28 abril 2010

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¿Y donde estaba la OMS?
Las mentiras de los expertos y de los organismos supranacionales

Las mentiras de los responsables de los gobiernos no son las más importantes. Las principales mentiras no provienen de ellos.
Es mas, los medios de desinformación no habrían podido mantenerlas sin la colaboración de los expertos de las agencias supranacionales, especialmente la AIEA y la OMS.  

En el caso de Chernóbil la OMS no respetó sus propios estatutos que le imponían intervenir a tiempo.
La OMS tampoco actuó como autoridad directora y coordinadora en el campo de la salud, conforme a su constitución, si no que dejó que la AIEA tomase el mando.
 
En las reuniones que iban a decidir la suerte de las poblaciones, el delegado de la OMS era el Prof. Pellerin, defensor incondicional de las centrales atómicas[44].

El Prof. Pellerin mintió a la población francesa y actualmente está procesado por los enfermos de cáncer de tiroides.

La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) puso toda la carne en el asador para minimizar la gravedad de la contaminación.
Desde el comienzo la AIEA se apropió de la información, y coordinaba con la complicidad de las autoridades locales lo que se debía hacer con la población, lo que había que decirles y lo que había que decir al mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también ocultó en sus informes desde el comienzo la gravedad del accidente.
No es de extrañar ya que la OMS está sometida al lobby militar-industrial, con excepción de un histórico y honesto documento resumen de una reunión de la OMS en 1956 en el que se condenó la energía nuclear[45].

Es importante recordar que en esta reunión participaron premios Nobel como J.M. Muller e importantes especialistas en genética que advirtieron sobre los riesgos del uso de la energía atómica (incluyendo los usos “pacíficos”) para el patrimonio genético de la humanidad, como hemos informado anteriormente.


EL PATRIMONIO GENETICO 

"El patrimonio genético es el bien más precioso del ser humano.
Determina la vida de nuestra descendencia, el desarrollo sano y armonioso de las generaciones futuras.
Como expertos, afirmamos que la salud de las generaciones futuras está amenazada por el desarrollo creciente de la industria atómica y de las fuentes de irradiación...
Estimamos también que las mutaciones nuevas que aparecen en los seres humanos, serán nefastas para ellos y para su descendencia"[46].

El Dr. Michel Fernex, profesor emérito de la Facultad de Medicina de Bâle, y miembro del Comité Director del Programa especial de Investigación para las Enfermedades Tropicales de la OMS precisa que “los términos del acuerdo, que se oponen a la comunicación abierta, están en contradicción con los términos de la Constitución de la OMS.

Este acuerdo limita a la OMS para informar a las poblaciones sobre las consecuencias de accidentes como el de Chernóbil, si no hay acuerdo previo del lobby nuclear. Los científicos que infringen esta regla tienen su carrera comprometida. Corren el riesgo de ser internados en prisión”[47].

La OMS se comportó después (y sigue comportándose), obediente al acuerdo firmado con la AIEA en  la 12ª Asamblea Mundial de la Salud, el 28 de Mayo 1959 cuyos documentos jurídicos pueden encontrarse en los Documentos Fundamentales de la OMS[48].

Este infame acuerdo entre la OMS y la AIEA cuyos términos hemos publicado anteriormente prohíbe prácticamente a la OMS efectuar investigaciones, declaraciones y publicaciones en materia de contaminación radiactiva sin el consentimiento de la AIEA[49].

Para denunciar esta actitud criminal sigue manteniéndose ante su sede en Ginebra un piquete permanente desde hace 3 años. Ver boletín nº Boletín ADS nº 66.
 

1987 abril

Se terminan los trabajos iniciados en mayo de 1986 para proteger las conducciones de agua.

1988

El experto de higiene del medio de la oficina regional de la OMS para Europa de Copenhague Sr. J. Waddington declaró en 1988 que: “es poco probable que en ningún país de Europa occidental haya un aumento detectable o identificable del número de cánceres”[50].   

No estuvo muy acertado pues el mismo año se revelaba que tras el accidente de Chernóbil, Gibson y sus colaboradores, en un trabajo de 1988 publicado en la ortodoxa revista médica Lancet, encontraron aumentos en la leucemia infantil en Escocia[51].

1989

Publicación de los mapas oficiales de la contaminación radiactiva en las 3 repúblicas de la URSS más afectadas.

1990

Para el período 1986-1990, el Ministerio de Salud de Ucrania registró un aumento del número de abortos involuntarios, nacimientos prematuros y mortinatos, así como tres veces la tasa normal de deformidades y anomalías de desarrollo en los recién nacidos[52].

