad de utilizar la bomba atómica para terminar la guerra contra Japón en 1945. Además, esta opinión esencial fue expresada por  mayoría de los máximos dirigentes militares estadounidenses en las tres ramas de las fuerzas armadas en los años posteriores a la guerra: Ejército, Armada, y Fuerza Aérea del Ejército. Tampoco fue la opinión de “liberales”, como se piensa a veces en la actualidad. En los hechos, destacados conservadores fueron mucho más sinceros en el cuestionamiento de la decisión como injustificada e inmoral que los liberales estadounidenses en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
***
En lugar de permitir otras opciones para terminar la guerra, como que los soviéticos atacaran Japón con fuerzas terrestres, EE.UU. se apresuró a utilizar dos bombas atómicas en torno a la fecha del 8 de agosto en la que estaba programado un ataque soviético: Hiroshima el 6 de agosto y Nagasaki el 9 de agosto. La oportunidad en sí ha provocado obviamente preguntas entre numerosos historiadores. La evidencia disponible, aunque no concluyente, sugiere fuertemente que en parte las bombas pudieron utilizarse porque los dirigentes estadounidenses “prefirieron” –como dice el historiador premiado con el Premio Pulitzer, Martin Sherwin– terminar la guerra con las bombas en lugar del ataque soviético. Parece que es probable que también fuera un factor significativo el intento de impresionar a los soviéticos en las primeras fintas diplomáticas que finalmente llevaron a la Guerra Fría.
***
La perspectiva más esclarecedora, sin embargo, proviene de altos dirigentes militares estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial. La creencia generalmente aceptada de que la bomba atómica salvó un millón de vidas está tan generalizada que… la mayoría de los estadounidenses ni siquiera se han detenido a considerar algo bastante impactante para cualquiera que se haya preocupado seriamente del tema: La mayoría de los máximos dirigentes militares de EE.UU. no solo pensaba que los bombardeos eran innecesarios e injustificados, muchos se sintieron ofendidos moralmente por lo que consideraron como la destrucción innecesarias de ciudades japonesas y esencialmente de poblaciones no combatientes. Además, hablaron del tema de un modo bastante abierto y público.
***
Poco antes de su muerte el general George C. Marshall defendió tranquilamente la decisión, pero en general consta que dijo repetidamente que no fue una decisión militar sino política.
Este artículo se publicó originalmente en Washington's Blog

 

Fuente y notas

*Nota de Alfredo Embid:
El testimonio de General Leslie Groves (jefe militar del proyecto Manhattan) es una hipócresía:  Sus declaraciones anteriores hechas varias veces en público demuestran que mentía. Groves dijo : “Son ustedes conscientes, por supuesto que el objetivo de todo el proyecto es someter a los rusos”.
Esta declaración fue una de las causas de que el científico Joseph Rotblat renunciase a seguir trabajando en el proyecto para construirla. Abandonó los Álamos cuando supo que Alemania no poseería armas nucleares y que el objetivo tampoco era Japón. Boletín nº380

**Nota de CIAR :
Rebelión publicó este artículo sin las referencias bibliográficas. Como nos parece algo esencial hemos revisado el original y las hemos añadido en esta versión actualizada.


Fuente:

The REAL Reason America Used Nuclear Weapons Against Japan (It Was Not To End the War Or Save Lives).
Atomic Weapons Were Not Needed to End the War or Save Lives. Washington's Blog. October 14, 2012. Washington's Blog / Information Clearing House

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens. 
http://www.informationclearinghouse.info/article32743.htm

 

 Gen de Pies Descalzos
(subtitulados al español)

Películas japonesas sobre Hiroshima y Nagasaki

Hadashi no Gen (はだしのゲン, Gen de Pies Descalzos o Gen el descalzo) es un manga autobiográfico escrito y dibujado por Keiji Nakazawa, publicado entre los años 1973 y 1974, que posteriormente se convertirían en dos películas de animación.

Utilizando una carga en imágenes impactantes y agregando la narrativa propia del shonen, Hadashi no Gen nos cuenta la historia de Gen, un chico que sobrevivió junto a su madre y su hermano no-nato a la destrucción de su ciudad (Hiroshima) por la bomba atómica. En su historia, Nakazawa nos lleva de la mano hacia un dramatismo sin igual al representar todos los esfuerzos de su protagonista por sobrevivir a la muerte del resto de su familia y el horror nuclear que se presentaba ante sus ojos.

Como una poderosa declaración contra la guerra, Gen el descalzo es una perturbadora historia sobre los efectos de la bomba atómica en la vida de un niño y de los Japoneses.


Gen de Pies Descalzos
[Subtitulos en espaÑol]

Gen de Pies Descalzos 2
[Subtitulos en espaÑol]

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