En 1990, el Profesor Edmund Lengfelder del Otto Hug Radiological Institute señaló que la tasa de nuevos casos de cáncer de tiroides en niños de Bielorrusia era 30 veces más elevada que antes de Chernóbil[53].  

Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) siguió negándolo y hasta 1995 no reconoció oficialmente el vínculo entre la radiación de Chernóbil y el cáncer de tiroides.
 

1991-1992

Con cinco años de retraso la OMS empezó sus trabajos en campos de investigación sobre temas prioritarios escogidos.
Es preciso que te preguntes dos cosas:

¿Prioritarios para quién?

¿Dirás que lo eran para los afectados?

Pues No.

El fraude es evidente cuando comprobamos por ejemplo que entre los 5 campos principales de investigación se encuentra uno sobre la caries de los niños en Bielorrusia, mientras que las afectaciones inmunitarias, genéticas y hereditarias son excluidas de estos trabajos.

Desde luego no eran los trabajos prioritarios para la población afectada.

Entonces... ¿para quién?

Respecto a la segunda pregunta la respuesta también es evidente.

La AIEA retrasó y condicionó los trabajos de la OMS e hizo su propia evaluación, el mismo año en que se iniciaban los trabajos de la OMS, publicando  "su propio balance" que sentó cátedra y puso fin a las gestiones de los diputados de Bielorrusia, para que se reconociese la dimensión de la catástrofe y solicitar una ayuda económica apropiada.

Los resultados parciales de estas investigaciones se publicarán cinco años después en 1996 en un lujoso documento de 519 paginas (con las cifras recopiladas durante la fase 1 del proyecto piloto IPHECA "Health consequences of the Tshernobyl accident").

Esto confirma la intervención demasiado tardía de la OMS sobre el terreno de Chernóbil a pesar de que la mayoría de los ciudadanos del mundo consideraban el accidente como una urgencia[54].

En la conferencia de la AIEA en 1991, aunque anteriormente lo habían negado, se vieron obligados a reconocer que existían enfermedades del tiroides, en parte debidas al yodo 131 liberado en Chernóbil.

1994

Entre 1993 y 1994 los epidemiólogos rusos observan un aumento de cánceres en los que recibieron fuertes dosis, especialmente entre los jóvenes La media de edad de los liquidadores era 33 años[55].

En 1994 Nesterenko y el Rector del Instituto de Medicina de Gomel, el médico anatomopatólogo Yuri Bandajevsky empiezan a colaborar.

La UNICEF United Nations Children's Fund analizó las estadísticas de salud en  Bielorrusia y encontró entre 1990 y 1994 aumentos de:
- Trastornos del sistema nervioso 43%
- Enfermedades cardiovasculares 43%
- Enfermedades gastrointestinales 28%
- Trastornos de los huesos, los músculos y el tejido conectivo 62%
- Diabetes 28%[56]

1995

La patología de la glándula tiroides, es solo en parte debida al yodo 131. Bandazhevsky, ha demostrado que también es debida a los otros radionucléidos cuya toxicidad es sinérgica, especialmente el cesio Cs137 y el plutonio.
 
El aumento de los cánceres del tiroides ha sido señalado desde 1989 en Bielorrusia. Las leucemias de los niños cuyas madres habían sido irradiadas durante el embarazo también se empezaron a observar muy pronto[57].

Esto es algo que la especialista Alice Stewart había comprobado en los años 60[58].
 

Conferencia organizada por la OMS sobre Chernóbil, en noviembre 1995, en  Ginebra.

Esta conferencia es importante porque participaron científicos disidentes de la hipótesis oficial. Es también importante porque sería la última vez que lo harían[59].

M. Claude Haegi, representante del gobierno, en su discurso leyó varios párrafos que ilustran la actitud de la OMS y de la AIEA.
El primero es una apología de la ignorancia y de la desinformación, refleja un profundo desprecio por la salud de la población. Está sacado de un informe técnico publicado por la OMS en 1958.

En este informe el capítulo consagrado a la "la política a seguir en caso de accidente " termina: "Desde el punto de vista de la salud mental, la solución más satisfactoria para el  porvenir de las utilizaciones pacíficas de la energía atómica sería ver crecer una nueva generación que habría aprendido a acomodarse a la ignorancia y a la incertidumbre..."[60]

Es decir se trata de acostumbrar a la gente a la posibilidad de accidentes y de manipular las mentes para convertirlas en borreguitos dóciles.

El segundo es una cita del Director General de la AIEA ya mencionada: “dada la importancia de la energía atómica, el mundo podría soportar un accidente comparable al de Chernóbil por año"[61].

Se parte de la base de que el aporte energético nuclear es incuestionable (aunque no lo sea) y que la gente debe soportar sumisamente las consecuencias.

M. Haegi por el contrario concluyó diciendo: "Un Chernóbil basta. Hay que tender hacia una seguridad total".
Lo que es lo mismo que decir que es preciso detener cualquier utilización de la energía nuclear civil o militar, ya que ninguno de sus procesos puede garantizar ni siquiera una seguridad mínima.

Fernex afirma que “esta intervención, como tantas otras presentadas en la Conferencia de la OMS, en Ginebra, debería haber sido publicada en las actas: un documento muy esperado cuya edición había sido prometida por el secretariado de la Conferencia para marzo de 1996. Sin embargo estas actas aun no se han publicado en el comienzo del siglo XXI”[62] [63].

A continuación ofrecemos extractos de un artículo del Dr. Michel Fernex Profesor emérito de la Facultad de Medicina de Bâle, y miembro del Comité Director del Programa especial de Investigación para las Enfermedades Tropicales de la OMS sobre la conferencia en la que participó:

 
“En 1995, el Dr. Hiroshi Nakajima, Director Général de la OMS, organizó una Conferencia Internacional en Ginebra del 20 al 23 de noviembre, sobre "Las consecuencias de Chernóbil y otros accidentes radiológicos sobre la salud". La conferencia presidida por M. Y. Fujita, Gobernador de la Prefectura de Hiroshima, llevaba a considerar la destrucción de Hiroshima y de Nagasaki y la explosión de un reactor en Chernóbil, como accidentes radiológicos que merecen compararse. De este modo se pudieron considerar grandes diferencias entre ambos tipos de accidentes.
Los objetivos claramente expresados en el programa pueden encontrarse en.
- Programme de la Conférence Internationale organisée par l'OMS à Genève, du 20-23 noviembre 1995. Les conséquences de Chernóbil et d'autres accidents radiologiques sur la santé. Le Programme peut être obtenu à Genève WHO/EHG/1995.

“El programa convenció a las autoridades sanitarias de los países más afectados y a 700 médicos y expertos para participar en este congreso. La AIEA, por su parte, movilizó a los adeptos incondicionales de lo nuclear.
Así, se expresaron opiniones contradictorias, lo que hizo que el debate fuese muy vivo. Los representantes del lobby nuclear intentaron prohibir el diálogo y el Prof. S. Yarmonenko del Centro de Oncología de Moscu, insistió con una violencia desmesurada, para que en el futuro los organizadores excluyan de los programas y de los congresos sobre el tema a todo orador que aborde científicamente el problema de los efectos sobre los seres vivos de las bajas dosis de radiactividad.
Al parecer esta exclusión se convirtió en regla efectivamente en las sucesivas conferencias internacionales”.

Como esta conferencia de Ginebra no puede ser referenciada, debido al enterramiento y a la censura de las actas de la misma, es útil recordar algunas intervenciones que tenemos gracias al Dr. Fernex:

“M. Martin Griffiths, del Departamento de los Asuntos humanitarios de la ONU en Ginebra. Este orador señaló que no se ha dicho la verdad a las poblaciones y recordó que hay personas que viven aún en zonas contaminadas. Pidió que se continúe la asistencia y los estudios, pues sin dinero todo cesará. Indicó que 9 millones de personas han sido afectadas y que las consecuencias sanitarias nefastas siguen aumentando.

El Dr. Y Korolenko, Ministro de la Salud de Ucrania precisó que una gran parte de su país ha sido contaminada por la radiactividad. El agua potable de 30 millones de personas está contaminada. Toda la población ha sido expuesta al yodo 131 y se intenta estimar la dosis de Cs137 recibida por la población. El ministro evocó afectaciones del sistema endocrino y señaló un aumento del 25% de la diabetes mellitus (ciertamente no ligada a una alimentación excesiva) 9 años después. Cuando se conoce el coste social de la diabetes insulino-dependiente, se comprenden  los temores del ministro que precisa que Ucrania está sobrepasada por estos  sucesos y que pida ayuda a todos los países…”

M. Korolenko, señaló además un fuerte aumento de las malformaciones congénitas

“El Prof. E.A. Netchaev, del Ministerio de la Salud y de la Industria Médica de Moscú, señala que 2,5 millones de personas han sido irradiadas en la Federación de Rusia a consecuencia de Chernóbil, y que 175.000 viven aún en regiones contaminadas.  Constata un aumento de una forma muy agresiva de cánceres del tiroides en los niños y un aumento de las malformaciones congénitas que han pasado de 220 a 400 por cada 100.000 nacimientos, en las zonas contaminadas, mientras que la incidencia permanece alrededor de 200 en las zonas limpias”.

“El Prof. Okeanov de Bielorrusia, presentó los resultados de encuestas epidemiológicas de un equipo de Minsk, en particular  datos que aparecen en el registro nacional de cánceres reconocido por la OMS que existe desde 1972 en este país”.

Número de casos de cánceres por 100.000 habitantes más o menos expuestos a las radiaciones. Prof. A.E. Okéanov.

“En Hiroshima las leucemias aparecían ya al cabo de pocos años, con un pico entre el 5º y el 8º año, mientras que en Chélyabinsk el máximo se alcanza después de 15 a 19 años. En los liquidadores, Okeanov observa una duplicación de la incidencia de las leucemias después de 9 años, pero por supuesto esto no es aún el pico. Precisa que en los liquidadores que han trabajado más de 30 días en el lugar contaminado, la incidencia de la leucemia ya se ha triplicado. De este modo, la duración de la exposición constituye un factor importante. Los cánceres sólidos han aumentado igualmente: duplicación de la incidencia de los cánceres de la vejiga en los liquidadores y aumento de los cánceres de los riñones de los pulmones y otros en los habitantes de la región de Gomel, una zona particularmente contaminada por la polución radiactiva.
La exposición de este grupo de investigadores bielorrusos indica que en los liquidadores, las enfermedades cardiovasculares han  pasado de 1600 a 4000 por 100.000 habitantes y a 3000 en las poblaciones que viven en zonas muy contaminadas.
Se observan desórdenes del sistema inmunitario, un aumento de las aberraciones cromosómicas, problemas de la visión debidos en particular a opacificaciones del cristalino, cataratas en jóvenes. El orador señala una duplicación de la incidencia del retraso mental en los niños y modificaciones físicas en los adultos. Insiste en la necesidad de seguir el aumento de las enfermedades digestivas que ha constatado”.

Entre otros documentos de los que dispone la OMS, figuran  textos del Prof. Okeanov no publicados, como un documento en ruso de 1994[64].

El Dr. Smolnikowa de Gomel, encargado de la salud de 46.000 niños que viven en un ambiente contaminado por 40 Curios de Cs-137/km2, observó ya una mortalidad perinatal muy elevada y un número inquietante de malformaciones en esta región. A pesar de este y otros informes los expertos de la AIEA negaron cualquier aumento de las malformaciones congénitas ligadas a  Chernóbil.

“Las exposiciones, debates y presentaciones de posters de Ginebra, no han sido objeto de ninguna publicación.
A pesar de que se anunció oficialmente que estarían disponibles en marzo 1996”[65].

Según M.Fernex, el motivo de que no se publicasen las actas es el siguiente “sin duda por el hecho de que la AIEA había decidido poner punto final a los debates sobre Chernóbil, con ocasión de su Conferencia de la AIEA del año siguiente. La publicación del documento de la OMS habría impedido a la AIEA llegar al resultado programado: poner fin a las discusiones concernientes a las consecuencias sanitarias de Chernóbil”.

1996. X Aniversario

Se publican dos trabajos que encuentran aumentos en la leucemia infantil tras el accidente de Chernóbil en las islas británicas y en Grecia.

En Gales y Escocia en un trabajo de Bramhall y Busby presentado en un simposium en la Cámara de los comunes el 24 de abril de 1996[66].

Y en Grecia por Petridou y varios colaboradores que se publicará en la revista científica Nature[67].

En este año donde se cumplen diez de la catástrofe se realizaron 3 congresos importantes.

Conferencia de la AIEA en Viena, 8-12 abril 1996.

La Conferencia se titulaba "Un decenio después de  Chernóbil"[68].

Michel Fernex que asistió personalmente, relata su interesante y desesperante experiencia en ella.

“Los participantes habían sido escogidos requiriendo la autorización del Ministerio de Industria y del Ministerio de Asuntos Exteriores, pero no del Ministerio de la Salud. Durante las sesiones a menudo me encontré con el desprecio y la arrogancia de los participantes con relación a las víctimas.
El congreso abordaba también las medidas a tomar durante el próximo accidente inevitable, con el fin claramente formulado de reducir el costo para la industria responsable.
Los oradores escogidos para leer las ponencias principales y sobre todo los presidentes de las sesiones habían sido seleccionados, a fin de eludir las discusiones sobre los problemas de salud, en particular aquellos debidos a la presencia crónica de los radionucléidos de Chernóbil en el medioambiente.
Los ponentes predicaban también el silencio de los medios de comunicación en caso de accidente, pues según su opinión, los informes "alarmistas" estarían en el origen de casi todos los males observados tras Chernóbil.

Las exposiciones magistrales parecían tender principalmente hacia una limitación a tres de las afecciones admisibles causadas por la exposición a las radiaciones ionizantes, tras Chernóbil. Todas las demás enfermedades debían después obligatoriamente ser vertidas en un vasto complejo de enfermedades  psicosomáticas, o de tipo reivindicativo, que no tenían ninguna relación con la radiactividad.

La AIEA había colocado en primer plano el síndrome de irradiación aguda, aceptado por los expertos como una de las raras "consecuencias del accidente".  Este síndrome  condujo a penosas discusiones para saber si había habido 31 o 32 decesos. Estos son prácticamente los únicos muertos que la AIEA quiso tomar en cuenta tras Chernóbil.

Sin embargo, cuando la asociación Médicos Internacionales para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW), se manifestaban en Kazakhstan con el fin de ayudar a las poblaciones a poner fin a los ensayos atómicos soviéticos, el General en Jefe Ilienko, de Semipalatinsk, nos había mostrado en los muros del “Mess” de Oficiales, placas que llevaban los nombres de las víctimas militares locales de las 2 guerras mundiales, las de los muertos de la guerra de Afganistán, así como otra lista de nombres, preguntándonos
.- "Y estos ¿saben de donde vienen? ¡Son las víctimas de Chernóbil!".

La Unión Soviética envió sobre los lugares de la catástrofe 800.000 soldados, expertos y técnicos, cuya media de edad era de 33 años, para intentar descontaminar el lugar, aislar y estabilizar las ruinas del reactor destruido. Hemos encontrado a las viudas de Chernóbil de Moscú; hace años eran ya más de mi,, y recopilaban nuevos dosieres y fotografías de otros liquidadores muertos: maridos de mujeres moscovitas, muertos a consecuencia de enfermedades nuevas, contraídas en servicio, como héroes, pero no forzosamente reconocidos ni glorificados por la nación.

A propósito  de los liquidadores, M. Ye. Marchuk, Primer Ministro de Ucrania en la Conferencia de la AIEA indicó que su país contaba con 3,1 millones de personas que vivían en el momento de la explosión o viven aún en zonas contaminadas y que, entre los 360.000 liquidadores ucranianos, 35.000 hoy eran inválidos.

El documento oficial "Background Paper 3" de la AIEA trata los efectos a largo plazo concluyendo el capítulo:
"Diez años tras el accidente de Chernóbil, a parte del aumento dramático de cáncer de tiroides en los niños expuestos a las radiaciones en las regiones más afectadas, no ha habido ningún impacto importante debido a la radiación como consecuencia del accidente en los tres países más afectados. No se observa ningún  aumento mayor de la incidencia de la mortalidad para todos los cánceres que podrían ser atribuidos al accidente. En particular, no hay aumento mayor de las leucemias –incluso entre los liquidadores– enfermedad que es sin embargo una de las preocupaciones mayores tras una exposición a las radiaciones

Durante las discusiones concernientes al cáncer de tiroides, el conferenciante oficial de la AIEA mencionó que se trataba de “un buen cáncer". No es seguro que las madres, ni los cirujanos que operan a estos niños que a menudo presentan metástasis en los ganglios linfáticos, o en los pulmones, compartan esta opinión.

La AIEA intentaba mostrar que bastaría distribuir a las poblaciones tabletas de yodo estable, no radiactivo, si se quería prevenir este cáncer. Los médicos conocían este método de prevención antes de la catástrofe, sin embargo, aparte tal vez de Polonia, la política y la logística no han permitido que esta  prevención se pusiese en práctica a tiempo. Durante el debate, un orador precisó que las tabletas de iodo debían ser tomadas preferentemente antes de la llegada de la nube para que la protección fuese verdaderamente eficaz, lo que parece problemático, con el silencio de los medios de comunicación que se pretende imponer durante los próximos "accidentes". No es en un radio de 5 o 30 km donde hay que haber previsto una distribución inmediata de tabletas de yodo, si no en un radio de 500 km, véase más. Nos enteraremos dentro de algunos años de que la nube de Chernóbil se encuentra en el origen de cánceres del tiroides (y de otros cánceres) en muchos países de Europa occidental.

La conclusión de la AIEA anteriormente citada  fue desmentida en el curso de la sesión por el copresidente de la sesión consagrada al cáncer, el Prof. Okéanov de Minsk, cuyo papel en el podio habría sido sin duda callarse. Una medida de prudencia suplementaria se había tomado para evitar que la discusión que seguía el informe "oficial" sobre los cánceres no se apartase de las conclusiones expresadas. El debate debía estar estrictamente reservado a la radiometría.

El primer participante que intervino queriendo volver al tema de los cánceres tuvo que abandonar el micrófono. Respondiendo como él a la pregunta sobre el tema de mi intervención dije que la radiometría me interesaba. De este modo pude citar los resultados presentados por el Prof. Okéanov en Ginebra en 1995 en la Conferencia de la OMS después en marzo 1996 en Minsk, durante un congreso organizado por una ONG[69].

Okéanov había mostrado que la incidencia de los cánceres aumentaba globalmente, pero más en función de la duración de la exposición.
Durante la discusión, Okéanov no solamente no refutó los datos anteriores, sino que añadió que en las mujeres liquidadoras, el cáncer del tiroides también aumentó de forma significativa. Indicó también que en Gomel, a 180 km de Chernóbil, "el aumento evidente de los cánceres concierne a los de colon, de recto de pulmón, de mama y los cánceres de las vías urinarias".

Okéanov subrayó la importancia de proseguir los estudios epidemiológicos en curso.

Desgraciadamente el Instituto que  dirigía  este proyecto se destruyó poco tiempo después.

En este comienzo de la epidemia de cánceres de Chernóbil, los promotores debían imperativamente poner fin a los estudios epidemiológicos en curso.
En efecto, el tiempo de latencia tras un accidente como el de Chernóbil es de 4 a 5 años para el cáncer del tiroides y las leucemias del niño.

Para la mayoría de los otros cánceres, el tiempo de latencia se sitúa a 10 o a más de 30 años, de ahí la urgencia para el lobby nuclear de detener inmediatamente esta molesta encuesta.

Solo un instituto que se beneficiase de una garantía de continuidad para sus datos  epidemiológicos como el de Okéanov, podía precisar al mundo cuántas decenas de millares de cánceres debían ser atribuidos a Chernóbil de aquí al 2030.
Su destrucción hace que nos preguntemos quién podría beneficiarse a parte de la AIEA y el lobby nuclear de haber silenciado este instrumento de trabajo irremplazable”.

Volvamos a la conclusión del capítulo en la publicación de la AIEA en 1996, donde se escribe:"No se observa ningún  aumento mayor de la incidencia de la mortalidad para todos los cánceres que podrían ser atribuidos al accidente. “Sacada de su contexto esta frase no sería una mentira absoluta; sin embargo está precedida por una afirmación que le otorga todo su significado: "no ha habido ningún impacto importante debido a la radiación como consecuencia del accidente en los tres países más afectados".

No se observa ningún  aumento mayor de la incidencia de la mortalidad para todos los cánceres que podrían ser atribuidos al accidente.
Siguiendo una técnica bien establecida, el redactor escoge un falso  parámetro, a saber la mortalidad para los cánceres, 10 años solamente tras la irradiación, mientras que en este estadio solo la morbilidad constituye un parámetro admisible en este contexto[70].

Las enfermedades de Chernóbil no reconocidas, excluidas por la AIEA, que afectan sin embargo en las zonas muy contaminadas hasta al 90 % de los niños, deben según la Agencia que promueve lo nuclear, ser clasificadas todas como no teniendo ninguna relación con la contaminación radiactiva tras Chernóbil. Estas nuevas enfermedades provienen del "estrés medioambiental" afirman los "expertos" seleccionados por la AIEA. Como en Europa occidental el estrés contribuye a los síntomas del 80% de los adultos que consultan al médico, los "promotores del “átomo para la paz" podían esperar que se encontraría como mínimo un porcentaje de estrés por lo menos igual al que conocemos en Europa del Oeste, entre los habitantes de las regiones contaminadas, en los  liquidadores y las poblaciones desplazadas.
Los promotores han inventado de este modo una estratagema para poder, en la gran mayoría de los casos, si no en todos disculpar a la explosión de la central atómica.
Sin embargo a pesar de la severa selección de las  personas autorizadas a intervenir en la Conferencia de Viena en 1996, los presidentes de las sesiones y los expertos invitados por la AIEA no han conseguido obtener un consenso en este campo.

En la conferencia de la AIEA, la diabetes insulino-dependiente no fue incluida entre las consecuencias de Chernóbil. El método para eludir este problema en este marco bien particular de una conferencia regida por promotores de lo nuclear, merece mencionarse.
En el curso de la discusión, había preguntado si no había una relación entre diabetes y exposición a la radiactividad. El presidente de la sesión respondió en lugar del conferenciante argumentando muy rápidamente que "todos los expertos del mundo en este campo estaban reunidos ante él y el hecho de que ninguno de ellos hubiese levantado la mano para responder (en el segundo  siguiente) a mi pregunta, probaba que las radiaciones ionizantes no pueden engendrar este tipo de enfermedad". Sin embargo un aumento da la diabetes insulino-dependiente ya ha sido observado tras Hiroshima.
A propósito de esta respuesta del presidente de la sesión, el Prof. Viel indica los métodos que utilizan los que no quieren admitir las evidencias de la existencia de una patología ligada a las radiaciones ionizantes, y cita un tipo de respuesta o declaración que recuerda la que fue dada a mi pregunta: "Los expertos consultados han sido unánimes en considerar que... no tiene ningún efecto sobre la salud".
Viel añade que semejantes expertos saben también "dirigir estudios epidemiológicos inadecuados y cometer errores epistemológicos"[71].

Entre los subterfugios utilizados para falsificar un estudio, Viel indica que la elección de la mortalidad en lugar de la morbilidad es una estrategia clásica, en particular en las estadísticas falsificadas sobre el cáncer tras una irradiación.
Hemos visto que la AIEA no teme jugar esta carta para promover mejor la industria nuclear comercial.
Estos pseudo-investigadores obtienen en consecuencia resultados estadísticamente no significativos; la hipótesis no probada, concluyen que es falsa. Esto permite hacer creer que todo va bien en el mejor de los mundos”.

El informador que había sido seleccionado para hablar de la teratología tras Chernóbil utilizó el mismo argumento que los abogados de las fábricas químicas que producían la talidomida en los años 60, un tranquilizante que se reveló altamente teratógeno, es decir que provoca en un gran porcentaje de casos de malformaciones en los niños de madres que lo tomaron durante el embarazo. Este medicamento produjo también malformaciones en monos, pájaros e incluso insectos[72].

El informador afirmó que: "La prueba de que no hay malformaciones tras Chernóbil, es que no existen registros".

Esta afirmación es varias veces falsa.
En primer lugar la ausencia de registro no constituye una prueba de ausencia de vínculo entre el aumento de las malformaciones y las consecuencias de Chernóbil.
Pero la falsedad de la afirmación es flagrante para  Bielorrusia.
Desde 1982, es decir 4 años antes de Chernóbil, este país poseía ya un registro nacional de malformaciones congénitas gestionado por el Instituto de las Enfermedades Hereditarias de Bielorrusia bajo la dirección del Prof. Guennady Lazjouk)[73].

Este instituto registraba y verificaba las malformaciones que aparecían en el país. Diez malformaciones deben ser señaladas de forma obligatoria, deben ser detectadas en el niño antes del 7º día tras el nacimiento, o en el feto en caso de aborto espontáneo o terapéutico.
Forman parte de las anomalías a señalar en todos los caso: anomalías del sistema nervioso central como la anencefalia y la espina bífida, el labio leporino, la polidactília, la ausencia o las anomalías graves de los miembros, el estrechamiento esofágico y ano-rectal, el  mongolismo, así como las malformaciones múltiples.

La incidencia de estas malformaciones congénitas ha aumentado en Bielorrusia proporcionalmente al grado de contaminación por el césium 137 en la región donde vivía la madre durante el embarazo[74].

Malformaciones de origen probablemente genético, pero compatibles con la supervivencia en el nacimiento, han aumentado de forma significativa, debidas al efecto tóxico de los radionucléidos y las radiaciones[75].

Fernex advierte un hecho muy importante para evaluar los estudios epidemiológicos,  porque a partir del accidente: “No hay ninguna región verdaderamente preservada en Bielorrusia, especialmente porque la contaminación es debida actualmente en un 90% a la absorción oral de alimentos o de bebidas contaminadas por radionucléidos de Chernóbil. Ninguna región del país puede servir de control.
Por ello los datos registrados de 1982 a 1985 representan controles, especialmente porque reposan sobre un registro informatizado muy moderno.

Si en la Conferencia se admite la existencia de alteraciones  neuro-psiquiátricas en niños cuyas madres han sido irradiadas durante el embarazo, los oradores seleccionados niegan la existencia de semejantes alteraciones en los adultos tras la irradiación alrededor de Chernóbil, a pesar de que es un fenómeno conocido.
Se trata manifiestamente de hacer pasar a estas víctimas que sufren de alteraciones neuro-psiquiátricas, en particular entre los 800.000 liquidadores, por reivindicadores, obsesionados por las radiaciones.
Es con este fin con el que se ha propagado inicialmente el termino de "radiofobia", después, cuando las reacciones negativas a este término fueron demasiado importantes, el de "stress medioambiental", responsables de las alteraciones neuro-vegetativas o subjetivas que representan el conjunto de las demás enfermedades de Chernóbil.
Es lo que el Tribunal de los Pueblos, reunido en Viena poco después de esta Conferencia de la AIEA, calificó  como revictimización de las víctimas.

Todo se había organizado por la Agencia de la Energía Atómica para que los responsables, los países nuclearizados y el lobby atómico de Occidente, pudiesen realizar el máximo de ahorro a costa de las víctimas de la catástrofe de Chernóbil”.

También en 1996 se realiza el Congreso de Minsk

El hipotiroidismo produce cretinismo que altera gravemente el desarrollo físico del niño. Es cien veces más frecuente que el cáncer inducido por las radiaciones.

También las demás glándulas endocrinas se afectan produciendo alteraciones hormonales en la pubertad.

También se ve afectado especialmente el sistema inmunitario muy sensible a las radiaciones ya sean externas o internas. Se alteran los leucocitos, (los linfocitos T como en el sida), la producción de anticuerpos como han demostrado los trabajos de Titov[76].

Esto origina enfermedades como asma y alergias, por ejemplo la alergia a la leche o a frutas afecta al 50% de los escolares o estudiantes de Gomel.
Las glándulas endocrinas son auto-atacadas preferentemente porque acumulan yodo 131, 132 y cesio 137.
Las enfermedades auto inmunes también aumentan especialmente en el caso del tiroides y del páncreas.
Numerosos aspectos de estas patologías se presentaron en el congreso de Minsk[77].

La diabetes Mellitus no solo aumentó en Ucrania, también creció un 28% en Bielorrusia.
Tatiana Voitovich, endocrinóloga de Minsk, informa de una nueva forma de diabetes insulinodendiente inestable que afecta a los niños desde los 3 años.
Los niños entran comatosos en el hospital y cuesta reequilibrarlos con insulina. Esta diabetes era muy rara antes del accidente de Chernóbil. En la región de Gomel, la incidencia de la diabetes insulino-dependiente del niño se duplicó[78].

La alteración del sistema inmune también contribuye a la aparición de cánceres infantiles.
El Sr90, por su afinidad con el tejido óseo cerca de la médula productora de las células sanguíneas, parece ser crucial en la alteración del sistema inmune.

Así mismo en 1996 tiene lugar la Conferencia del Tribunal Permanente de los pueblos en Viena12-15 abril 1996.

Recordemos que eL TPP es un tribunal de carácter no gubernamental, que tuvo su origen en los crímenes cometidos por los Estados Unidos en la guerra contra el pueblo de Vietnam (Tribunal Russel) y se constituyó formalmente en 1979. Anteriormente se había reunido para juzgar a los responsables de la catástrofe de Bhopal, la mayor catástrofe química de la historia.

En él se concluye que 10 años después de Chernóbil, la situación ha ido  empeorando día a día. El número de víctimas aumenta constantemente. Lo peor está por venir, y el porvenir de las generaciones futuras está en peligro.
Los nucleócratas no aprendieron nada. Peor aún, elevaron el "nivel de las dosis permitidas en caso de accidente", reduciendo así los costes de Chernóbil y los "accidentes por venir" a expensas de las víctimas presentes y futuras.

El Tribunal Permanente de los Pueblos reunió a unos cuarenta expertos y testigos.  Los pro nucleares invitados se negaron a declarar.

Estos datos dramáticos, absolutamente sin precedentes en Occidente, en particular el daño irreparable al patrimonio genético y las malformaciones, merecen la más amplia difusión: ponen fin definitivamente a la mentira institucional que caracterizada a la energía nuclear.

Hemos publicado ya la intervención de Rosalie Bertell en esta reunión[80].

Y hemos traducido todas las intervenciones relativas a los efectos sobre la salud que publicaremos próximamente.

En su veredicto final, el Tribunal Permanente de los Pueblos :

"Condena a la AIEA y a las Comisiones Nacionales de la Energía Atómica y a los gobiernos que las apoyan y financian, en nombre de los intereses de la industria nuclear...
 por intentar promover la energía nuclear mediante el engaño, la intimidación y el uso poco ético del poder del dinero...   
por sus intentos para tratar de eliminar todas las formas de energía de fuentes alternativas, renovables y sostenibles ...
Culpa a aquellos que en la comunidad científica no se levantan para defender el honor de su profesión, frente a la presión de nucleócratas, y que mantienen un silencio ensordecedor, a pesar de la fuerte evidencia científica de la naturaleza homicida del negocio nuclear...
...Esta es la razón por la que la industria nuclear debe prohibirse para el uso civil y militar[81]... "

Notas: